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Salud pública e identidad - Memorias Conferencia PES 2012

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158 Integralidad y vida La salud y la vida 159<br />

el alma, la conciencia y el espíritu. La<br />

experiencia como tal queda excluida del<br />

reino del discurso científico. Probablemente<br />

nada haya cambiado tanto nuestro<br />

mundo en los últimos cuatrocientos<br />

años como el ambicioso programa de<br />

Galileo. Tenemos que destruir el mundo<br />

primero en teoría, para poder hacerlo<br />

después en la práctica” (Capra. 1990).<br />

Foucault en el Nacimiento de la clínica<br />

hace una aseveración similar:<br />

“Es que el hombre occidental no ha<br />

podido constituirse a sus propios ojos<br />

como objeto de ciencia, no se ha tomado<br />

en el interior de su lenguaje y no se ha<br />

dado en él y por él, una existencia discursiva<br />

sino en la apertura de su propia<br />

supresión: de la experiencia de la sinrazón<br />

han nacido todas las psicologías y<br />

la posibilidad misma de la psicología; de<br />

la integración de la muerte, en el pensamiento<br />

médico, ha nacido una medicina<br />

que se da como ciencia del individuo”<br />

(Foucault. 1966, 276).<br />

• Desmenuzar para comprender. Al respecto<br />

veamos lo que nos trae Capra:<br />

“El universo material, incluyendo los<br />

organismos vivos, era para Descartes<br />

una máquina que podía ser enteramente<br />

comprendida analizándola en términos<br />

de sus partes más pequeñas…<br />

consecuentemente el mecanicismo cartesiano<br />

quedó expresado como dogma<br />

en el concepto de que, en última instancia,<br />

las leyes de la biología pueden ser<br />

reducidas a las de la física y la química”<br />

(Capra. 1999, 39 y 40).<br />

• El dualismo como matriz primaria. Radical<br />

separación entre conciencia y materia,<br />

entre mente y cuerpo, entre finalidad y causalidad,<br />

entre sentimiento y razón, entre<br />

libertad y determinismo, entre existencia y<br />

esencia. Es la típica separación entre lo uno<br />

o lo otro, conforme nos indica Kandinsky.<br />

• La matriz complementaria sujeto-objeto.<br />

Surge como figura esencial la de un sujeto<br />

consciente, la de un sujeto que piensa y, por<br />

lo tanto, de un sujeto cognoscente.<br />

• El logocentrismo. No solo existe la primacía<br />

del sujeto, sino la primacía de la conciencia<br />

y su capacidad para determinar íntegramente<br />

la acción humana. “Desentrañar o develar<br />

el carácter de la acción humana es acceder a<br />

la conciencia que la genera. Promover una<br />

determinada acción entre los hombres obliga,<br />

desde esta perspectiva, a generar, antes<br />

que nada, las condiciones de conciencia desde<br />

las cuales la acción puede ser entendida”<br />

(Echeverría. 1997, 299).<br />

• El lenguaje como instrumento asertivo.<br />

La conciencia se manifiesta a través de las<br />

acciones del cuerpo dirigidas por ella y por<br />

medio de su instrumento privilegiado de<br />

manifestación directa: el lenguaje, que tiene<br />

la capacidad de dar cuenta de la realidad, de<br />

cumplir una función “notarial” o asertiva.<br />

• El conocimiento como representación.<br />

El sujeto cognoscente es capaz de registrar<br />

las características del objeto y reflejarlas en<br />

cuanto conocimiento objetivo, modelo o representación.<br />

¿Es posible una integralidad<br />

alternativa?<br />

La generación de una idea de integralidad alternativa<br />

reclamaría la necesidad de visualizar un<br />

mundo vivo y en constante autoorganización<br />

y autopoiesis, que puede ser explicado parcialmente<br />

al ser “desmenuzado”, pero que para ser<br />

comprendido más integralmente requiere ser<br />

contextualizado e interpretado en su complejidad,<br />

multidimensionalidad y globalidad, donde<br />

el sujeto cognoscente es parte integral de la rea-<br />

lidad sobre la que actúa. Actor que al accionar<br />

conoce y al conocer acciona, creando a través de<br />

su lenguaje las ideas sobre integralidad.<br />

