El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
El Estado y la Revolucion.pdf - Libros Para Descargar
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Estas manifestaciones son absolutamente c<strong>la</strong>ras. Este folleto de<br />
Kautsky debe servir de medida para comparar lo que <strong>la</strong> socialdemocracia<br />
alemana prometía ser antes de <strong>la</strong> guerra imperialista y lo<br />
bajo que cayó (sin excluir al mismo Kautsky) al estal<strong>la</strong>r <strong>la</strong> guerra.<br />
“La situación actual —escribía Kautsky, en el citado folleto— encierra<br />
el peligro de que a nosotros (es decir, a <strong>la</strong> socialdemocracia<br />
alemana) se nos pueda tomar fácilmente por más moderados de lo<br />
que somos en realidad”. ¡En realidad, el partido socialdemócrata<br />
alemán resultó ser incomparablemente más moderado y más oportunista<br />
de lo que parecía!<br />
Ante estas manifestaciones tan definidas de Kautsky a propósito<br />
de <strong>la</strong> era ya iniciada de <strong>la</strong>s revoluciones, es tanto más característico<br />
que, en un folleto consagrado según sus propias pa<strong>la</strong>bras a<br />
analizar precisamente <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong> “revolución política “, se<br />
eluda absolutamente una vez más <strong>la</strong> cuestión del <strong>Estado</strong>.<br />
De <strong>la</strong> suma de estas omisiones de <strong>la</strong> cuestión, de estos silencios<br />
y de estas evasivas, resultó inevitablemente ese paso completo al<br />
oportunismo del que hab<strong>la</strong>remos en seguida.<br />
Es como si <strong>la</strong> socialdemocracia alemana, en <strong>la</strong> persona de<br />
Kautsky, dec<strong>la</strong>rase: Mantengo mis concepciones revolucionarias<br />
(1899). Reconozco, en particu<strong>la</strong>r, el carácter inevitable de <strong>la</strong> revolución<br />
social del proletariado (1902). Reconozco que ha comenzado<br />
<strong>la</strong> nueva era de <strong>la</strong>s revoluciones (1909). Pero, a pesar de<br />
todo esto, retrocedo con respecto a lo que dijo Marx ya en 1852,<br />
tan pronto como se p<strong>la</strong>ntea <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong>s tareas de <strong>la</strong> revolución<br />
proletaria en re<strong>la</strong>ción con el <strong>Estado</strong> (1912).<br />
Así, en efecto, se p<strong>la</strong>nteó de un modo tajante <strong>la</strong> cuestión en <strong>la</strong><br />
polémica de Kautsky con Pannekoek.<br />
3. La polémica de Kautsky con Pannekoek.<br />
Pannekoek se levantó contra Kautsky como uno de los representantes<br />
de aquel<strong>la</strong> tendencia “radical de izquierda” que contaba<br />
en sus fi<strong>la</strong>s a Rosa Luxemburgo, a Carlos Rádek y a otros, y que,<br />
124<br />
V. I. Lenin <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución<br />
Capítulo III<br />
<strong>El</strong> <strong>Estado</strong> y <strong>la</strong> revolución. La experiencia<br />
de <strong>la</strong> Comuna de París de 1871. <strong>El</strong> análisis<br />
de Marx.<br />
1. ¿En que consiste el heroísmo de <strong>la</strong> tentativa de<br />
los comuneros<br />
Es sabido que algunos meses antes de <strong>la</strong> Comuna, en el otoño de<br />
1870, Marx previno a los obreros de París; demostrándoles que <strong>la</strong><br />
tentativa de derribar el gobierno sería un disparate dictado por <strong>la</strong><br />
desesperación [15] . Pero cuando en marzo de 1871 se impuso a los<br />
obreros el combate decisivo y ellos lo aceptaron, cuando <strong>la</strong> insurrección<br />
fue un hecho, Marx saludó <strong>la</strong> revolución proletaria con el<br />
más grande entusiasmo, a pesar de todos los malos augurios. Marx<br />
no se aferró a <strong>la</strong> condena pedantesca de un movimiento “extemporáneo”,<br />
como el tristemente célebre renegado ruso del marxismo<br />
Plejánov, que en noviembre de 1905 había escrito alentando a<br />
<strong>la</strong> lucha a los obreros y campesinos y que después de diciembre de<br />
1905 se puso a gritar como un liberal cualquiera: “¡No se debía<br />
haber empuñado <strong>la</strong>s armas!” [16]<br />
Marx, por el contrario, no se contentó con entusiasmarse ante el<br />
heroísmo de los comuneros, que, según sus pa<strong>la</strong>bras, “asaltaban el<br />
cielo” [17] . Marx veía en aquel movimiento revolucionario de masas,<br />
aunque éste no llegó a alcanzar sus objetivos, una experiencia<br />
histórica de grandiosa importancia, un cierto paso hacia ade<strong>la</strong>nte<br />
de <strong>la</strong> revolución proletaria mundial, un paso práctico más importante<br />
que cientos de programas y de raciocinios. Analizar esta experiencia,<br />
sacar de el<strong>la</strong> <strong>la</strong>s enseñanzas tácticas, revisar a <strong>la</strong> luz de<br />
el<strong>la</strong> su teoría: he aquí cómo concebía su misión Marx.<br />
La única “corrección” que Marx consideró necesario introducir<br />
en el “Manifiesto Comunista” fue hecha por él a base de <strong>la</strong> experiencia<br />
revolucionaria de los comuneros de París.<br />
41