16.01.2015 Views

descargar - Instituto Nacional del Teatro

descargar - Instituto Nacional del Teatro

descargar - Instituto Nacional del Teatro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En el medio, algunas escapadas al <strong>Instituto</strong> Di Tella.<br />

Conozco una chica, me encanta; no me da bola. Un día<br />

me invita al <strong>Teatro</strong> Colón porque sus padres no podían<br />

ir y tenían abono. ¿Qué hay Ballet. “¡Qué embole!”,<br />

pensé; pero la chica ameritaba una velada de tutú y<br />

pantomima. Traje y corbata prestada y allá vamos.<br />

Pero no era tutú: era Alwin Nikolais 1 . A los pocos<br />

minutos la chica había desaparecido de mi horizonte y<br />

sólo quería que aquello no terminara nunca. Yo quería<br />

ser Eso. Quería poder producir ESO. Quería entender<br />

ESO. Estaba enloquecido.<br />

Luego vino hacer la música de un infantil de una<br />

novia de la adolescencia, usé mucha percusión y fabriqué<br />

algunas cosas. Creo que por esa época Francisco<br />

Javier, recién llegado de sus estudios en Francia, da un<br />

seminario en el Centro Cultural San Martín sobre “La<br />

renovación <strong>del</strong> espacio escénico”. Me anoté. Éramos<br />

miles durante esas sesiones, no falté nunca, absorbía<br />

como loco algo que no sabía ni por qué, ni para qué<br />

pero no podía dejar de ir. Después viene mucho ir al<br />

<strong>Teatro</strong> San Martin, al Payró, al Ballet <strong>del</strong> San Martín,<br />

Nucleodanza y sótanos diversos.<br />

Conozco a Carmelo Saitta, mi papá en mi vida<br />

artística, mi maestro en el sentido absoluto de la<br />

palabra. Comencé a estudiar composición y análisis<br />

musical con él, y generación electrónica con otros<br />

señores increíbles como Enrique Belloc, Francisco<br />

Kröpfl y, luego, Gerardo Gandini. Así junto con eso<br />

a la percusión y me dedico seriamente a tocar sobre<br />

todo obras de autores contemporáneos. En esa época,<br />

tocar la percusión era un sacerdocio o una militancia.<br />

No había instrumentos, muchos los fabricábamos:<br />

las baquetas las fabricábamos, los soportes los fabricábamos…<br />

En todo esto la escena tenía su lugar.<br />

Además, la percusión en sí es de gran presencia<br />

escénica, los instrumentos son bellos, el espacio es<br />

importante. Pensá que para preparar una obra una<br />

de las primeras cosas que aparece en las lecturas<br />

iniciales es encontrar y diseñar la disposición de los<br />

instrumentos para que puedas tocar la obra en su<br />

totalidad. Como información al margen, te cuento:<br />

en los conciertos de percusión, solo o dentro de las<br />

obras contemporáneas, un instrumentista puede<br />

tocar entre 1 y 25 instrumentos o más; y todo eso es<br />

“tu instrumento” para esa obra. Entonces: espacio,<br />

desplazamiento, alturas y etcétera son parte de la<br />

obra. Creo que, sin saberlo con la palabra correcta,<br />

en esa época la noción de ficción comienza a aparecer<br />

en mi vida. Los conciertos, afortunadamente y<br />

a diferencia de los de las orquestas tradicionales,<br />

tienen algo vivo y una forma de representación que<br />

no es el mero hecho de tocar lo que está escrito. A la<br />

vez, el divorcio entre la música y la gente comienza<br />

a ser cada vez mayor y mayor.<br />

Pero la buena fortuna no me olvidó. Siempre hubo<br />

casualidades, encuentros casuales, increíbles. Por<br />

ejemplo: tocaba de invitado en un grupo de música<br />

antigua de un amigo. No era mío pero me divertía.<br />

Surge un concierto en Radio Municipal que se<br />

trasmitía en vivo. Vamos, tocamos. Un señor que<br />

estaba ahí, encargado de la discoteca de la radio en<br />

aquel momento y de la producción de ese programa,<br />

Armando Núñez, me llama al poco tiempo. El era<br />

el pianista acompañante <strong>del</strong> Ballet <strong>del</strong> San Martín<br />

hacía como once años. Una tal Ana Stekelman<br />

estaba preparando una nueva obra para su ballet<br />

y necesitaban un percusionista un tanto “extraño”,<br />

como yo. Él me había visto en ese concierto y pensó<br />

que quizás me interesaría. Casi me muero. En 1982<br />

es mi primer estreno en el San Martín, dirigido por…<br />

sí: Kive Staiff. A partir de ahí mi vida en la danza<br />

es meteórica: sigo en el San Martín, comienzo a<br />

trabajar como músico acompañante <strong>del</strong> taller <strong>del</strong><br />

San Martín, en miles de clases de danza en todos<br />

los estudios imaginables. Hago mi primera música<br />

para danza para una tal Mabel Dai Chee Chan, jovencísima,<br />

alumna de Stekelman. Fue en el ciclo Danza<br />

Abierta, en el Blanca Podestá. Entonces, la fortuna<br />

1 Alwin Nikolais (1912-1993. Compositor y coreógrafo<br />

norteamericano. Creador <strong>del</strong> “teatro<br />

total” en el cual las luces, los colores, los<br />

sonidos y los movimientos de los bailarines se<br />

aúnan para conjugar gestos y formas<br />

<strong>Teatro</strong> & Música<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!