Documento_31900_20140929

ESPECIAL 00 IDEAS
InnovacI ón pedagógI ca
SEmAnA SOSTEnIbLE
La escuela
vA A TI
A través de las estepas de Mongolia,
las comunidades nómadas soportan
temperaturas de hasta 50 grados centígrados
bajo cero, mientras se mueven
entre las montañas heladas para
vivir del pastoreo y la ganadería. Hasta
allí ha llegado Unicef con sus jardines
móviles infantiles para garantizar que
los niños puedan acceder a la escuela.
Cerca de 25 pequeños de 3 a 5 años se
reúnen por dos o tres días para realizar
actividades de estimulación temprana
y recibir alimentación financiada por
el organismo internacional, el gobierno
mongol y diversos patrocinadores.
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Desde el frío extremo hasta los desiertos de Niger y Malí en África, la puesta en marcha de
este modelo educativo es un gran paso a la escolarización de los más chicos.
FOTO: cortesía Unicef Mongolia
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SER nIñO
Históricamente las favelas en las grandes
urbes de Brasil han representado
un reto para la sociedad. En estos
barrios muchos niños que no cuentan
con la asistencia y el soporte familiar
necesarios son víctimas de la venta de
drogas, del trabajo infantil y del abandono
estatal. Esta problemática social
hace que la tasa promedio de analfabetismo
en Brasil sea del 15 por ciento y
se incremente hasta el 35 por ciento en
estados como Minas Gerais.
Este fue el panorama que Sebastián
Rocha, en compañía con otros
profesores, quiso cambiar al crear el
programa “Ser criança” (Ser niño), que
busca experimentar nuevas metodologías
de intervención educativa y eliminar
situaciones de desprotección social.
Esta iniciativa les brinda a los niños
más horas de estudio y les da la posibilidad
de participar en actividades extracurriculares
que les aporten mayores
elementos para formarse como personas
íntegras y valiosas para la sociedad.
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CLASES
A bORDO
Cuando sus
salones se inundan,
miles de niños
de Bangladesh
aprenden en botes
que funcionan con
energía solar.
Cada año, al comienzo de junio, la temporada
del monzón llega a Bangladesh.
El fenómeno se extiende por tres
o cuatro meses, tiempo durante el cual
miles de niños se quedan sin escuelas.
Pero desde hace 12 años, Shidhulai
Swanirvar Sangstha, una organización
sin ánimo de lucro, encontró una
solución creativa: las escuelas flotantes.
Se trata de botes con capacidad
para 30 alumnos que recogen a los niños
en sus casas para que un grupo de
profesores les dicten las clases a bordo.
Están equipados con un computador
portátil, conexión a Internet, una biblioteca
y están hechos con materiales
locales de origen natural. Funcionan
con paneles de energía solar instalados
en el techo, lo que les permite trabajar
incluso al comenzar la noche.
Desde 2002, las escuelas flotantes
han beneficiado a 90.000 niños cumpliendo
con el dicho de Mohammed
Rezwan, el arquitecto bangladesí que
diseñó los botes: “Si los niños no van a la
escuela, la escuela debe ir por los niños”.
FOTO: cortesía Shidhulai Swanirvar Sangstha
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