Galvarino y Elena - Luis Emilio Recabarren
Galvarino y Elena - Luis Emilio Recabarren
Galvarino y Elena - Luis Emilio Recabarren
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
delegación a ver a la regente del establecimiento. En esos tiempos se decía más crudo: la<br />
cabrona. Cuando le contamos del proyecto, casi se murió. Estuvo santiguándose como diez<br />
minutos. Le pareció una enormidad. Pero, poco a poco, el "Pata de Baldosa" la fue<br />
convenciendo.<br />
-Aquí no va a haber ningún escándalo -le dijo-, va a ser una cosa de mucho respeto. Sólo<br />
queremos que él esté aquí un rato, que se sirva un traguito, converse con las niñas, con usted...<br />
Nada más. Después nos vamos. No queremos hacer ningún sacrilegio.<br />
De a poco, con susto, la señora le fue tomando el gusto a la cosa.<br />
-Podemos arreglar un saloncito privado- dijo.<br />
-Claro- le dijimos nosotros-, haga que las niñas se vistan muy discreto, que se porten bien. Y<br />
usted hace los honores.<br />
Al final aceptó. Se fijó una hora temprana, cuando todavía no hay parroquianos.<br />
No fue difícil convencer al padre Vega de ir a visitar a una familia "muy católica", la de la<br />
señora X y sus sobrinas, que querían conocerlo.<br />
Cuando llegamos, todo marchó de maravilla. La salita que había arreglado la dueña de casa era<br />
de lo más respetable. Hasta había colocado un gran Corazón de Jesús enmarcado, que al parecer<br />
ella tenía en su dormitorio. Las niñas, cuatro o cinco, andaban bien vestidas, sin escotes ni<br />
mangas cortas y se comportaban como colegialas unidas, sin levantar la vista. Al rato entramos<br />
en confianza, se sirvieron unas copitas de mistela, unos dulcecitos y hasta cantó una de las<br />
niñas, un vals romántico, acompañándose en guitarra. Cierto que un poco desafinada. La jefa de<br />
"Las Motores" Parecía una gran dama y se persignaba a cada rato. Un poco demasiado.<br />
Pero, no sé, don Pedro Vega no era nadita de tonto y algo debe haber percibido, tal vez notó<br />
algunas risitas de Marín o mías. La cosa es que de repente, como a la media hora de estar ahí, se<br />
paró y dijo:<br />
-Me van a tener que perdonar, pero debo retirarme.<br />
Le dio la mano a la señora y nos pegó a nosotros una mirada más bien dura. Se produjo un gran<br />
silencio. Salió, pegó un portazo y escuchamos como ponía en marcha, con dificultad, el motor<br />
de su folleque, en el que se alejó en cuanto pudo.<br />
No pasó nada más. Nos sentimos arrepentidos de la broma, a pesar que en realidad no pasó<br />
nada reprobable. El padre Vega, con quien llegué a tener una verdadera amistad, nunca habló<br />
del asunto. Rufino fue sucedido en el cargo de director por Rafael Fuentes, quien más tarde se<br />
fue a "El Siglo" de Santiago como jefe de crónica. A Fuentes lo reemplacé yo.<br />
Cuando <strong>Elena</strong> González, mi compañera, llegó al diario, al comienzo la pusieron en la parte<br />
administrativa, en la cobranza. Después pasó a ser algo así como secretaria de redacción. Salió<br />
bastante buena. Coordinaba el trabajo y también escribía algunas cosas.<br />
Ella tenía su propia vida. Muy independiente y siempre muy alegre. Conversábamos seguido,<br />
nos reíamos y nos entendíamos bastante. Hasta que un día le planteé: "¿Y por qué no nos<br />
casamos, ah" Nunca tuvimos un pololeo formal. Tal vez porque coincidíamos en las ideas. Fue<br />
algo así, atípico, como dicen ahora. Es que compartíamos tantas cosas. Claro que el matrimonio<br />
fue posterior.<br />
En aquel tiempo aprendí algo más de periodismo. La mayor parte de los redactores y todos los<br />
corresponsales eran abnegados proletarios, algunos con experiencia como dirigentes de la<br />
FOCH y del Partido. Pero tenían una concepción de la prensa un poco unilateral.<br />
Un día me llega un despacho del corresponsal en Ovalle. Título: "Postergada conferencia de la<br />
CTCH". El texto de la noticia decía, aproximadamente, así: "Se postergó para la segunda<br />
semana de octubre la Conferencia Provincial de la Confederación de Trabajadores de Chile, que<br />
debía comenzar aquí el lunes próximo con asistencia de delegados de Coquimbo, La Serena,<br />
Andacollo, Ovalle, Tierra Amarilla, etc. En esta Conferencia se tratarán los petitorios<br />
presentados por los sindicatos mineros, el tarifado de los trabajadores de la construcción de las<br />
diferentes organizaciones: enfierradores. albañiles, estucadores, carpinteros, excavadores,