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Galvarino y Elena - Luis Emilio Recabarren

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el movimiento obrero y relataban las experiencias del Maestro <strong>Luis</strong> <strong>Emilio</strong> <strong>Recabarren</strong>. A<br />

veces, alguno traía alguno de sus folletos y leía algún trozo.<br />

También llegaban en ocasiones dirigentes nacionales de la FOCH que venían a imponerse de las<br />

condiciones de los lavaderos de oro. Uno de ellos fue Higinio Godoy quien habló de la<br />

importancia de la prensa obrera para crear conciencia entre los obreros. Era el director del diario<br />

"Justicia", órgano del Partido Comunista, y trajo varios ejemplares que distribuyó entre los<br />

mineros.<br />

Higinio me felicitó por los carteles manuscritos que yo hacía, una especie de primitivo diario<br />

mural que colocaba al lado afuera del local, y me designó corresponsal de "Justicia" en<br />

Andacollo. Un tiempo después recibí desde Santiago, con enorme emoción, el carnet que me<br />

acreditaba como tal.<br />

A aquel estímulo se sumó otro. Llegó a Andacollo el director del diario "El Progreso" de<br />

Coquimbo, el periodista Carlos Brito, quien quería conocer los problemas laborales y escuchar<br />

las opiniones de los dirigentes sindicales. Brito me designó también como corresponsal de su<br />

diario aunque, por ser menor de edad, me pidió que firmara mis notas con un seudónimo.<br />

Así comencé a trabajar como periodista y vi mis primeras noticias publicadas. Pero con ello<br />

creció mi inquietud por formarme de manera más sólida en esta profesión. El curso de<br />

periodismo por correspondencia que me había ofrecido don Tancredo Pinochet costaba $180<br />

pesos al mes. Consulté con los compañeros del sindicato si podrían ayudarme para seguirlo. "Ni<br />

un problema", dijeron. Ellos me lo pagaron, porque entendieron que sería útil no sólo para mí,<br />

sino también para la organización.<br />

Por las tardes, en la oficina, yo practicaba, hacía mis tareas y despachaba mis crónicas. Los<br />

compañeros llevaron unos pliegos de papel y así regularizamos el diario mural, que pegábamos<br />

ahí mismo, en el local del sindicato, con las novedades del pueblo, denuncias, comentarios<br />

sobre problemas locales, reivindicaciones, anuncios de reuniones, todo eso. La gente lo seguía<br />

con mucho interés. Los que sabían leer lo leían en voz alta para los que no sabían.<br />

Con las lecciones de don Tancredo adquirí ciertas bases teóricas y prácticas de periodismo. Eran<br />

siempre muy vivas y concretas, con ejemplos tomados de la vida diaria. Si un auto choca con un<br />

poste, escribía, esto puede ser una noticia de una columna por cinco centímetros, de escaso<br />

interés... o puede ser la principal información de primera página, a cinco columnas. La<br />

importancia de una noticia varía según las circunstancias. Veamos.<br />

1) Depende del lugar donde se produjo el hecho: no es lo mismo ese choque en una calle<br />

secundaria de los extramuros de Santiago, digamos Copiapó con Sierra Bella, que en Moneda<br />

con Morandé. En este caso, cambia el titular. Ya no es simplemente "Auto choca con poste"<br />

sino "Accidente a un paso de la Moneda".<br />

2) Depende de si hay sangre o no. El derramamiento de sangre tiene siempre un gran interés<br />

para los seres humanos, quienes saben que su vida depende de que dicho líquido circule el<br />

mayor tiempo posible por el interior de su cuerpo. Un muerto o un herido pasan siempre a<br />

primer plano y al título, por derecho propio, por grandes que hayan sido los daños materiales.<br />

Crece la importancia de la noticia y el accidente pasa a ser "grave", "sangriento" u otro adjetivo<br />

semejante, según el caso.<br />

3) Depende del o los protagonistas. Si el conductor causante del choque es un ciudadano<br />

anónimo, bastará consignar su nombre. Pero la cosa es muy diferente y va subiendo en<br />

importancia si es un profesional, un militar, un funcionario público, un político, un ricachón o<br />

una autoridad. Si, pongamos por ejemplo, el automóvil era conducido sin autorización y en<br />

estado de ebriedad por un joven menor de edad, hijo del Presidente de la Corte Suprema o del

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