El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
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De donde se deduce que bajo el comunismo no sólo subsiste<br />
durante un cierto tiempo el derecho burgués, sino que ¡subsiste<br />
incluso el <strong>Estado</strong> burgués, sin burguesía!<br />
Esto podrá parecer una paradoja o un simple juego dialéctico de<br />
<strong>la</strong> inteligencia, que es de lo que acusan frecuentemente a los marxistas<br />
gentes que no se han impuesto ni el menor esfuerzo para<br />
estudiar el contenido extraordinariamente profundo del marxismo.<br />
En realidad, <strong>la</strong> vida nos muestra a cada paso los vestigios de lo<br />
viejo en lo nuevo, tanto en <strong>la</strong> naturaleza como en <strong>la</strong> sociedad. Y<br />
Marx no trasp<strong>la</strong>ntó caprichosamente al comunismo un trocito de<br />
“derecho burgués”, sino que tomó lo que es económica y políticamente<br />
inevitable en una sociedad que brota de <strong>la</strong> entraña del capitalismo.<br />
La democracia tiene una enorme importancia en <strong>la</strong> lucha de <strong>la</strong><br />
c<strong>la</strong>se obrera contra los capitalistas por su liberación. Pero <strong>la</strong> democracia<br />
no es, en modo alguno, un límite insuperable, sino so<strong>la</strong>mente<br />
una de <strong>la</strong>s etapas en el camino del feudalismo al capitalismo<br />
y del capitalismo al comunismo.<br />
Democracia significa igualdad. Se comprende <strong>la</strong> gran importancia<br />
que encierra <strong>la</strong> lucha del proletariado por <strong>la</strong> igualdad y <strong>la</strong> consigna<br />
de <strong>la</strong> igualdad, si ésta se interpreta exactamente, en el sentido<br />
de destrucción de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses. Pero democracia significa so<strong>la</strong>mente<br />
igualdad formal. E inmediatamente después de realizada <strong>la</strong> igualdad<br />
de todos los miembros de <strong>la</strong> sociedad con respecto a <strong>la</strong> posesión<br />
de los medios de producción, es decir, <strong>la</strong> igualdad de trabajo y<br />
<strong>la</strong> igualdad de sa<strong>la</strong>rio, surgirá inevitablemente ante <strong>la</strong> humanidad<br />
<strong>la</strong> cuestión de seguir ade<strong>la</strong>nte, de pasar de <strong>la</strong> igualdad formal a <strong>la</strong><br />
igualdad de hecho, es decir, a <strong>la</strong> aplicación de <strong>la</strong> reg<strong>la</strong>: “de cada<br />
uno, según su capacidad; a cada uno, según sus necesidades”. A<br />
través de qué etapas, por medio de qué medidas prácticas llegará<br />
<strong>la</strong> humanidad a este elevado objetivo, es cosa que no sabemos ni<br />
podemos saber. Pero lo importante es comprender c<strong>la</strong>ramente cuán<br />
infinitamente mentirosa es <strong>la</strong> idea burguesa corriente que presenta<br />
V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
<strong>El</strong> capitalismo simplifica <strong>la</strong>s funciones de <strong>la</strong> administración del<br />
“<strong>Estado</strong>”, permite desterrar <strong>la</strong> “administración burocrática” y reducirlo<br />
todo a una organización de los proletarios (como c<strong>la</strong>se<br />
dominante) que toma a su servicio, en nombre de toda <strong>la</strong> sociedad,<br />
a “obreros, inspectores y contables”.<br />
Nosotros no somos utopistas. No “soñamos” en cómo podrá<br />
prescindirse de golpe de todo gobierno, de toda subordinación,<br />
estos sueños anarquistas, basados en <strong>la</strong> incomprensión de <strong>la</strong>s tareas<br />
de <strong>la</strong> dictadura del proletariado, son fundamentalmente ajenos<br />
al marxismo y, de hecho, sólo sirven para ap<strong>la</strong>zar <strong>la</strong> revolución<br />
socialista hasta el momento en que los hombres sean distintos. No,<br />
nosotros queremos <strong>la</strong> revolución socialista con hombres como los<br />
de hoy, con hombres que no puedan arreglárse<strong>la</strong>s sin subordinación,<br />
sin control, sin “inspectores y contables”.<br />
Pero a quien hay que someterse es a <strong>la</strong> vanguardia armada de<br />
todos los explotados y trabajadores: al proletariado. La “administración<br />
burocrática” específica de los funcionarios del <strong>Estado</strong>, puede<br />
y debe comenzar a sustituirse inmediatamente, de <strong>la</strong> noche a <strong>la</strong><br />
mañana, por <strong>la</strong>s simples funciones de “inspectores y contables”,<br />
funciones que ya hoy son plenamente accesibles al nivel de desarrollo<br />
de los habitantes de <strong>la</strong>s ciudades y que pueden ser perfectamente<br />
desempeñadas por el “sa<strong>la</strong>rio de un obrero”<br />
Organizaremos <strong>la</strong> gran producción nosotros mismos, los obreros,<br />
partiendo de lo que ha sido creado ya por el capitalismo, basándonos<br />
en nuestra propia experiencia obrera, estableciendo una<br />
disciplina rigurosísima, férrea, mantenida por el Poder estatal de<br />
los obreros armados; reduciremos a los funcionarios del <strong>Estado</strong> a<br />
ser simples ejecutores de nuestras directivas, “inspectores y contables”<br />
responsables, amovibles y modestamente retribuidos (en<br />
unión, naturalmente, de técnicos de todas c<strong>la</strong>ses, de todos los tipos<br />
y grados): he ahí nuestra tarea proletaria, he ahí por dónde se<br />
puede y se debe empezar al llevar a cabo <strong>la</strong> revolución proletaria.<br />
Este comienzo, sobre <strong>la</strong> base de <strong>la</strong> gran producción, conduce por<br />
sí mismo a <strong>la</strong> “extinción” gradual de toda burocracia, a <strong>la</strong> creación<br />
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