PECADORES - Ediciones B

tó los dedos sobre ella, Brian lanzó un grito al tiempo que, por sorpresa,
lanzaba chorros de leche en la boca de Myrna. Fue una sorpresa
sólo para él, claro. Ella sabía exactamente lo que iba a ocurrir. Tragó lo
que él le ofrecía glotonamente, adorando el sabor salado.
—¡Qué cojones pasa! —chilló Brian—. Dios mío, Myrna, Dios mío.
Incluso después de haber descargado toda su leche, Myrna continuó
frotándole el glande, que siguió latiendo entre los dedos de ella,
prolongando su orgasmo a lo largo de más de un minuto. El cuerpo de
Brian seguía temblando y estremeciéndose todo el rato.
—Dios mío, Myrna, ¿qué es lo que me estás haciendo No puedo
parar de correrme —dijo Brian buscando con la mano la pared de la
bañera, necesitado de alguna clase de apoyo.
Ella sonrió mirándole la polla, le sacó por fin los dedos del culo
y permitió que el orgasmo fuera agotándose solo.
Detrás de ella, Eric soltó un grito mientras se corría en su espalda.
Mejor dicho, sobre su cabello.
Myrna soltó la polla de Brian y miró a Eric con expresión de reproche.
—¿Te has corrido en mi cabello
—Disculpa —dijo Eric—. Eres tan cachonda, Myrna... Tenía que
correrme encima de ti. No podía evitarlo.
—¿Sabes lo difícil que es limpiarse el pelo largo después de eso
—Se tocó un lado de la cabeza hasta encontrar aquella masa pastosa—.
Uuuuf, Eric, mierda.
Brian le cogió la cara con la mano y cuando ella lo miró, la besó con
reverencia auténtica y amorosa.
—Jamás en la vida había tenido un orgasmo tan intenso, Myrna.
Eres extraordinaria.
—Me alegro de que lo hayas disfrutado —sonrió ella.
—Me he quedado corto. Nunca había conocido a una mujer tan
desinhibida como tú.
Myrna no solía ser así, era cierto. Al notar lo desinhibido que se
mostraba Brian, había brotado en ella una actitud primitiva, desconocida.
Brian volvió a besarla y se inclinó hacia atrás, se dio unos golpecitos
en la punta de la nariz, y añadió:
—Detesto la sola idea de alejarme de ti en este momento, pero
es necesario que ponga sobre papel el nuevo solo que se me acaba de
ocurrir. Espero que lo comprendas.
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