¿Cómo traducir una escritura de compraventa - BIBLIOTECA ...

CAPÍTULO 2: LA INTERVENCIÓN DEL TRADUCTOR
El primer capítulo nos permitió, siguiendo a Chiesa, acceder al “revés de la trama de la
escritura de compraventa”. Conocemos el texto, sabemos qué es, cómo es, para qué
sirve, cuál es la función de cada una de sus partes y cuáles son las leyes o los artículos
del código civil que lo regulan. Todos estos conocimientos nos ayudarán a comprender
el texto, a no sentirnos intimidados por la particularidad de su formato y a evitar caer en
distorsiones graves como consecuencia de una pérdida de sentido propiciada por una
redacción desprolija o desordenada. Ahora es momento de avocarnos a una tarea
distinta. El objetivo de este segundo capítulo está íntimamente relacionado con lo
planteado por Chiesa en su artículo Superficie y sustancia del texto jurídico: algunos
aspectos para la reflexión.
Al hablar de los obstáculos con los que se encuentra el traductor, dice Chiesa:
“[...] la manera en que se hilvana y construye el discurso jurídico, [...] el
uso de conectores, la puntuación, la organización en párrafos y hasta la
disposición gráfica de la información, generan en el lector-traductor algo
parecido a la convicción de que todo es intocable e inobjetable. [...]
fenómenos tales como la difusión por el uso y la recurrencia, hacen
presumir: “si esto lo he encontrado ya en tantos otros textos jurídicos, o si
en este texto se repite tantas veces, debe de ser correcto. La paradoja reside
en que el error sistemático muchas veces engendra el espejismo de que ha
dejado de ser error”. (Chiesa: 37).
Así, en este capítulo, nos proponemos demostrar que las escrituras de
compraventa están lejos de ser inobjetables (desde el punto de vista de la redacción) y
que, de hecho, no objetar su redacción sería en realidad un error grave por parte del
traductor.
Durante mucho tiempo, se ha considerado buen traductor al profesional que se
limita a traducir un texto conservando sus ambigüedades, imperfecciones y errores sin
intervenir en modo alguno. Chiesa llama a esta postura la “postura del automatismo” y
la critica en relación con los textos jurídicos, ya que“no solo estigmatiza al traductor
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