Integralidad y creación<br />

Al ser la noción de integralidad una creación del<br />

actor, lo primero que debemos percatarnos es<br />

que aquella noción nunca será un reflejo, modelo<br />

o representación de la realidad, porque el ser<br />

vivo es un sistema autopoiético abierto desde el<br />

punto vista material y energético y, por tanto,<br />

se encuentra en constante intercambio con el<br />

medio, pero desde el punto de vista de la información<br />

es un sistema cerrado. En esa medida,<br />

los seres vivos no pueden ser instruidos por el<br />

medio, sino que únicamente éste “gatilla” las<br />

respuestas del primero. “El supuesto de que los<br />

seres vivos son receptores de información de su<br />

medio (el supuesto de que perciben el medio) no<br />

tiene fundamento biológico” (Echeverría. 1997,<br />

287). Las respuestas del ser vivo ante los estímulos<br />

del medio están ya preelaboradas, gracias<br />

a la determinación estructural que los seres<br />

vivos han ganado en su desarrollo filogenético<br />

y ontogenético (Maturana H. 1993). En otras<br />

palabras, el ser vivo ve u oye lo que su sistema<br />

nervioso (determinación estructural) le permite<br />

ver y oír:<br />

“El que los seres vivos sean sistemas<br />

determinados estructuralmente tiene<br />

las siguientes consecuencias: 1) que su<br />

estructura determina lo que ocurre en<br />

ellos en cada instante; 2) que su estructura<br />

determina qué admite como perturbación<br />

o como una interacción destructiva;<br />

y c) que un agente externo solo<br />

puede desencadenar, gatillar, en ellos,<br />

un cambio de estado o una desintegración<br />

que está determinada en su estructura”<br />

(Maturana. 1983, 131).<br />

Si las interacciones con el medio solo pueden<br />

gatillar estados que están estructuralmente predeterminados<br />

en el ser vivo, tales estados son<br />

producto suyo y no del medio. De esto se colige<br />

que un ser vivo no puede distinguir ilusión y<br />

percepción. Por ejemplo, podemos generar sensaciones<br />

luminosas (ver luces) como efecto de<br />

un golpe que recibimos en el globo ocular o por<br />

el incremento de la claridad; es decir, diferentes<br />

estímulos (golpe o luz) producen las mismas reacciones<br />

neuronales, ver luces.<br />

Lo anterior nos informa sobre la limitación biológica<br />

del ser vivo para representar la realidad<br />

o medio, y sobre la incapacidad para distinguir<br />

entre percepción e ilusión. Solo a través de a) la<br />

reflexión; b) los ojos de los demás; y c) el lenguaje,<br />

el ser humano puede de alguna manera<br />

corregir su ilusión, aunque en muchas ocasiones<br />

“nuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas,<br />

ideologías) son sujeto de error y, además, protegen<br />

los errores e ilusiones contenidas en esos<br />

sistemas” (Morin. 2001, 19) a través de racionalizaciones,<br />

errores intelectuales, paradigmas<br />

enceguecedores, ideas posesivas, etc., razón por<br />

la que es importante considerar que cualquier<br />

propuesta de integralidad, debe ser interpretada<br />

como una creación cultural temporal, producida<br />

por acuerdos intersubjetivos y debe necesariamente<br />

soportar cierto margen de incertidumbre.<br />

El párrafo anterior nos conduce a la necesidad de<br />

siempre pensar sobre el pensar, esto es conocer<br />

la forma en que conocemos, requisito indispensable<br />

para generar una idea de integralidad posible<br />

e incierta. En segundo lugar, la necesidad de<br />

que los ojos de los demás constituyan los necesarios<br />

generadores de la integralidad habla sobre<br />

la necesidad de construirla participativamente<br />

a través de acuerdos y, por último, el requerimiento<br />

de que lo hagamos a través del lenguaje<br />

reclama una interpretación distinta del mismo,<br />

en cuanto creador de mundos y no únicamente<br />

como instrumento notarial o asertivo.<br />

Integralidad y vida<br />

Ahora bien, los seres vivos existen solo mientras<br />

conservan su organización y su adaptación al

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