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Brian se desnudó completamente en pocos segundos. Y entonces<br />
bajó la vista a los panties:<br />
—¿Es justo que yo ya esté desnudo y tú...<br />
Ella se bajó los panties hasta las rodillas, y moviendo las piernas<br />
hizo que bajaran un poco más. Luego enganchó un dedo en el elástico,<br />
se los sacó del todo y se los tiró a la cara. Brian los cazó al vuelo, se<br />
los llevó a la nariz e inspiró profundamente.<br />
—¿Puedo quedármelos<br />
—Si quieres...<br />
Brian se agachó y metió los panties en el bolsillo de los vaqueros.<br />
Luego subió las escaleras que daban acceso a la bañera, se metió en el<br />
agua y le tendió una mano. Myrna le cogió la mano, entró también en<br />
la bañera y se quedó delante de él, mirándole. Repasó con la mirada<br />
el perfil del rostro de Brian, la fuerte mandíbula, el mentón puntiagudo,<br />
los altos pómulos. Al final su mirada se posó en la pronunciada<br />
curva de sus labios, tan seductores. Brian bajó la cabeza y la besó apasionadamente:<br />
labios, lengua, dientes... empleados con arte para acariciar<br />
la boca de Myrna. El beso proseguía y el agua alcanzó el nivel de<br />
las rodillas. Cuando se retiró un poco, Brian bajó la vista al agua.<br />
—Será mejor que cierres los grifos —dijo Myrna.<br />
Así lo hizo Brian y se sumergió enseguida en el agua caliente, tendiendo<br />
los brazos hacia delante, invitándola a imitarle. Ella se encajó<br />
sentada entre los muslos de Brian, de espaldas a él, y se recostó en<br />
su cuerpo. De repente, los chorros del jacuzzi le produjeron un sobresalto.<br />
—Qué bien se está —dijo él apoyando la cabeza en el borde de la<br />
bañera y emitiendo un profundo suspiro.<br />
Myrna no pretendía, sin embargo, usar el cuarto de baño para relajarse,<br />
aunque no se sintió con fuerzas de discutirle nada. Se estaba<br />
realmente bien. Y se sintió mejor incluso cuando Brian se puso a frotarle<br />
con una pastilla de jabón el pecho y el vientre. Aunque no lo hacía<br />
tratando de calentarla, ella comenzó a jadear de deseo a los pocos instantes.<br />
—¿Así que vives cerca de aquí —preguntó él despreocupadamente.<br />
—Huuummm... —Myrna no quería compartir información personal<br />
con él. Pensaba que aquello iba a ser un ligue pasajero. Nada más—.<br />
No, no. He venido sólo al congreso. Y me lo estoy perdiendo, por<br />
cierto.<br />
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