09.02.2015 Views

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

menores que le asaltaron antes de <strong>la</strong>nzarse a <strong>la</strong> campana contra<br />

Bernstein.<br />

Pero aun encierra una significación mucho mayor <strong>la</strong> circunstancia<br />

de que en su misma polémica con los oportunistas, en su p<strong>la</strong>nteamiento<br />

de <strong>la</strong> cuestión y en su modo de tratar<strong>la</strong>, advertimos hoy,<br />

cuando estudiamos <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> más reciente traición contra el<br />

marxismo cometida por Kautsky, una propensión sistemática al<br />

oportunismo en lo que toca precisamente a <strong>la</strong> cuestión del <strong>Estado</strong>.<br />

Tomemos <strong>la</strong> primera obra importante de Kautsky contra el oportunismo,<br />

su libro “Bernstein y el programa socialdemócrata”.<br />

Kautsky refuta con todo detalle a Bernstein. Pero he aquí una cosa<br />

característica. En sus erostráticamente célebres “Premisas del socialismo”,<br />

Bernstein acusa al marxismo de “b<strong>la</strong>nquismo “ (acusación<br />

que desde entonces para acá han venido repitiendo miles de<br />

veces los oportunistas y los burgueses liberales en Rusia contra los<br />

representantes del marxismo revolucionario, los bolcheviques).<br />

Aquí Bernstein se detiene especialmente en “La guerra civil en<br />

Francia”, de Marx, e intenta —muy poco afortunadamente, como<br />

hemos visto— identificar el punto de vista de Marx sobre <strong>la</strong>s enseñanzas<br />

de <strong>la</strong> Comuna con el punto de vista de Proudhon. Bernstein<br />

consagra una atención especial a aquel<strong>la</strong> conclusión de Marx que<br />

éste subrayó en su prólogo de 1872 al “Manifiesto Comunista” y<br />

que dice así: “La c<strong>la</strong>se obrera no puede limitarse a tomar simplemente<br />

posesión de <strong>la</strong> máquina estatal existente y a poner<strong>la</strong> en marcha<br />

para sus propios fines”.<br />

A Bernstein le “gustó” tanto esta sentencia, que <strong>la</strong> repitió nada<br />

menos que tres veces en su libro, interpretándo<strong>la</strong> en el sentido más<br />

tergiversado y oportunista.<br />

Marx quiere decir, como hemos visto, que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera debe<br />

destruir, romper, hacer saltar (Sprengung : hacer estal<strong>la</strong>r, es <strong>la</strong> expresión<br />

que emplea Engels) toda <strong>la</strong> máquina del <strong>Estado</strong>. Pues bien:<br />

Bernstein presenta <strong>la</strong> cosa como si Marx precaviese a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera,<br />

con estas pa<strong>la</strong>bras, contra el revolucionarismo excesivo en <strong>la</strong><br />

conquista del Poder.<br />

V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />

Esta reivindicación figura hoy en los programas de todos los<br />

partidos que deseen l<strong>la</strong>marse socialistas. ¡Pero lo que valen sus<br />

programas nos lo dice mejor que nada <strong>la</strong> conducta de nuestros<br />

socialrevolucionarios y mencheviques, que precisamente después<br />

de <strong>la</strong> revolución del 27 de febrero han renunciado de hecho a poner<br />

en práctica esta reivindicación!<br />

“...La Comuna estaba formada por los consejeros municipales<br />

elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de París.<br />

Eran responsables y podían ser revocados en todo momento. La<br />

mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes<br />

reconocidos de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera... La policía, que hasta<br />

entonces había sido instrumento del gobierno central, fue despojada<br />

inmediatamente de todos sus atributos políticos y convertida<br />

en instrumento de <strong>la</strong> Comuna, responsable ante ésta y revocable<br />

en todo momento... Y lo mismo se hizo con los funcionarios<br />

de todas <strong>la</strong>s demás ramas de <strong>la</strong> administración... Desde los<br />

miembros de <strong>la</strong> Comuna para abajo, todos los que desempeñaban<br />

cargos públicos lo hacían por el sa<strong>la</strong>rio de un obrero. Todos<br />

los privilegios y los gastos de representación de los altos<br />

dignatarios del <strong>Estado</strong> desaparecieron junto con éstos... Una vez<br />

suprimidos el ejército permanente y <strong>la</strong> policía, instrumentos de<br />

<strong>la</strong> fuerza material del antiguo gobierno, <strong>la</strong> Comuna se apresuró<br />

a destruir también <strong>la</strong> fuerza de opresión espiritual, el poder de<br />

los curas.. . Los funcionarios judiciales perdieron su aparente<br />

independencia... En el futuro debían ser elegidos públicamente,<br />

ser responsables y revocables...”<br />

Por tanto, <strong>la</strong> Comuna sustituye <strong>la</strong> máquina estatal destruida, aparentemente<br />

“sólo” por una democracia más completa: supresión<br />

del ejército permanente y completa elegibilidad y amovilidad de<br />

todos los funcionarios. Pero, en realidad, este “sólo” representa<br />

un cambio gigantesco de unas instituciones por otras de un tipo<br />

distinto por principio. Aquí estamos precisamente ante uno de esos<br />

casos de “transformación de <strong>la</strong> cantidad en calidad”: <strong>la</strong> democra-<br />

118<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!