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Salud pública e identidad - Memorias Conferencia PES 2012

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76 Perspectivas de la salud pública para el siglo XXI La salud y la vida 77<br />

zó hacia la construcción de una salud del y para<br />

el aparato estatal, mientras que la segunda ha<br />

buscado la salud del y para el mercado. La población,<br />

en ambos casos, ha permanecido muda,<br />

su lenguaje ha sido acallado por el discurso de la<br />

ciencia, del poder o del dinero.<br />

¿Es posible que puedan aparecer los “objetospoblación”<br />

nuevamente comunicándose y, a través<br />

de la comunicación y la acción, logren constituirse<br />

en actores y sujetos de su propia salud?<br />

A nuestro parecer, éste es el reto del final de este<br />

oscuro siglo que produce destellos de novedad<br />

para la salud pública.<br />

En primer lugar, la salud pública por fin empezaría<br />

a hablar de la salud y vida y relegaría a un segundo<br />

plano la problemática de la enfermedad<br />

y la muerte. En nuestro accionar cotidiano nos<br />

consume la vida y consumimos vida mientras<br />

que la enfermedad aparece como un accidente.<br />

Buscamos diariamente alimentarnos, cubrir<br />

nuestro cuerpo, recrear nuestra mente y espíritu,<br />

amar, defender lo que es nuestro, proyectarnos<br />

más allá de nuestros límites corporales<br />

a través de la procreación de nuevos vástagos<br />

que ratifican nuestra inmortalidad. Buscamos<br />

expandir nuestros sentidos a través de la tecnología<br />

y constantemente queremos aprender.<br />

Nos unimos con los otros para vencer nuestras<br />

propias debilidades, para dialogar con la naturaleza<br />

y extraer su riqueza, y para conjuntamente<br />

forjar versiones de unidad que nos permita proyectarnos<br />

en el mañana. Así forjamos todos los<br />

días e infinitamente realidades públicas y nociones<br />

de Estado. También sufrimos, tenemos miedo<br />

y enfermamos, pero en ningún momento las<br />

ideas de muerte y enfermedad dominan nuestras<br />

vidas, sino cuando ya no podemos normalizar<br />

nuestro propio ser. 6<br />

El negocio de la enfermedad y muerte no absorbe<br />

plenamente nuestro diario deambular. Solo<br />

ha inquietado, y con mucha fuerza, al aparato<br />

estatal, al mercado y a la ciencia. Para el primero,<br />

la enfermedad ha significado siempre un posible<br />

dogal mientras que para el segundo siempre ha<br />

constituido un potencial ámbito de ganancia.<br />

La ciencia, en cambio, ha querido explicar la enfermedad<br />

y la muerte sin llegar a comprender la<br />

salud y la vida.<br />

Múltiples actores y sujetos que hablan variados<br />

lenguajes llenos de vida y de sueños. Ésa es la<br />

realidad tan simple y tan compleja que la salud<br />

pública no pudo interpretar ante la lujuria del<br />

poder, del dinero y del saber. Es el momento de<br />

que aprendamos a interpretar ese lenguaje, para<br />

desde allí apoyar a través de la ciencia, la técnica<br />

y la fuerza del Estado-mercado una acción más<br />

acorde con esas necesidades.<br />

Es obvio que no podemos pensar que este reto<br />

que se configura en el campo de la salud puede<br />

hacerse sin la participación de la población, las<br />

demás disciplinas, sectores e instituciones, pero<br />

al mismo tiempo es necesario reconocer que<br />

desde nuestra particularidad es fundamental<br />

comprender cómo podemos transformarnos en<br />

intérpretes comprometidos con la salud del público.<br />

Mirando casa adentro<br />

Nuevamente la epidemiología<br />

Habíamos dicho que la epidemiología crítica posibilitó<br />

una ampliación del reducido horizonte<br />

de visibilidad de la epidemiología empirista, por<br />

lo cual tuvo que pedir ayuda a las ciencias socia-<br />

les, ciencias económicas y epistemología. Pero al<br />

mismo tiempo que amplió el campo de visión y<br />

se unió con nuevas disciplinas, también se separó<br />

aún más del mundo de la vida. La epidemiología<br />

crítica pudo explicar más pero también llegó<br />

a comprender menos. Ubicada en un presente<br />

inexistente, constantemente aconsejaba revolucionar<br />

la estructura como única posibilidad de<br />

llegar a un nirvana homogenizante manejado<br />

por una burocracia sapiente. La población llana<br />

