El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
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Y bien, si el proletariado y los campesinos pobres toman en sus<br />
manos el Poder del <strong>Estado</strong>, se organizan de un modo absolutamente<br />
libre en comunas y unifican <strong>la</strong> acción de todas <strong>la</strong>s comunas<br />
para dirigir los golpes contra el capital, para ap<strong>la</strong>star <strong>la</strong> resistencia<br />
de los capitalistas, para entregar a toda <strong>la</strong> nación, a toda <strong>la</strong> sociedad,<br />
<strong>la</strong> propiedad privada sobre los ferrocarriles, <strong>la</strong>s fábricas, <strong>la</strong><br />
tierra, etc., ¿acaso esto no será el centralismo ¿Acaso esto no será<br />
el más consecuente centralismo democrático, y además un centralismo<br />
proletario<br />
A Bernstein no le cabe, sencil<strong>la</strong>mente, en <strong>la</strong> cabeza que sea posible<br />
un centralismo voluntario, una unión voluntaria de <strong>la</strong>s comunas<br />
en <strong>la</strong> nación, una fusión voluntaria de <strong>la</strong>s comunas proletarias<br />
para ap<strong>la</strong>star <strong>la</strong> dominación burguesa y <strong>la</strong> máquina burguesa del<br />
<strong>Estado</strong>. <strong>Para</strong> Bernstein, como para todo filisteo, el centralismo es<br />
algo que sólo puede venir de arriba, que sólo puede ser impuesto y<br />
mantenido por <strong>la</strong> burocracia y el militarismo.<br />
Marx subraya intencionadamente, como previendo <strong>la</strong> posibilidad<br />
de que sus ideas fuesen tergiversadas, que el acusar a <strong>la</strong> Comuna<br />
de querer destruir <strong>la</strong> unidad de <strong>la</strong> nación, de querer suprimir<br />
el Poder central, es una falsedad consciente. Marx usa intencionadamente<br />
<strong>la</strong> expresión “organizar <strong>la</strong> unidad de <strong>la</strong> nación”, para contraponer<br />
el centralismo consciente, democrático, proletario, al centralismo<br />
burgués, militar, burocrático.<br />
Pero ... no hay peor sordo que el que no quiere oír. Y los oportunistas<br />
de <strong>la</strong> socialdemocracia actual no quieren, en efecto, oír<br />
hab<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> destrucción del Poder del <strong>Estado</strong>, de <strong>la</strong> eliminación del<br />
parásito.<br />
5. La destrucción del <strong>Estado</strong> parásito.<br />
Hemos citado ya, y vamos a completar<strong>la</strong>s aquí, <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras de<br />
Marx re<strong>la</strong>tivas a este punto.<br />
“Generalmente, <strong>la</strong>s nuevas creaciones históricas están destina-<br />
V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
reconoce <strong>la</strong> propiedad privada de los individuos sobre los medios<br />
de producción. <strong>El</strong> socialismo los convierte en propiedad común.<br />
En este sentido —y sólo en este sentido— desaparece el “derecho<br />
burgués”.<br />
Sin embargo, este derecho persiste en otro de sus aspectos, persiste<br />
como regu<strong>la</strong>dor de <strong>la</strong> distribución de los productos y de <strong>la</strong><br />
distribución del trabajo entre los miembros de <strong>la</strong> sociedad. “<strong>El</strong> que<br />
no trabaja, no come”: este principio socialista es ya una realidad;<br />
“a igual cantidad de trabajo, igual cantidad de productos”: también<br />
es ya una realidad este principio socialista. Sin embargo, esto<br />
no es todavía el comunismo, ni suprime todavía el “derecho burgués”,<br />
que da una cantidad igual de productos a hombres que no<br />
son iguales y por una cantidad desigual (desigual de hecho) de<br />
trabajo.<br />
Esto es un “defecto”, dice Marx, pero un defecto inevitable en <strong>la</strong><br />
primera fase del comunismo, pues, sin caer en utopismo, no se<br />
puede pensar que, al derrocar el capitalismo, los hombres aprenderán<br />
a trabajar inmediatamente para <strong>la</strong> sociedad sin sujeción a<br />
ninguna norma de derecho ; además, <strong>la</strong> abolición del capitalismo<br />
no sienta de repente tampoco <strong>la</strong>s premisas económicas para este<br />
cambio.<br />
Otras normas, fuera de <strong>la</strong>s del “derecho burgués”, no existen. Y,<br />
por tanto, persiste todavía <strong>la</strong> necesidad del <strong>Estado</strong>, que, ve<strong>la</strong>ndo<br />
por <strong>la</strong> propiedad común sobre los medios de producción, vele por<br />
<strong>la</strong> igualdad del trabajo y por <strong>la</strong> igualdad en <strong>la</strong> distribución de los<br />
productos.<br />
<strong>El</strong> <strong>Estado</strong> se extingue en tanto que ya no hay capitalistas, que ya<br />
no hay c<strong>la</strong>ses y que, por lo mismo, no cabe reprimir a ninguna<br />
c<strong>la</strong>se.<br />
Pero el <strong>Estado</strong> no se ha extinguido todavía del todo, pues persiste<br />
aún <strong>la</strong> protección del “derecho burgués”, que sanciona <strong>la</strong> desigualdad<br />
de hecho. <strong>Para</strong> que el <strong>Estado</strong> se extinga completamente,<br />
hace falta el comunismo completo.<br />
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