09.02.2015 Views

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

78<br />

tisface a “todos”. Engels prosigue: “Y, sin embargo, no hay más<br />

remedio que abordar <strong>la</strong> cosa de un modo o de otro. Hasta qué<br />

punto es esto necesario, lo demuestra el oportunismo, que está<br />

difundiéndose [einreissende ] precisamente ahora en una gran<br />

parte de <strong>la</strong> prensa socialdemócrata. Por miedo a que se renueve<br />

<strong>la</strong> ley contra los socialistas [28] , o por el recuerdo de diversas<br />

manifestaciones hechas prematuramente bajo el imperio de aquel<strong>la</strong><br />

ley, se quiere que el Partido reconozca ahora que el orden<br />

legal vigente en Alemania es suficiente para realizar todas <strong>la</strong>s<br />

reivindicaciones de aquél por <strong>la</strong> vía pacífica...”<br />

Engels destaca en primer p<strong>la</strong>no el hecho fundamental de que los<br />

socialdemócratas alemanes obraban por miedo a que se renovase<br />

<strong>la</strong> ley de excepción, y califica esto, sin rodeos, de oportunismo,<br />

dec<strong>la</strong>rando como completamente absurdos los sueños acerca de<br />

una vía “pacífica”, precisamente por no existir en Alemania ni República<br />

ni libertades. Engels es lo bastante cauto para no atarse <strong>la</strong>s<br />

manos. Reconoce que en países con República o con una gran<br />

libertad “cabe imaginarse” (¡so<strong>la</strong>mente “imaginarse”) !un desarrollo<br />

pacífico hacia el socialismo, pero en Alemania, repite:<br />

“...En Alemania, donde el gobierno es casi omnipotente y el<br />

Reichstag y todas <strong>la</strong>s demás instituciones representativas carecen<br />

de poder efectivo, el proc<strong>la</strong>mar en Alemania algo semejante,<br />

y además sin necesidad alguna, significa quitarle al absolutismo<br />

<strong>la</strong> hoja de parra y colocarse uno mismo a cubrir <strong>la</strong> desnudez<br />

ajena...”<br />

Y, en efecto, <strong>la</strong> inmensa mayoría de los jefes oficiales del Partido<br />

Socialdemócrata alemán, partido que “archivó” estas indicaciones,<br />

resultaron ser encubridores del absolutismo.<br />

“...Semejante política sólo sirve para poner en el camino falso al<br />

propio partido. Se hace pasar a primer p<strong>la</strong>no <strong>la</strong>s cuestiones políticas<br />

generales, abstractas, y de este modo se oculta <strong>la</strong>s cuestiones<br />

concretas más inmediatas, aquel<strong>la</strong>s que se ponen por sí<br />

V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />

sus elegidos. En segundo lugar, todos los funcionarios, altos y<br />

bajos, sólo estaban retribuidos como los demás obreros. <strong>El</strong> sueldo<br />

máximo abonado por <strong>la</strong> Comuna no excedía de 6.000 francos<br />

[**] . Con este sistema se ponía una barrera eficaz al arribismo<br />

y <strong>la</strong> caza de cargos, y esto aun sin contar los mandatos imperativos<br />

que introdujo <strong>la</strong> Comuna para los diputados a los organismos<br />

representativos...”<br />

Engels llega aquí a este interesante límite en que <strong>la</strong> democracia<br />

consecuente se transforma, de una parte, en socialismo y, de otra<br />

parte, rec<strong>la</strong>ma el socialismo, pues para destruir el <strong>Estado</strong> es necesario<br />

transformar <strong>la</strong>s funciones de <strong>la</strong> administración del <strong>Estado</strong> en<br />

operaciones de control y registro tan sencil<strong>la</strong>s, que sean accesibles<br />

a <strong>la</strong> inmensa mayoría de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción, primero, y a toda <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción,<br />

sin distinción, después. Y <strong>la</strong> supresión completa del arribismo<br />

exige que los cargos “honoríficos” del <strong>Estado</strong>, aunque sean sin<br />

ingresos, n o puedan servir de trampolín para pasar a puestos altamente<br />

retribuidos en los Bancos y en <strong>la</strong>s sociedades anónimas,<br />

como ocurre constantemente hoy hasta en los países capitalistas<br />

más libres.<br />

Pero Engels no incurre en el error en que incurren, por ejemplo,<br />

algunos marxistas en lo tocante a <strong>la</strong> cuestión del derecho de <strong>la</strong>s<br />

naciones a <strong>la</strong> autodeterminación, creyendo que bajo el capitalismo<br />

este derecho es imposible, y, bajo el socialismo, superfluo. Semejante<br />

argumentación, que quiere pasar por ingeniosa, pero que en<br />

realidad es falsa, podría repetirse a propósito de cualquier institución<br />

democrática, y a propósito también de los sueldos modestos<br />

de los funcionarios, pues un democratismo llevado hasta sus últimas<br />

consecuencias es imposible bajo el capitalismo, y, bajo el socialismo,<br />

toda democracia se extingue.<br />

Esto es un sofisma parecido a aquel viejo chiste de si una persona<br />

comienza a quedarse calva cuando se le cae un pelo.<br />

<strong>El</strong> desarrollo de <strong>la</strong> democracia hasta sus últimas consecuencias,<br />

<strong>la</strong> indagación de <strong>la</strong>s formas de este desarrollo, su comprobación<br />

87

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!