y simple que vive en el último momento de<br />

la prehistoria sería salvada de la irracionalidad<br />

mediante la luz de la razón burocrática.<br />

No es posible llegar a un nuevo contrato social de<br />

la salud pública con esta forma de mirar la realidad.<br />

Para nuestro modo de ver, es fundamental<br />

partir desde las prácticas, verdades, eticidades e<br />

intereses de esa población llana y simple con miras<br />

a interpretar dichos saberes preteóricos para<br />

ampliar, a través de la ciencia, las posibilidades<br />

de llegar a un enriquecimiento de la objetividad,<br />

de la politicidad y al fortalecimiento de la personalidad<br />

de los individuos que se conforman<br />

como actores y avanzan en su constitución de<br />

sujetos del conocimiento y de la acción.<br />

Nuevas propuestas epistémico-epistemológicas<br />

han tomado cuerpo en la teoría social posempírica.<br />

La propuesta de Habermas 7 de comenzar<br />

por una hermenéutica 0, a través de la cual lograríamos<br />

comprender el mundo de la vida con<br />

sus verdades, rectitudes y valores estético-emocionales<br />

para de allí valorar la cultura, la socialidad<br />

y la individualidad de los actores que buscan<br />

realizar sus propuestas, nos posibilita encontrar<br />

una nueva racionalidad basada en la comunicación<br />

dirigida al entendimiento. Pero esto no es<br />

suficiente, Giddens recomienda no únicamente<br />

permanecer en la acción comunicativa, sino estudiar<br />

las otras prácticas relacionadas con circunstancias<br />

físicas y artefactos humanos asociados<br />

con actividades institucionalizadas que se<br />

presentan durante el curso de rutinas sociales.<br />

Éstos constituirían los primeros pasos obligatorios<br />

para el salubrista interesado en comprender<br />

la forma en que la gente forja sus criterios<br />

preteóricos sobre salud, elabora sus principios<br />

ético-morales, construye su personalidad y desarrolla<br />

su práctica cotidiana. El salubrista tiene<br />

entonces la posibilidad de buscar más tarde el<br />

apoyo de la lógica científica a través de una hermenéutica<br />

1, con el fin de ampliar el horizonte<br />

de visibilidad y apoyar a la colectividad en el logro<br />

de conocimientos objetivos sobre su propia<br />

vida, colaborar en el fortalecimiento de la organización<br />

propia y apuntalar los aspectos que posibilitan<br />

el fortalecimiento de su <strong>identidad</strong>. 8<br />

La búsqueda de la comprensión del mundo de<br />

la vida, privilegiando la comunicación y la práctica,<br />

y al mismo tiempo la apertura hacia la<br />

ciencia posibilitaría una ampliación de nuestra<br />

tradicional forma de entender la realidad, pero<br />

tampoco esto sería suficiente, porque tanto las<br />

verdades como las eticidades y los elementos de<br />

emocionalidad y estética se alimentan también<br />

de nuestro mundo simbólico. Los simbolismos<br />

fundamentados en el mito son muy fuertes en<br />

América Latina. No es posible que podamos<br />

comprender las diversas interpretaciones sobre<br />

la salud y la enfermedad, si no buscamos internarnos<br />

en el mundo simbólico de nuestras poblaciones.<br />

9<br />

6. “Estar sano no es solamente ser normal en una situación dada, sino también ser normativo en esa<br />

situación y en otras situaciones eventuales. Lo característico de la salud es la posibilidad de superar<br />

la norma que define momentáneamente lo normal, la posibilidad de tolerar infracciones a la norma<br />

habitual e instituir nuevas normas en situaciones nuevas”. Canguilhem, G. Ideologia y racionalidade<br />

nas ciencias da vida. Lisboa: Edicoes 70.<br />

7. Habermas, J. Teoría de la acción comunicativa: racionalidad de la acción y racionalización social. Madrid:<br />

Taurus.<br />

8. Una explicación más amplia sobre este tópico puede encontrarse en “Grupo de desarrollo de la teoría<br />

y la práctica en salud pública. <strong>Salud</strong> pública: hacia la ampliación de la razón”. En: <strong>Salud</strong> al final del<br />

milenio. Guadalajara: Universidad de Guadalajara; 1995.<br />

9. Es posible encontrar algunos elementos alrededor de esta problemática en Granda, E. El cólera en<br />

Guayaquil, algunas reflexiones, Quito: Fundación Ciudad; 1996.

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