El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
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comunismo, y el pronóstico de los grandes socialistas de que esta<br />
fase ha de advenir, presupone una productividad del trabajo que<br />
no es <strong>la</strong> actual y hombres que no sean los actuales filisteos, capaces<br />
de di<strong>la</strong>pidar “a tontas y a locas” <strong>la</strong> riqueza social y de pedir lo<br />
imposible, como los seminaristas de Pomialovski.<br />
Mientras llega <strong>la</strong> fase “superior” del comunismo, los socialistas<br />
exigen el más riguroso control por parte de <strong>la</strong> sociedad y por parte<br />
del <strong>Estado</strong> sobre <strong>la</strong> medida de trabajo y <strong>la</strong> medida de consumo,<br />
pero este control sólo debe comenzar con <strong>la</strong> expropiación de los<br />
capitalistas, con el control de los obreros sobre los capitalistas, y<br />
no debe llevarse a cabo por un <strong>Estado</strong> de burócratas, sino por el<br />
<strong>Estado</strong> de los obreros armados.<br />
La defensa interesada del capitalismo por los ideólogos burgueses<br />
(y sus acólitos por el estilo de señores como los Tsereteli, los<br />
Chernov y Cía.) consiste precisamente en sup<strong>la</strong>ntar por discusiones<br />
y char<strong>la</strong>s sobre un remoto porvenir <strong>la</strong> cuestión más candente y<br />
más actual de <strong>la</strong> política de hoy : <strong>la</strong> expropiación de los capitalistas,<br />
<strong>la</strong> transformación de todos los ciudadanos en trabajadores y<br />
empleados de un gran “consorcio” único, a saber, de todo el <strong>Estado</strong>,<br />
y <strong>la</strong> subordinación completa de todo el trabajo de todo este<br />
consorcio a un <strong>Estado</strong> realmente democrático, el <strong>Estado</strong> de los<br />
Soviets de Diputados Obreros y Soldados.<br />
En el fondo, cuando los sabios profesores, y tras ellos los filisteos,<br />
y tras ellos señores como los Tsereteli y los Chernov, hab<strong>la</strong>n de<br />
utopías descabel<strong>la</strong>das, de <strong>la</strong>s promesas demagógicas de los<br />
bolcheviques, de <strong>la</strong> imposibilidad de “imp<strong>la</strong>ntar” el socialismo, se<br />
refieren precisamente a <strong>la</strong> etapa o fase superior del comunismo,<br />
que no sólo no ha prometido nadie, sino que nadie ha pensado en<br />
“imp<strong>la</strong>ntar”, pues, en general, no se puede “imp<strong>la</strong>ntar”.<br />
Y aquí llegamos a <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong> diferencia científica existente<br />
entre el socialismo y el comunismo, cuestión a <strong>la</strong> que Engels aludió<br />
en el pasaje citado más arriba sobre <strong>la</strong> inexactitud de <strong>la</strong> denominación<br />
de “socialdemócrata”. Políticamente, <strong>la</strong> diferencia entre<br />
<strong>la</strong> primera fase o fase inferior y <strong>la</strong> fase superior del comunismo<br />
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V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
do tiene que descansar. He ahí lo que darán <strong>la</strong> abolición del par<strong>la</strong>mentarismo<br />
y <strong>la</strong> conservación de <strong>la</strong>s instituciones representativas,<br />
he ahí lo que librará a <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses trabajadoras de <strong>la</strong> prostitución de<br />
estas instituciones por <strong>la</strong> burguesía.<br />
4. Organización de <strong>la</strong> unidad de <strong>la</strong> nación.<br />
“...En el breve esbozo de organización nacional que <strong>la</strong> Comuna<br />
no tuvo tiempo de desarrol<strong>la</strong>r, se dice c<strong>la</strong>ramente que <strong>la</strong> Comuna<br />
debía ser... <strong>la</strong> forma política hasta de <strong>la</strong> aldea más pequeña del<br />
país” ...Las comunas elegirían <strong>la</strong> “delegación nacional” de París.<br />
“...Las pocas, pero importantes funciones que aun quedarían<br />
entonces al gobierno central no se suprimirían, como falseando<br />
conscientemente <strong>la</strong> verdad se ha dicho, sino que serían desempeñadas<br />
por funcionarios comunales, es decir, rigurosamente responsables...”<br />
“...No se trataba de destruir <strong>la</strong> unidad de <strong>la</strong> nación, sino por el<br />
contrario, de organizar<strong>la</strong> mediante un régimen comunal. La unidad<br />
de <strong>la</strong> nación debía convertirse en una realidad mediante <strong>la</strong><br />
destrucción de aquel Poder del <strong>Estado</strong> que pretendía ser <strong>la</strong> encarnación<br />
de esta unidad, pero quería ser independiente de <strong>la</strong><br />
nación y estar situado por encima de el<strong>la</strong>. De hecho, este Poder<br />
del <strong>Estado</strong> no era más que una excrecencia parasitaria en el cuerpo<br />
de <strong>la</strong> nación...” “La tarea consistía en amputar los órganos puramente<br />
represivos del viejo Poder estatal y arrancar sus legítimas<br />
funciones de manos de una autoridad que pretende colocarse<br />
sobre <strong>la</strong> sociedad, para restituir<strong>la</strong>s a los servidores responsables<br />
de ésta”.<br />
Hasta qué punto los oportunistas de <strong>la</strong> socialdemocracia actual<br />
no han comprendido —tal vez fuera más exacto decir que no han<br />
querido comprender— estos razonamientos de Marx, lo reve<strong>la</strong><br />
mejor que nada el libro erostráticamente célebre del renegado<br />
Bernstein: “Las premisas del socialismo y <strong>la</strong>s tareas de <strong>la</strong> socialdemocracia”.<br />
Refiriéndose precisamente a <strong>la</strong>s citadas pa<strong>la</strong>bras de<br />
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