You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—¿De verdad estás caliente, o sólo querías alejarte de los chicos<br />
—preguntó Brian.<br />
—¿Qué te parece — dijo ella acercándole la mano a la humedad<br />
que le afloraba entre los muslos.<br />
Los dedos de Brian la acariciaron por encima del encaje rosa de los<br />
panties. Hizo que se volviera de espaldas y se colocara frente a la pared.<br />
Los ojos de Myrna se abrieron perezosamente, y su mirada se cruzó<br />
con el espejo, donde vio reflejada su imagen. Los ojos de ambos se cruzaron<br />
en el reflejo. Así quería Brian poder contemplarla cuando hiciera<br />
que se corriese. Y no tuvo que esperar apenas. Sus dedos actuaban con<br />
buen ritmo. Más aprisa. Más. Myrna cerró los ojos, abrió la boca con<br />
lasitud, apoyó la cabeza hacia atrás hasta apoyarse en el hombro de<br />
Brian. Oleadas de placer recorrían todo su cuerpo. Soltó un grito y<br />
trató de sostenerse a duras penas sobre las piernas.<br />
Brian le pasó la punta de la nariz a lo largo del borde de su oreja.<br />
—Qué sexy eres, Myr. Esta vez quiero que me esperes. Me gustaría<br />
que acabáramos juntos.<br />
La soltó y se dirigió a la bañera, abrió los grifos y probó la temperatura<br />
con los dedos. Aquellos dedos maravillosos, capaces de hipnotizarla.<br />
Verle tocar había tenido para ella una fuerza erótica inesperada.<br />
Avanzó hacia donde estaba Brian, enlazó los brazos en torno<br />
a su espalda y enseguida le desabrochó el cinturón y la bragueta. Le<br />
colocó bien los bóxers hasta que su polla medio endurecida se abrió<br />
paso fácilmente. Se la agarró con la mano y la acarició suavemente en<br />
toda su longitud.<br />
—Espera —dijo él sujetándole la muñeca—. Todavía no me he quitado<br />
las botas.<br />
—¿Por qué te importa<br />
«Lo que le importa es que te comportes otra vez como una furcia,<br />
Myrna.» La voz de Jeremy le fastidió el placer que empezaba a sentir.<br />
Cerró los ojos y sacudió la cabeza levemente.<br />
Brian se dio media vuelta y comenzó a quitarle despacito el albornoz,<br />
lo dejó caer al suelo de cerámica. Myrna cruzó los brazos sobre el<br />
pecho.<br />
—¿Pasa algo —Alzó el pulgar hasta rozar la mejilla de Myrna,<br />
y ella abrió los ojos y lo miró fijamente.<br />
—No —dijo forzando una sonrisa, y puso las manos en las caderas,<br />
mirándole, aún semivestido—. ¿Es justo que yo esté desnuda y tú...<br />
68