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El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar

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sueldos equiparados al sa<strong>la</strong>rio medio de un obrero, y, además de<br />

esto, <strong>la</strong> sustitución de <strong>la</strong>s instituciones par<strong>la</strong>mentarias por “instituciones<br />

de trabajo, es decir, que dictan leyes y <strong>la</strong>s ejecutan” [46] .<br />

En el fondo, toda <strong>la</strong> argumentación de Kautsky contra<br />

Pannekoek, y especialmente su notable argumento de que tampoco<br />

en <strong>la</strong>s organizaciones sindicales y del Partido podemos prescindir<br />

de funcionarios, reve<strong>la</strong>n <strong>la</strong> repetición por parte de Kautsky de<br />

los viejos “argumentos” de Bernstein contra el marxismo en general.<br />

En su libro de renegado “Las premisas del socialismo”,<br />

Bernstein combate <strong>la</strong>s ideas de <strong>la</strong> democracia “primitiva”, lo que<br />

él l<strong>la</strong>ma “democratismo doctrinario”: mandatos imperativos, funcionarios<br />

sin sueldo, una representación central impotente, etc.<br />

Como prueba de que este democratismo “primitivo” es inconsistente,<br />

Bernstein se refiere a <strong>la</strong> experiencia de <strong>la</strong>s tradeuniones inglesas,<br />

en <strong>la</strong> interpretación de los esposos Webb [47] . Según ellos, en<br />

los setenta años que llevan de existencia, <strong>la</strong>s tradeuniones, que se<br />

han desarrol<strong>la</strong>do, a su decir, “en completa libertad” (página 137 de<br />

<strong>la</strong> edición alemana), se han convencido precisamente de <strong>la</strong> inutilidad<br />

del democratismo primitivo y han sustituido éste por el<br />

democratismo corriente: por el par<strong>la</strong>mentarismo, combinado con<br />

el burocratismo.<br />

En realidad, <strong>la</strong>s tradeuniones no se han desarrol<strong>la</strong>do “en completa<br />

libertad”, sino en completa esc<strong>la</strong>vitud capitalista, bajo <strong>la</strong> cual<br />

es lógico que “no pueda prescindirse” de una serie de concesiones<br />

a los males imperantes, a <strong>la</strong> violencia, a <strong>la</strong> falsedad, a <strong>la</strong> exclusión<br />

de los pobres de los asuntos de <strong>la</strong> “alta” administración. Bajo el<br />

socialismo, revive inevitablemente mucho de <strong>la</strong> democracia “primitiva”,<br />

pues por primera vez en <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong>s sociedades civilizadas<br />

<strong>la</strong> masa de <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción se eleva para intervenir por cuenta<br />

propia no sólo en votaciones y en elecciones, sino también en <strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>bor diaria de <strong>la</strong> administración. Bajo el socialismo, todos intervendrán<br />

por turno en <strong>la</strong> dirección y se habituarán rápidamente a<br />

que ninguno dirija.<br />

V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />

quilos y honorables, que colocan a sus poseedores por encima del<br />

pueblo. Fijaos en lo ocurrido en Rusia en el medio año transcurrido<br />

desde el 27 de febrero de 1917 [11] : los cargos burocráticos, que<br />

antes se adjudicaban preferentemente a los miembros de <strong>la</strong>s centurias<br />

negras, se han convertido en botín de kadetes [12] , mencheviques<br />

y socialrevolucionarios. En el fondo, no se pensaba en ninguna<br />

reforma seria, esforzándose por ap<strong>la</strong>zadas “hasta <strong>la</strong> Asamblea<br />

Constituyente”, y ap<strong>la</strong>zando poco a poco <strong>la</strong> Asamblea Constituyente<br />

¡hasta el final de <strong>la</strong> guerra! ¡Pero para el reparto del botín,<br />

para <strong>la</strong> ocupación de los puestecitos de ministros, subsecretarios,<br />

gobernadores generales, etc., etc., no se dio <strong>la</strong>rgas ni se esperó a<br />

ninguna Asamblea Constituyente! <strong>El</strong> juego en torno a combinaciones<br />

para formar gobierno no era, en el fondo, más que <strong>la</strong> expresión<br />

de este reparto y reajuste del “botín”, que se hacía arriba y<br />

abajo, por todo el país, en toda <strong>la</strong> administración, central y local.<br />

<strong>El</strong> ba<strong>la</strong>nce, un ba<strong>la</strong>nce objetivo, del medio año que va desde el 27<br />

de febrero al 27 de agosto de 1917 es indiscutible: <strong>la</strong>s reformas se<br />

ap<strong>la</strong>zaron, se efectuó el reparto de los puestecitos burocráticos, y<br />

los “errores” del reparto se corrigieron mediante algunos reajustes.<br />

Pero cuanto más se procede a estos “reajustes” del aparato burocrático<br />

entre los distintos partidos burgueses y pequeñoburgueses<br />

(entre los kadetes, socialrevolucionarios y mencheviques, si nos<br />

atenemos al ejemplo ruso), con tanta mayor c<strong>la</strong>ridad ven <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses<br />

oprimidas, y a <strong>la</strong> cabeza de el<strong>la</strong>s el proletariado, su hostilidad irreconciliable<br />

contra toda <strong>la</strong> sociedad burguesa. De aquí <strong>la</strong> necesidad,<br />

para todos los partidos burgueses, incluyendo a los más democráticos<br />

y “revolucionario-democráticos”, de reforzar <strong>la</strong><br />

represión contra el proletariado revolucionario, de fortalecer el<br />

aparato de represión, es decir, <strong>la</strong> misma máquina del <strong>Estado</strong>. Esta<br />

marcha de los acontecimientos obliga a <strong>la</strong> revolución “a concentrar<br />

todas <strong>la</strong>s fuerzas de destrucción “ contra el Poder estatal, <strong>la</strong><br />

obliga a proponerse como objetivo, no el perfeccionar <strong>la</strong> máquina<br />

del <strong>Estado</strong>, sino el destruir<strong>la</strong>, el ap<strong>la</strong>star<strong>la</strong>.<br />

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