Documento_31900_20140929
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PORTADA<br />
Internet podíamos aprender sobre imagen<br />
y edición y no teníamos que esperar<br />
a un profesor experto para que nos enseñara.<br />
En ese momento el aprendizaje<br />
fue colectivo y después de un año, todos<br />
los niños ya sabían algo sobre el mundo<br />
audiovisual”, afirma el fundador.<br />
Sin embargo, la idea no se centraba<br />
en los fundamentos técnicos, sino<br />
en que la comunidad los aplicara en<br />
el territorio y en las historias del día<br />
a día. Por eso los protagonistas de los<br />
clips eran el tendero, el ama de casa,<br />
el comerciante o el político. “La clave<br />
de la enseñanza fue apropiarse no solo<br />
de los equipos, sino también del espacio<br />
que cada niño habita para construir<br />
con autonomía, su proyecto de<br />
vida”, asegura González.<br />
La historia detrás de Telegordo<br />
En 2008, la ONG española Tomando<br />
Conciencia llegó al municipio para<br />
construir junto a los pobladores la<br />
sede de la Escuela Audiovisual, que<br />
contaría con: una sala de proyecciones<br />
llamada Cine Pocho, con capacidad<br />
para 50 personas; una de edición<br />
(Tomando Conciencia); una de dibujo<br />
(Chocolate Studio), y una sala de coordinación<br />
(Sala de corbatas).<br />
Durante la construcción, a alguien<br />
se le ocurrió que el Gordo, como llamaban<br />
a uno de los niños fundadores de la<br />
EAI, narrara las cosas que iban sucediendo<br />
‘tras bambalinas’. Dos años después,<br />
retomaron la idea y crearon un<br />
proyecto de televisión infantil, llamado<br />
Telegordo. Este participó en la Convocatoria<br />
de estímulos para el fomento de<br />
la producción infantil organizada por el<br />
Ministerio de Cultura y la Comisión Nacional<br />
de Televisión, y ganó. Los fondos<br />
llegaron, mientras los niños comenzaban<br />
una carrera contrareloj para crear<br />
ocho películas en ocho semanas.<br />
Señal Colombia emitió los ocho<br />
capítulos y aunque su señal no llegaba<br />
a Belén de los Andaquíes, la comunidad<br />
pudo verse en la pantalla gracias<br />
al canal local de televisión. Este ha<br />
sido uno de los logros más importantes<br />
de la EAI, gracias al cual el 23 de<br />
febrero de 2013 ganaron un premio<br />
India Catalina como la Mejor producción<br />
de televisión comunitaria.<br />
De inmediato, Alirio González y la<br />
escuela fueron el principal tema de conversación<br />
de los pobladores y de algunos<br />
extranjeros que conocían la iniciativa.<br />
Hoy, 20 niños trabajan directamente en<br />
cineforos, talleres de lectura y escritura,<br />
edición y realización, al mismo tiempo<br />
que se han creado espacios dedicados a<br />
las amas de casa y los adultos mayores<br />
con el fin de involucrarlos en la cultura<br />
audiovisual. “Trabajar con jóvenes es<br />
estar en el negocio de la alegría, y en<br />
FOTOS: cortesía Escuela Audiovisual Infantil<br />
términos de financiación, hemos propendido<br />
por la autonomía de los gobiernos<br />
de turno, capacitando a los habitantes<br />
para que la manutención de la escuela<br />
no se convierta en un problema”, dice.<br />
Así algunas producciones como<br />
El retrato de Belén, Relatos del camino<br />
andaquí y Películas al derecho<br />
han sido la mejor forma de construir<br />
a través de la educación narrativa y<br />
visual y, a su vez, mejorar las condiciones<br />
de vida de muchos niños.<br />
“Nos dábamos cuenta de que la<br />
educación formal aislaba a los jóvenes.<br />
Muchos salían del colegio sin saber, ni<br />
siquiera, el nombre del alcalde del pueblo<br />
o cuáles eran nuestras riquezas naturales.<br />
Por eso hoy la EAI es un laboratorio<br />
de aprendizaje que busca que cada niño<br />
haga lo que más le gusta, formando así<br />
colectivos autónomos y responsables”.<br />
“Sin – hiS t o r i a –<br />
no – hay – cámara”<br />
Por NiNy Ledesma, joveN beLemita.<br />
“Mi infancia en Belén de los Andaquíes<br />
habría transcurrido como la de<br />
la mayoría de niñas, si no fuera porque<br />
ingresé a la Escuela Audiovisual<br />
Infantil. En diciembre de 2005, a mis<br />
11 años, una de mis amigas apareció<br />
en la noche con el cuento de que<br />
un hombre y una mujer les habían<br />
prestado a ella y a otros niños del<br />
barrio una cámara digital. Cambié las<br />
jornadas de coser vestidos para mis<br />
muñecas, por la escritura de historias<br />
y por entender que Sin – historia –<br />
no – hay- cámara. Mi primera foto<br />
película se llamó Nuestra cuadra, y<br />
hablaba de los oficios de la gente, la<br />
casa más bonita y la más viejita del<br />
lugar donde viví toda mi vida.<br />
A punta de historias y fotos, empecé<br />
a crecer y a dejar de verme a mí misma<br />
solo como una madre de familia,<br />
porque para mí la universidad era una<br />
opción que no estaba contemplada.<br />
La EAI me abrió los ojos y en un mes<br />
quería ser abogada; al otro mes, reportera;<br />
después, camarógrafa. Hoy<br />
estudio fotografía en Bogotá con la<br />
ayuda de infinidad de personas a las<br />
que les debo mucho.<br />
Qué bueno sería que se les apostara<br />
más a este tipo de proyectos,<br />
porque a pesar de todo, en este país<br />
hay mucha gente talentosa; lo que<br />
no hay son oportunidades”.<br />
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