PECADORES - Ediciones B

—No quieres que yo te conozca ni conocerme a mí, ¿verdad
Le había prometido a Trey que no iba a herir a Brian. Y deseó que
él no fuera un chico tan frágil como decía su amigo. Sabía bien que aquella
relación apenas empezada no iba a llegar a nada. Él era una estrella
del rock en plena gira. Ella era una profesora con una carrera muy exigente.
Era bien sencillo: no encajaban...
—Soy una chica de campo, o lo fui, de pequeña. Estudié en el instituto
de Columbia, en Missouri. La universidad la hice en Saint Louis.
Y ahora trabajo en Kansas City.
—Entonces, no estás muy lejos de casa.
—Y tú, ¿dónde naciste
—En Los Ángeles.
—Vaya tópico —rio ella.
—Te han advertido de que soy un típico retrasado mental con mentalidad
muy romántica, ¿verdad
—¿Qué —dijo ella volviendo la cabeza para mirarle.
—No te hagas la tonta. Ni me toques los huevos, Myr. Ya lo sé, soy
lo bastante estúpido para enamorarme en apenas doce horas. Y merezco
que me destrocen el corazón.
—No tengo la intención de destrozarle el corazón a nadie.
—Nadie tiene la intención de destrozar corazones. —Hizo una pausa—.
Bueno, tal vez eso es lo que más le gusta a Sed. Pero a mí me gustaría
algo más permanente, algo que durase bastante más que una gira
de músicos metidos en un autocar, ¿entiendes
—Claro que lo entiendo, pero...
—Incluso suponiendo que lo mío no sea más que fingir.
—Brian... Piensa que, como no me ande con cuidado, la que va a
sufrir soy yo.
—¿Y no crees que podríamos tratar de convertir esto en algo más
serio
—Es imposib... —La mano de Brian le tapó la boca.
—Bien, no lo digas. Déjame fingir que esto podría ser algo serio
—dijo Brian besándola en la sien y bajando la mano de la boca al pecho
de Myrna—. Para poder olvidarte, mañana tendré que emborracharme,
pero de verdad.
—Brian...
—Bromeaba. Si quieres que sea una relación sin ninguna clase de
compromiso, de acuerdo: que sea sin compromisos.
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