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medioambiente<br />

FOTO: Archivo Semana - Juan Carlos Sierra<br />

Parados<br />

Los mineros de Marmato, Caldas,<br />

protagonizan un documental sobre su<br />

lucha por alejar las multinacionales de<br />

su pueblo. Su historia es conmovedora<br />

y ha ganado varios premios.<br />

me siento<br />

más cómodo<br />

dentro<br />

de la<br />

mina que<br />

“Yo por fuera.<br />

Cuando<br />

salgo a la calle, siento que ya no<br />

me adapto”, dice José Dumar Vélez,<br />

un minero recio que ha estado<br />

buscando el oro en las montañas<br />

de Marmato desde que era niño.<br />

“Por eso, desde que llegaron las<br />

multinacionales con la idea de<br />

trasladar el pueblo para hacer<br />

una mina a cielo abierto, me siento<br />

amenazado. No solo porque no sé<br />

hacer nada aparte de ser minero,<br />

sino porque tampoco me imagino<br />

viviendo en otra parte”, concluye.<br />

José Dumar es el protagonista<br />

de Marmato, un documental<br />

dirigido por Mark Grieco, que<br />

en oro<br />

se estrenó esta semana y que se<br />

ha ganado múltiples premios. El<br />

director estadounidense llegó al<br />

municipio de Caldas en 2006, con<br />

apenas una cámara fotográfica,<br />

diciéndole a los marmateños que<br />

quería contar su historia. Dumar<br />

desconfió de él al principio pues<br />

creía que por ser ‘gringo’ trabajaba<br />

para la minera canadiense que<br />

quiere hacer un megaproyecto<br />

allí, pero con el pasar del tiempo<br />

le abrió las puertas de su mina y<br />

de su casa. Grieco lo filmó día tras<br />

día por cerca de seis años. En muchos<br />

momentos no entendía por<br />

qué el filme no salía más rápido y<br />

por eso en dos ocasiones renunció<br />

a ser su protagonista. “Ya tenía<br />

eso por perdido”, dice entre risas.<br />

Apenas se publicó el documental<br />

fue un éxito. Se ganó dos<br />

premios en Sundance, uno de los<br />

Por Cristina<br />

Castro*<br />

*Periodista de<br />

Ambiente, de<br />

revista SEMANA<br />

festivales más reconocidos del<br />

mundo, y tres en el Festival de<br />

Cine de Cartagena. El pasado dos<br />

de agosto lo estrenaron en Marmato.<br />

Había tanta expectativa,<br />

que tuvieron que transmitirlo en<br />

el Polideportivo. Fue más gente<br />

que en las Fiestas del oro, las<br />

tradicionales del municipio. Más<br />

de 1.200 personas se agolparon<br />

para verlo y, cuando se vieron en<br />

la pantalla grande, muchos no<br />

pudieron contener las lágrimas.<br />

Lo que cuenta la película<br />

no es más que la historia de<br />

su pueblo y de su resistencia.<br />

Marmato lleva la minería en su<br />

ADN, tanto que Simón Bolívar<br />

usó esas minas para financiar<br />

la independencia de Colombia.<br />

El municipio se extiende únicamente<br />

alrededor de un cerro que<br />

guarda en sus entrañas la leyenda<br />

del Dorado y que hoy se cree<br />

que es una de las reservas más<br />

grandes del metal precioso que<br />

queda en el mundo. Hace más de<br />

cincuenta años, para controlar la<br />

fiebre del oro, la montaña se dividió<br />

en dos: la parte alta era para<br />

los pequeños mineros y la baja<br />

para las grandes empresas. Los<br />

problemas comenzaron cuando<br />

esa frontera invisible se perdió.<br />

Desde hace un par de años, la<br />

empresa Gran Colombian Gold<br />

busca desarrollar en toda la montaña<br />

un proyecto de mina a cielo<br />

abierto para lo cual ha planteado<br />

reubicar la totalidad del pueblo.<br />

“Para nosotros esa propuesta<br />

es una humillación”, dice Mario<br />

Tangarife, presidente de la<br />

Asociación de Mineros Tradicionales<br />

de Marmato. “Este cerro es<br />

nuestro desde hace más de 500<br />

años, nos lo heredaron nuestros<br />

antepasados y no nos vamos a<br />

ir. Vamos a defenderlo porque es<br />

lo único que tenemos”, agrega.<br />

Luis Gonzaga, un abuelo que<br />

decidió enfrentar ese problema<br />

con melodías compuestas por él,<br />

resume lo que vive su pueblo en<br />

una canción con la que abre el<br />

documental (ver vídeo en Internet)<br />

“el oro es muy bendito, el oro<br />

es muy sagrado, lo dejó mi diosito,<br />

pero es muy codiciado”.<br />

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