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La Música<br />
&<br />
La Trama<br />
por Diego FISCHERMAN<br />
Las lenguas san, habladas entre otros por los Khoi,<br />
en el sur de África, se componen de chasquidos y golpes<br />
de lengua y glotis. La posición de la boca implica<br />
cambios en la caja de resonancia pero allí no hay vocales.<br />
En esas lenguas no hay sonidos que permanezcan<br />
en el tiempo. Sin embargo, los Khoi cantan. No es<br />
extraño. La música es diferente en cada cultura pero,<br />
hasta ahora, no existe testimonio de ninguna etnia,<br />
ni presente ni pasada, que no haya tenido música. La<br />
afirmación podría parecer una obviedad. No lo es, en<br />
tanto implica algo verdaderamente misterioso, y es<br />
la creencia en absolutamente todas las culturas de<br />
la Tierra, de que el sonido entonado y ritmado tiene<br />
significados propios. Y, más aún, de que la palabra<br />
cantada es más poderosa que la palabra.<br />
Para los Khoi, y también para el público de ópera,<br />
para los distintos credos religiosos y para los<br />
enamorados de Buenos Aires, Nueva York, Munich,<br />
Barquisimeto, Osaka o Guanajuato, para los Mapuche<br />
o los bosquimanos, cuando se quiere decir algo realmente<br />
importante, cuando se quiere hablar con los<br />
dioses o conseguir la más absoluta de las entregas<br />
amorosas, cuando se despide a los muertos o se<br />
recibe a la temporada de las cosechas, las palabras<br />
no se dicen. Se cantan. Al fin y al cabo, un texto bastante<br />
inocente como “ayer todos mis problemas<br />
parecían estar tan lejos” sería muy diferente sin<br />
la música de Paul McCartney y el acompañamiento<br />
de un cuarteto de cuerdas escrito por George Martin<br />
para acompañar aquella canción de The Beatles. A<br />
primera vista podría pensarse que es la letra la que<br />
da el significado a una canción. Y, sin embargo, el<br />
sentido de “Mi Buenos Aires querido, cuando<br />
yo te vuelva a ver” no existiría –o no existiría de la<br />
misma manera– sin la música (y sin la voz de Gar<strong>del</strong>,<br />
que, obviamente, es parte de la música). De la misma<br />
manera, alguien recitando “antes de esta aurora,<br />
yo cerraré los ojos” estaría lejos de conseguir el<br />
mismo efecto emocional que la soprano que canta<br />
el papel de Liù, en la ópera Turandot de Puccini. Es<br />
la música, igual que en una canción popular, la que<br />
dota de significado a ese verso. La pregunta es: ¿qué<br />
significado<br />
I<br />
Nadie tiene dudas de que la música provoca emociones.<br />
Pero nadie sabe exactamente de qué emociones<br />
se trata ni, mucho menos, el porqué. ¿Tristeza<br />
¿Alegría ¿O algo que está aun más atrás, antes incluso<br />
que las palabras y la posible formulación de un<br />
sentimiento ¿Qué quieren decir exactamente frases<br />
habituales referidas al efecto de la música como “te<br />
4 CUADERNOS DE PICADERO