El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
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último ayudó con sus consejos a <strong>la</strong> redacción de <strong>la</strong> revista y <strong>la</strong> criticó frecuentemente<br />
por sus desviaciones del marxismo. A partir de <strong>la</strong> segunda mitad de<br />
los años 90, después del fallecimiento del Engels, <strong>la</strong> revista insertó de modo<br />
sistemático artículos de revisionistas, entre ellos <strong>la</strong> serie de Eduardo Bernstein<br />
Problemas del socialismo, que inició <strong>la</strong> cruzada de los revisionistas contra el<br />
marxismo. En los años de <strong>la</strong> primera guerra mundial (1914-1918), <strong>la</strong> revista<br />
mantuvo una posición centrista, apoyando de hecho a los socialchovinistas. [<br />
volver]<br />
[14] La tesis referente a <strong>la</strong> diversidad de formas de <strong>la</strong> dictadura del proletariado<br />
fue formu<strong>la</strong>da por Lenin ya en 1916, en el artículo Sobre <strong>la</strong> caricatura<br />
del marxismo y el «economismo imperialista», en el que se rebatían <strong>la</strong>s<br />
concepciones oportunistas de Piatakov. Este artículo vio <strong>la</strong> luz sólo en 1924,<br />
años después de <strong>la</strong> Revolución Socialista de Octubre. Al analizar el desarrollo<br />
histórico en <strong>la</strong>s condiciones propias del imperialismo, Lenin decía: «Todas<br />
<strong>la</strong>s naciones llegarán al socialismo, eso es inevitable, pero no llegarán de<br />
<strong>la</strong> misma manera; cada una de el<strong>la</strong>s aportará sus elementos pecualiares a una<br />
u otra forma de <strong>la</strong> democracia, a una u otra variante de <strong>la</strong> dictadura del<br />
proletariado, en uno u otro ritmo de <strong>la</strong>s transformaciones socialistas de los<br />
diversos aspectos de <strong>la</strong> vida social. No hay nada más mezquino en el aspecto<br />
teórico ni más ridículo en el aspecto práctico que, «en nombre del materialismo<br />
histórico» imaginarse el futuro en este terreno pintado de un uniforme<br />
color grisáceo: eso no sería más que un pintarrajo de Súzdal». Lenin subrayó<br />
más tarde que <strong>la</strong> diversidad de formas de <strong>la</strong> dictadura del proletariado dimanan<br />
de <strong>la</strong>s distintas formas en que el poder pasa a manos de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera,<br />
así como de <strong>la</strong> especificidad de <strong>la</strong>s condiciones socioeconómicas y políticas<br />
en los diferentes países. Por ejemplo, en el artículo La economía y <strong>la</strong> política<br />
en <strong>la</strong> época de <strong>la</strong> dictadura del proletariado, escrito en 1919, Lenin definió<br />
el Poder soviético como una forma estatal de <strong>la</strong> dictadura del proletariado<br />
que reflejaba <strong>la</strong>s pecualiaridades del desarrollo histórico de Rusia, reveló los<br />
rasgos generales y específicos del <strong>Estado</strong> proletario soviético.<br />
<strong>El</strong> movimiento liberador internacional después de <strong>la</strong> Revolución Socialista<br />
de Octubre -y sobre todo, después de <strong>la</strong> segunda guerra mundial- ade<strong>la</strong>ntó<br />
una forma nueva, diferente del Poder soviético, de dictadura del proletariado:<br />
<strong>la</strong> democracia popu<strong>la</strong>r, que se afianzó en un conjunto de países de Europa<br />
Central y Sudoriental y de Asia. <strong>El</strong> surgimiento de <strong>la</strong> democracia popu<strong>la</strong>r fue<br />
posible gracias a <strong>la</strong>s nuevas condiciones históricas, que ampliaron <strong>la</strong> base<br />
social de <strong>la</strong> revolución, reflejaron los cambios c<strong>la</strong>sistas en el mundo capitalista<br />
contemporáneo y acercaron entre sí <strong>la</strong>s tareas democráticas generales y<br />
socialistas de <strong>la</strong> revolución. Lenin dijo en 1923, en el artículo Nuestra revolución:<br />
«Las revoluciones ulteriores en los países de Oriente, con una pob<strong>la</strong>ción<br />
incomparablemente más numerosa y que se diferencian muchísimo más<br />
V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
En quinto lugar, en esta misma obra de Engels, de <strong>la</strong> que todos<br />
citan el pasaje sobre <strong>la</strong> extinción del <strong>Estado</strong>, se contiene un pasaje<br />
sobre <strong>la</strong> importancia de <strong>la</strong> revolución violenta. <strong>El</strong> análisis histórico<br />
de su papel lo convierte Engels en un verdadero panegírico de <strong>la</strong><br />
revolución violenta. Esto “nadie lo recuerda”. Sobre <strong>la</strong> importancia<br />
de este pensamiento, no es uso hab<strong>la</strong>r ni siquiera pensar en los<br />
partidos socialistas contemporáneos estos pensamientos no desempeñan<br />
ningún papel en <strong>la</strong> propaganda ni en <strong>la</strong> agitación cotidianas<br />
entre <strong>la</strong>s masas. Y, sin embargo, se hal<strong>la</strong>n indisolublemente<br />
unidos a <strong>la</strong> “extinción” del <strong>Estado</strong> y forman con el<strong>la</strong> un todo armónico.<br />
He aquí el pasaje de Engels:<br />
“ ... De que <strong>la</strong> violencia desempeña en <strong>la</strong> historia otro papel<br />
[además del de agente del mal], un papel revolucionario; de que,<br />
según <strong>la</strong> expresión de Marx, es <strong>la</strong> partera de toda vieja sociedad<br />
que lleva en sus entrañas otra nueva [7] ; de que <strong>la</strong> violencia es el<br />
instrumento con <strong>la</strong> ayuda del cual el movimiento social se abre<br />
camino y rompe <strong>la</strong>s formas políticas muertas y fosilizadas, de<br />
todo eso no dice una pa<strong>la</strong>bra el señor Dühring. Sólo entre suspiros<br />
y gemidos admite <strong>la</strong> posibilidad de que para derrumbar el<br />
sistema de explotación sea necesaria acaso <strong>la</strong> violencia, desgraciadamente,<br />
afirma, pues el empleo de <strong>la</strong> misma, según él, desmoraliza<br />
a quien hace uso de el<strong>la</strong>. ¡Y esto se dice, a pesar del<br />
gran avance moral e intelectual, resultante de toda revolución<br />
victoriosa! Y esto se dice en Alemania, donde <strong>la</strong> colisión violenta<br />
que puede ser impuesta al pueblo tendría, cuando menos, <strong>la</strong><br />
ventaja de destruir el espíritu de servilismo que ha penetrado en<br />
<strong>la</strong> conciencia nacional como consecuencia de <strong>la</strong> humil<strong>la</strong>ción de<br />
<strong>la</strong> Guerra de los Treinta Años [8] . ¿Y estos razonamientos turbios,<br />
anodinos, impotentes, propios de un párroco rural, se pretende<br />
imponer al partido más revolucionario de <strong>la</strong> historia”<br />
(Lugar citado, pág. 193, tercera edición alemana, final del IV<br />
capítulo, II parte).<br />
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