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pedido. Tampoco es que faltara de nada. Habían pedido un desayuno<br />
para quince personas como mínimo.<br />
—Como no sabía qué querías, he pedido montones de cosas —explicó<br />
Brian.<br />
Myrna le dirigió una sonrisa radiante. Qué dulce era su dios del sexo.<br />
Así era, en efecto. Brian le dio la propina al camarero, que estaba cada<br />
vez más desconcertado, se sentó en la cabecera de la mesa, tiró de Myrna<br />
y la sentó en su regazo.<br />
—Joder —exclamó Trey, haciendo una mueca de sonrisa—. Ahora<br />
no os pongáis como tortolitos después de follar delante de todos, por<br />
favor.<br />
Brian le hizo un gesto para mandarle callar y estiró el brazo para<br />
acercarse una bandeja de fruta, otra de huevos revueltos, y también otra<br />
de pancakes, galletas y beicon.<br />
—¿Qué es lo que más te gusta —preguntó Brian.<br />
Al estar tan pegada a él, Myrna había perdido de repente el apetito.<br />
Al menos el hambre de comida, porque se le había despertado<br />
otra cla se de hambre. Se pegó al oído de Brian y le dijo:<br />
—Tu polla.<br />
La mano de Brian se deslizó por debajo del albornoz y comenzó<br />
a subir muslo arriba. Ella se puso en tensión.<br />
—Eso será el segundo plato —susurró él.<br />
—Bueno, espero poder aguantar unos minutos. Pero a condición<br />
de que me garantices que además habrá postre.<br />
Brian coló los dedos por debajo del elástico de los panties de Myrna<br />
y acarició un hinchado labio vaginal. Myrna se estremeció.<br />
—Te lo prometo.<br />
Sacó la mano y cuando la puso sobre la mesa para servirse el desayuno,<br />
ella logró relajarse de nuevo.<br />
Myrna decidió picotear unos trocitos de melón mientras Brian se<br />
preparaba huevos revueltos sumergidos en ketchup y varias tiras de<br />
beicon, también empapadas en ketchup. Myrna le preparó un vaso<br />
de zumo de naranja e insistió en que se lo bebiera entero.<br />
—Me dan arcadas todas esas carantoñas —dijo Trey, sin dejar de<br />
hacer la misma mueca de antes—. Miradlos, ¡qué escena tan hogareña!<br />
—¡Tiene que recuperar fuerzas! —repuso Myrna mirando a Trey,<br />
que estaba sentado a su derecha, comenzando a comer pancakes con<br />
jarabe de mermelada y salchicha también mojada en el mismo jara-<br />
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