09.02.2015 Views

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en <strong>la</strong> práctica, etc.: todo esto forma parte integrante de <strong>la</strong>s tareas<br />

de <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> revolución social. Por separado, ningún<br />

democratismo da como resultante el socialismo, pero, en <strong>la</strong> práctica,<br />

el democratismo no se toma nunca “por separado”, sino que<br />

se toma siempre “en bloque”, influyendo también sobre <strong>la</strong> economía,<br />

acelerando su transformación y cayendo él mismo bajo <strong>la</strong><br />

influencia del desarrollo económico, etc. Tal es <strong>la</strong> dialéctica de <strong>la</strong><br />

historia viva.<br />

Engels prosigue:<br />

88<br />

“...En el capítulo tercero de ‘La guerra civil’ se describe con<br />

todo detalle esta <strong>la</strong>bor encaminada a hacer saltar [Sprengung ]<br />

el viejo Poder estatal y sustituirlo por otro nuevo realmente democrático.<br />

Sin embargo, era necesario detenerse a examinar aquí<br />

brevemente algunos de los rasgos de esta sustitución, por ser<br />

precisamente en Alemania donde <strong>la</strong> fe supersticiosa en el <strong>Estado</strong><br />

se ha trasp<strong>la</strong>ntado del campo filosófico a <strong>la</strong> conciencia general<br />

de <strong>la</strong> burguesía e incluso a <strong>la</strong> de muchos obreros Según <strong>la</strong> concepción<br />

filosófica, el <strong>Estado</strong> es <strong>la</strong> ‘realización de <strong>la</strong> idea’, o sea,<br />

traducido al lenguaje filosófico, el reino de Dios sobre <strong>la</strong> tierra,<br />

el campo en que se hacen o deben hacerse realidad <strong>la</strong> eterna<br />

verdad y <strong>la</strong> eterna justicia. De aquí nace una veneración supersticiosa<br />

del <strong>Estado</strong> y de todo lo que con él se re<strong>la</strong>ciona, veneración<br />

supersticiosa que va arraigando en <strong>la</strong>s conciencias con tanta<br />

mayor facilidad cuanto que <strong>la</strong> gente se acostumbra ya desde<br />

<strong>la</strong> infancia a pensar que los asuntos e intereses comunes a toda<br />

<strong>la</strong> sociedad no pueden gestionarse ni salvaguardarse de otro modo<br />

que como se ha venido haciendo hasta aquí, es decir, por medio<br />

del <strong>Estado</strong> y de sus funcionarios retribuidos con buenos puestos.<br />

Y se cree haber dado un paso enormemente audaz con librarse<br />

de <strong>la</strong> fe en <strong>la</strong> monarquía hereditaria y entusiasmarse por <strong>la</strong> República<br />

democrática. En realidad, el <strong>Estado</strong> no es más que una<br />

máquina para <strong>la</strong> opresión de una c<strong>la</strong>se por otra, lo mismo en <strong>la</strong><br />

República democrática que bajo <strong>la</strong> monarquía; y en el mejor de<br />

los casos, un mal que se transmite hereditariamente al proletariado<br />

que haya triunfado en su lucha por <strong>la</strong> dominación de c<strong>la</strong>se.<br />

V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />

viabilidad y de <strong>la</strong> urgencia de <strong>la</strong> revolución socialista, pero no, en<br />

modo alguno, un argumento para mantener una actitud de tolerancia<br />

ante los que niegan esta revolución y ante los que encubren<br />

<strong>la</strong>s <strong>la</strong>cras del capitalismo, como hacen todos los reformistas.<br />

Pero volvamos a <strong>la</strong> cuestión del <strong>Estado</strong>. De tres c<strong>la</strong>ses son <strong>la</strong>s<br />

indicaciones especialmente valiosas que hace aquí Engels: en primer<br />

lugar, <strong>la</strong>s que se refieren a <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong> República; en<br />

segundo lugar, <strong>la</strong>s que afectan a <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones entre <strong>la</strong> cuestión<br />

nacional y <strong>la</strong> estructura del <strong>Estado</strong>; en tercer lugar, <strong>la</strong>s que se refieren<br />

al régimen de autonomía local.<br />

Por lo que se refiere a <strong>la</strong> República, Engels hacía de esto el centro<br />

de gravedad de su crítica del proyecto del programa de Erfurt.<br />

Y, si tenemos en cuenta <strong>la</strong> significación adquirida por el programa<br />

de Erfurt en toda <strong>la</strong> socialdemocracia internacional y cómo este<br />

programa se convirtió en modelo para toda <strong>la</strong> II Internacional,<br />

podremos decir sin exageración que Engels critica aquí el oportunismo<br />

de toda <strong>la</strong> II Internacional.<br />

“Las reivindicaciones políticas del proyecto —escribe Engels—<br />

adolecen de un gran defecto. No se contiene en él [subrayado<br />

por Engels] lo que en realidad se debía haber dicho”.<br />

Y más ade<strong>la</strong>nte se ac<strong>la</strong>ra que <strong>la</strong> Constitución alemana está, en<br />

rigor, calcada sobre <strong>la</strong> Constitución más reaccionaria de 1850 que<br />

el Reichstag no es, según <strong>la</strong> expresión de Guillermo Liebknecht,<br />

más que <strong>la</strong> “hoja de parra del absolutismo”, y que el pretender<br />

llevar a cabo <strong>la</strong> “transformación de todos los instrumentos de trabajo<br />

en propiedad común” a base de una Constitución en <strong>la</strong> que<br />

son legalizados los pequeños <strong>Estado</strong>s y <strong>la</strong> federación de los pequeños<br />

<strong>Estado</strong>s alemanes, es un “absurdo evidente”.<br />

“Tocar esto es peligroso”, añade Engels, que sabe perfectamente<br />

que en Alemania no se puede incluir legalmente en el programa<br />

<strong>la</strong> reivindicación de <strong>la</strong> República. No obstante, Engels no se<br />

contenta sencil<strong>la</strong>mente con esta evidente consideración, que sa-<br />

77

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!