Documento_31900_20140929
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ESPECIAL 00 IDEAS<br />
CONTEXTO<br />
semana sostenible<br />
Skills). Este informe destacaba su importancia<br />
para administrar recursos,<br />
tiempo, dinero, materiales, personas,<br />
capacidades interpersonales, competencias<br />
para procesar información, comprensión<br />
de sistemas y tecnológicas. En<br />
la base de estas se encuentran las de lectura,<br />
escritura, aritmética, comunicación,<br />
pensamiento, toma de decisiones,<br />
y las personales, como responsabilidad<br />
individual, autoestima, sociabilidad,<br />
manejo personal e integridad.<br />
Aun cuando existe un consenso<br />
creciente sobre la importancia de que<br />
las escuelas desarrollen competencias<br />
más amplias que las que contempla<br />
el énfasis tradicional del currículo<br />
en las asignaturas básicas, muchas<br />
escuelas y sistemas educativos están<br />
apenas adelantando esfuerzos para<br />
subir un par de peldaños en la jerarquía<br />
de habilidades para pasar del<br />
conocimiento de los hechos a la comprensión<br />
y, así mismo, a la capacidad<br />
de resolver problemas.<br />
Desde la Universidad de Harvard<br />
estudiamos la forma como los países<br />
se enfrentan a este reto. Realizamos<br />
una investigación comparada no solo<br />
sobre los propósitos de sus currículos<br />
académicos, sino también sobre los<br />
programas y políticas que les permiten<br />
lograr dichos objetivos.<br />
En este esfuerzo, aún en curso,<br />
encontramos importantes diferencias.<br />
Unos países utilizan un modelo importado<br />
de la gestión de empresas del<br />
siglo pasado que consiste en definir<br />
metas específicas, medirlas y utilizar<br />
incentivos para lograr estas metas (por<br />
ejemplo, mejores puntajes en pruebas<br />
estatales o internacionales). Otras naciones,<br />
como Singapur, invierten más<br />
en desarrollar los contenidos y en preparar<br />
mejores profesores y directores<br />
de escuela para que puedan apoyar a<br />
sus alumnos en el desarrollo de estas<br />
habilidades del siglo XXI.<br />
Ahora, las herramientas exitosas<br />
para mejorar la gestión educativa no<br />
son igualmente útiles para promover<br />
la innovación en las aulas. En el primer<br />
caso, que se enfoca en resultados, se<br />
hacen reformas a gran escala pero se<br />
descuida la pertinencia de los contenidos<br />
educativos y las particularidades<br />
de cada grupo de alumnos de acuerdo<br />
con sus contextos social y cultural.<br />
Cambiar los propósitos de la educación,<br />
y en particular traducir loa propósitos<br />
más difíciles de alcanzar en una nueva<br />
cultura escolar, requiere esfuerzos de<br />
mayor complejidad y ambición.<br />
Como resultado, estos sistemas industriales<br />
sí han mejorado la eficiencia<br />
pero no han logrado inducir reformas<br />
que promuevan la innovación, ya que<br />
los instrumentos utilizados para lograr<br />
la orientación a corto plazo, a los que<br />
ellos llevan, desplazan a la perspectiva<br />
de la transformación de largo alcance<br />
que es necesaria para reformas más<br />
adaptativas de la escuela a los cambios<br />
sociales de su entorno.<br />
Sin embargo, hay nuevos desarrollos<br />
en diversas áreas donde la tecnología<br />
permite incorporar a grandes grupos<br />
expertos en la solución colectiva a problemas<br />
complejos. La versión más popular<br />
de este concepto es el crowdsourcing,<br />
que es solo una instancia de una clase<br />
general de formas de ‘inteligencia colectiva’.<br />
Actualmente es posible crear sistemas<br />
que permitan que grupos amplios<br />
de profesionales de la educación –maestros<br />
y directores de escuela– participen<br />
en la definición de los propósitos de la<br />
educación y en el desarrollo de pedagogías<br />
y planes de estudios que preparen a<br />
los estudiantes para esta era.<br />
Vivimos en una época de oportunidades<br />
sin precedentes para la innovación<br />
educativa generada a menudo<br />
por pequeños grupos, y hay un gran<br />
potencial de cambio para la educación<br />
si se estudian estas novedades locales,<br />
que no en pocos casos están ayudando<br />
a los estudiantes a desarrollar las<br />
competencias que necesitan.<br />
Se deben difundir estas buenas<br />
prácticas de la educación y lo que hacen<br />
las diferentes comunidades de<br />
aprendizaje profesional para que se<br />
transfiera el conocimiento. La educación<br />
del siglo XXI se podría acelerar si<br />
se promueve la innovación a través de<br />
redes para que involucren más a maestros<br />
y a otros innovadores educativos<br />
en grupos que conformen una ‘mente<br />
colectiva’ que asuma retos más allá<br />
de las capacidades individuales de sus<br />
integrantes. Una educación del siglo<br />
XXI requerirá también de una gestión<br />
apropiada para el mismo.<br />
FOTO: Archivo Particular SS9 Raimers<br />
*Profesor de política educativa e innovación<br />
en la Universidad de Harvard, donde dirige el<br />
programa de estudios de posgrado en política<br />
educativa internacional y el programa de<br />
investigación sobre innovación educativa global.<br />
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