El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
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idad de que investimos a nuestros delegados, sino de un encargo<br />
determinado’. Esta gente cree poder cambiar <strong>la</strong> cosa con cambiarle<br />
el nombre...” [24]<br />
Habiendo puesto así de manifiesto que <strong>la</strong> autoridad y <strong>la</strong> autonomía<br />
son conceptos re<strong>la</strong>tivos, que su radio de aplicación cambia<br />
con <strong>la</strong>s distintas fases del desarrollo social, que es absurdo aceptar<br />
estos conceptos como algo absoluto, y después de añadir que el<br />
campo de <strong>la</strong> aplicación de <strong>la</strong>s máquinas y de <strong>la</strong> gran industria se<br />
ensancha cada vez más, Engels pasa de <strong>la</strong>s consideraciones generales<br />
sobre <strong>la</strong> autoridad al problema del <strong>Estado</strong>.<br />
“...Si los autonomistas —escribe— se limitaran a decir que <strong>la</strong><br />
organización social futura tolerará <strong>la</strong> autoridad únicamente en<br />
los límites fijados inevitablemente por <strong>la</strong>s condiciones de <strong>la</strong> producción,<br />
sería posible entenderse con ellos. Pero se muestran<br />
ciegos con referencia a todos los hechos que hacen necesaria <strong>la</strong><br />
autoridad y luchan apasionadamente contra esta pa<strong>la</strong>bra.<br />
¿Por qué los antiautoritarios no se limitan a gritar contra <strong>la</strong> autoridad<br />
política, contra el <strong>Estado</strong> Todos los socialistas están de<br />
acuerdo en que el <strong>Estado</strong> y, junto con él, <strong>la</strong> autoridad política<br />
desaparecerán como consecuencia de <strong>la</strong> futura revolución social,<br />
es decir, que <strong>la</strong>s funciones públicas perderán su carácter<br />
político y se convertirán en funciones puramente administrativas,<br />
destinadas a ve<strong>la</strong>r por los intereses sociales. Pero los<br />
antiautoritarios exigen que el <strong>Estado</strong> político sea abolido de un<br />
golpe, antes de que sean abolidas <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sociales que han<br />
dado origen al mismo: exigen que el primer acto de <strong>la</strong> revolución<br />
social sea <strong>la</strong> abolición de <strong>la</strong> autoridad.¿Es que dichos señores<br />
han visto alguna vez una revolución Indudablemente, no hay<br />
nada más autoritario que una revolución. La revolución es un<br />
acto durante el cual una parte de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción impone su voluntad<br />
a <strong>la</strong> otra mediante los fusiles, <strong>la</strong>s bayonetas, los cañones,<br />
esto es, mediante elementos extraordinariamente autoritarios. <strong>El</strong><br />
partido triunfante se ve obligado a mantener su dominación por<br />
medio del temor que dichas armas infunden a los reaccionarios.<br />
V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
particu<strong>la</strong>ridades del desarrollo histórico de cada país, más o<br />
menos desarrol<strong>la</strong>da. Por el contrario, el ‘<strong>Estado</strong> actual’ cambia<br />
con <strong>la</strong>s fronteras de cada país. En el imperio prusiano-alemán es<br />
completamente distinto que en Suiza, en Ing<strong>la</strong>terra es completamente<br />
distinto que en los <strong>Estado</strong>s Unidos. <strong>El</strong> ‘<strong>Estado</strong> actual’ es,<br />
por tanto, una ficción.<br />
Sin embargo, pese a su abigarrada diversidad de formas, los<br />
diversos <strong>Estado</strong>s de los diversos países civilizados tienen todos<br />
algo de común: que reposan sobre el terreno de <strong>la</strong> sociedad burguesa<br />
moderna, más o menos desarrol<strong>la</strong>da en el sentido capitalista.<br />
Tienen, por tanto, ciertas características esenciales comunes.<br />
En este sentido cabe hab<strong>la</strong>r del ‘<strong>Estado</strong> actual’ por oposición<br />
al del porvenir, en el que su raíz de hoy, <strong>la</strong> sociedad burguesa,<br />
se extinguirá.<br />
Y cabe <strong>la</strong> pregunta: ¿qué transformación sufrirá el <strong>Estado</strong> en <strong>la</strong><br />
sociedad comunista Dicho en otros términos: ¿qué funciones<br />
sociales quedarán entonces en pie, análogas a <strong>la</strong>s funciones actuales<br />
del <strong>Estado</strong> Esta pregunta sólo puede contestarse científicamente,<br />
y por mucho que se combine <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra ‘pueblo’ con <strong>la</strong><br />
pa<strong>la</strong>bra ‘<strong>Estado</strong>’, no nos acercaremos lo más mínimo a <strong>la</strong> solución<br />
del problema...”<br />
Poniendo en ridículo, como vemos, toda <strong>la</strong> char<strong>la</strong>tanería sobre<br />
el “<strong>Estado</strong> del pueblo”, Marx traza el p<strong>la</strong>nteamiento del problema<br />
y en cierto modo nos advierte que, para resolverlo científicamente,<br />
sólo se puede operar con datos científicos sólidamente establecidos.<br />
Y lo primero que ha sido establecido con absoluta precisión por<br />
toda <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong> evolución y por toda <strong>la</strong> ciencia en general —y<br />
lo que olvidaron los utopistas y olvidan los oportunistas de hoy,<br />
que temen a <strong>la</strong> revolución socialista— es el hecho de que, históricamente,<br />
tiene que haber, sin ningún género de duda, una fase<br />
especial o una etapa especial de transición del capitalismo al comunismo.<br />
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