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—¿Te he hecho daño —le preguntó, mirándola con ternura—. Lo<br />
siento.<br />
Myrna hizo un esfuerzo por relajarse y olvidarse de Eric, que estaba<br />
de pie delante del váter, lanzando hacia la taza un chorro constante<br />
y prolongado de orina. Ni siquiera se había tomado la molestia de<br />
fingir que los ignoraba. Al contrario, los miraba boquiabierto.<br />
Myrna miró sonriendo a Brian.<br />
—No pasa nada.<br />
—¿Prefieres que pare<br />
—No.<br />
Ella había creído que Brian iba a dejarlo, parando hasta el momento<br />
en que Eric se fuera, pero él continuó de inmediato, volviendo a<br />
arremeter contra ella, frotándose ahora contra su cuerpo. Ella soltó un<br />
grito cuando, inesperadamente, tuvo un orgasmo.<br />
—Aahh, sí, Brian. Sí...<br />
—Vuelvo a oírlo... —susurró Brian, que seguía arremetiendo contra<br />
ella cada vez más profunda y duramente. Le oyó tararear un riff.<br />
¿Era posible que Brian estuviera oyendo música otra vez Myrna<br />
alucinó. Aquel hombre era maravilloso.<br />
—Eric —dijo Brian—. Eric.<br />
Myrna abrió los ojos, atónita al comprobar que Brian, sin dejar de<br />
follarla, estaba llamando a su batería.<br />
Eric se acercó a la bañera, agarrándose las pelotas como si le doliese<br />
mucho.<br />
—Qué mamón, ¿hacemos un trío<br />
Brian negó con la cabeza.<br />
—Ayúdame. Necesito que la sostengas, tengo que metérsela más<br />
a fondo.<br />
—¿Más a fondo ¿Quieres hacerle un morado en el hígado<br />
Myrna se rio.<br />
—Te digo que la sujetes, ¿vale<br />
—Será un placer.<br />
Eric se sentó al borde de la bañera detrás de Myrna, con los pies<br />
metidos en el agua. Colocando una pierna a cada lado, utilizó las rodillas<br />
para sostener las caderas de Myrna, que permanecían metidas en el<br />
agua. Ella se agarró a las piernas de Eric y se recostó hacia atrás, y Brian<br />
volvió a arremeter contra ella cada vez a mayor profundidad. Con cada<br />
nuevo golpe, el agua le golpeaba a Myrna el vientre.<br />
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