PECADORES - Ediciones B

—Mmmm —murmuró Myrna, y bajó la cabeza para ponerse a chuparle
de nuevo la bolsa de los huevos.
—Myr, me estás matando —dijo él en susurros.
Myrna chupó un testículo y se lo introdujo completamente en la
boca.
—¡Uaaauuu! —Brian agarró la manta con los puños apretados y se
dio un cabezazo contra la almohada.
Myrna le soltó el huevo y levantó la mano hasta tocarle la polla con
los dedos. El pene reaccionó endureciéndose al instante.
—Chúpamela, por favor —rogó él—. Por Dios, chúpamela.
Myrna bajó la cabeza otra vez, lamió los pliegues que formaba la
piel sobre sus huevos, y descendió un poco más, en busca de un nuevo
objetivo. Cuando su lengua se puso a juguetear sobre la piel fruncida
del ano, Brian se retorció y empezó a jadear, mientras trataba de averiguar
hasta dónde iba a poder controlarse. Al cabo de unos momentos
se relajó, y ella le metió bien adentro la punta de la lengua. El cuerpo
de Brian experimentó una sacudida.
Aún no la había llamado puta, pero Myrna sabía que esa palabra le
había rondado la cabeza.
Myrna retiró la lengua, le dio un beso succionándole la piel arrugada
y se movió para meterse la polla en la boca.
—Así —suspiró él—. Gracias.
Le cogió las pelotas en la palma de la mano y se las masajeó con
suavidad al tiempo que sacaba y metía la polla de su boca, aplicándole
el máximo de succión en el glande cuando estaba a punto de soltarlo,
y comenzando enseguida a tragarla entera de nuevo. Por la velocidad
de la respiración de Brian podía deducir que ya estaba cerca del final.
Quería que se corriera dentro de su boca. Quería probar el sabor de su
leche. Tragársela. Hacer que todo el cuerpo de Brian fuese atravesado
por espasmos de liberación.
«Sólo a las putas les gusta tragar la leche», iba diciéndole la voz de
Jeremy.
Myrna apretó los ojos hasta cerrarlos del todo y se metió la polla
de Brian hasta el fondo de la garganta.
—Mmmm —murmuró audiblemente.
—¡Dios...!
Myrna se echó hacia atrás y movió la cabeza arriba y abajo con rapidez,
chupándosela. Los labios chocaban cada vez más deprisa contra
41