Espacios públicos y construcción social: Aproximaciones conceptuales32si los gobernantes locales no lo hacen. He querido insistir en el tema de laprotección por el hecho de que, al menos en Chile, es tema de cierta actualidad.4Algo similar sucede con las nociones ligadas a la comunicación. Lacomunicación, en sentido moderno, primero es entendida como un vínculode carácter físico, es decir, que supone la realización de trayecto espacial;y también, más tarde, hacia fines del siglo XIX, se entiende porcomunicación la generación de un espacio mundial, protegido, de librecirculación de mercancías. 5 No solo las personas se comunican, sino quetambién las cosas. De hecho, la comunicación entre las personas pareceimposible, al menos antes de que existiera la carta, después la imprenta yahora los medios electrónicos, si los cuerpos no están previamente al alcancede la vista o de la voz. Ese ponerse al alcance de un tercero se puedehacer en un espacio privado o público, pero hacerlo en uno u otro noda el mismo resultado. Al reunirse en un espacio público, se está en unespacio resguardado por todos y adonde todos acceden en condicionesfijadas de común acuerdo o por autoridades legítimas. Así, las accionescomunes que son parte del capital social y que a su vez contribuyen aincrementarlo se dan más fácil e igualitariamente si antes hay un espaciopúblico. Este espacio público es físico (es necesario reunirse y no ser molestadoen la reunión) y a la vez comunicacional (la discusión debe serconocida por todos y sin amenazas a quienes sostienen alguna posiciónespecial).He querido hacer aquí el vínculo entre comunicación y espacio públicoporque eso nos permite abordar el pensamiento del filósofo contemporáneoJürgen Habermas. Él distingue entre lo que denomina «accionesestratégicas» y «acciones comunicativas». Una acción estratégica prevé lareacción de un grupo con la intención de obtener algo de ella, pero quienrealiza la acción no necesita que dicho grupo sepa exactamente qué ycómo se pretende obtener algo de él. En otras palabras, una acción estratégicaprevé la reacción de terceros, pero solo considera lo que estos puedandeliberar o decidir para mejor obtener el resultado buscado y no paraque se realice la voluntad de dicho grupo. Una acción estratégica estámotivada por el dinero o por el poder (cuya búsqueda puede ser legítima).En cambio, una acción comunicativa tiene por motivación un acuerdosimbólicamente mediado en el que los participantes generanexpectativas de comportamiento respecto de los demás gracias a un acuerdoracional. 6 Se genera así un ciudadano que Habermas entiende en el4La misma ficción jurídica sirve de base a la legislación relativa a los derechos humanos.Se puede torturar a alguien y es un crimen, pero torturar a alguien en ciertas condiciones,no solo es un crimen contra la persona que sufre el tormento, sino contra todos los miembrosde la comunidad política, que han decidido que no desean tales actos en su espaciouniversal.5Armand Mattelart, La invención de la comunicación (México: Siglo XXI Editores, 1995; traducciónde Gilles Multigner).6Véase Jürgen Habermas, La ciencia y la técnica como «ideología» (Madrid: Ed. Tecnos, 1984;traducción de Manuel Jiménez Redondo).
H. Neira: La naturaleza del espacio públicomarco de una teoría de la comunicación, de una teoría comunicativa de laciudadanía, si se quiere, de una teoría del espacio público como espaciode argumentación y/o deliberación. 7 <strong>El</strong> espacio público, en sentido geográfico,tiene siempre un componente político, de forma que podríamosdecir que, de por sí, un espacio público constituye parte del capital social.En efecto, si cada cual estuviese encerrado en su espacio físico privado(vivienda, empresa, etc.), ¿cómo podría reunirse con los demás y acordaruna acción común? Y si al reunirse intentara manipular a los otros miembrosdel grupo en lugar de buscar el acuerdo para la acción, ¿podríamosseguir hablando de capital social?<strong>El</strong> principal cometido del gobernante en ese espacio es la domesticacióndel sistema económico para que no interfiera negativamente en lasdeliberaciones, que han de ser libres y razonadas. La soberanía ciudadanase genera entonces en un espacio público comunicativo, pero que requiereun sustento de espacio geográfico, así como de una fuerza públicaque lo proteja. Se trata del ágora, lugar de reunión donde las personasquedan al alcance de la vista y del oído de sus congéneres. <strong>El</strong> ágora, comoespacio público de toma de decisiones, es incomprensible sin tomar encuanta las relaciones de poder que lo hacen posible. La primera de ellasapunta a la defensa de sus muros y de sus puertas. Un espacio geográficollega a ser público principalmente porque cierto uso está protegido y garantizado—independientemente de las capacidades privadas de sus usuarios—por una fuerza superior. Ese cierto uso y la fuerza que lo protege,en el espacio público ideal, han sido definidos previamente en un espaciopúblico comunicacional, donde todos los ciudadanos tienen derecho aopinar racional y libremente y donde, todavía más, se constituyen en ciudadanosgracias a que pueden manifestar su voz y su decisión.Los <strong>espacios</strong> no protegidos (contra asaltantes, contra quienes interfierenlos diálogos o acuerdos que allí se dan, etc.), no llegan a realizar lavocación pública para la que han sido llamados, generando amplias frustraciones,desincentivando y deteriorando el capital social. <strong>El</strong> espaciopúblico moral, que consiste en la libre discusión que permite llegar a unaacción común y que es correlativo al espacio público geográfico, requierela reunión física de las personas que toman parte en la decisión. Esta necesidadde reunión física se vuelve cada día menos indispensable graciasa los medios electrónicos, pero no deja de ser cierto que el espacio públicovirtual sigue requiriendo un espacio protegido donde quienes participanen dicho contacto electrónico estén resguardados contra las intervencionesque podrían modificar y quitar privacidad a la discusión. Por eso, los<strong>espacios</strong> públicos de discusión, cuando son intervenidos, por ejemplo porla publicidad, por el espionaje de las conversaciones o por el cabildeodestinado a modificar las decisiones de algunos representantes políticos,no llegan a ser públicos.337Seguimos en esto a Manuel Jiménez, traductor de Habermas.
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