Espacios públicos y construcción social: Aproximaciones conceptualesAsí, mientras que con anterioridad a la época moderna la arquitecturase preocupa solo de obras que «muestren» y demuestren el poder delsoberano (iglesias, palacios), a partir del siglo XVIII aparecen nuevos encargos:construcción de escuelas, hospitales, cárceles, etc. La arquitecturase convierte en una disciplina orientada a la utilización del espacio parafines económico políticos (Foucault 1980:148), colaborando con la necesidadde disciplinar y docilizar los cuerpos de los individuos. Si bien elpoder es ejercido espacialmente, la configuración final del espacio construidoy las conceptualizaciones que nos hacemos de él, condicionan laforma en que el poder se manifiesta. Por ejemplo, es distinto intentar elcontrol militar de una ciudad de amplias avenidas que hacerlo en otraplagada de callejuelas.Resistencia al poder70Con todo, el espacio no es solo el lugar donde el poder es ejercido,sino, además, es el escenario donde se produce la resistencia ciudadana.<strong>El</strong> espacio es expresión de relaciones de poder y de dominación, pero almismo tiempo es en dicho lugar donde los usos y condiciones propuestospor los sectores dominantes son discutidos por los grupos subordinados;lo han sido en el pasado y lo serán en el futuro. Así, en su <strong>libro</strong> sobre lapráctica de la vida cotidiana (1984), De Certeau manifiesta la misma preocupaciónque Foucault por las formas microscópicas que organizan a lasociedad; pero, contrariamente a este, que se centra en la microfísica delpoder, lo hace en la microfísica de la resistencia, la cual está presente entodo contexto social y, por lo tanto, en todo espacio.<strong>El</strong> espacio es siempre discutido en su uso y, así, nunca puede ser completamenteapropiado por los poderes o discursos dominantes. La dominacióno control sobre el espacio y los usos de este se presentan así comohegemónicos, en el sentido que Gramsci establece en sus escritos desde laprisión, nunca como absolutos o inmutables. Esta característica, tanto delpoder como del espacio, contradice la lectura más estructuralista deFoucault así como el pensamiento posmoderno, que niega la posibilidadde resistencia social ya sea frente al desarrollo capitalista o su estructuraespacial. En este sentido, el «determinismo de la globalización», la ideade que no «hay nada que hacer» y que «es imposible oponerse», tan demoda entre los intelectuales del urbanismo, 1 puede ser desmentida tantodesde una perspectiva teórica como histórica. Incluso, autores que glorificanla concepción del espacio urbano promovida por los urbanistasposmodernos —excluyente y fragmentado—, como lo hacen Graham yMarvin en su obra Splintering urbanism: Networked Infrastructures,Technological Mobilities and the Urban Condition (2001), deben admitir, amodo de conclusión, la existencia y trans-temporalidad de la resistencia:1Véase, por ejemplo, Davis, City of Quartz (1990); Soja, Postmetropolis (2002); Dear & Flusty,The Spaces of Postmodernity (2002), etc.
R. Salcedo: La lucha por el espacio urbano«La vida de las grandes ciudades no puede ser simplemente programadacomo un computador por poderosas fuerzas socioeconómicos o interesespolíticos, incluso dentro de contextos capitalistas extremos y desiguales.La vida urbana es más diversa, variada e impredecible que lo que lasdistopias urbanas basadas en la situación de Estados Unidos sugieren»(p. 392).Ahora bien, debemos ser conscientes de que la resistencia siempreopera «desde abajo». <strong>El</strong>la no se encuentra al nivel de las prácticas dominantes,por lo que en la mayoría de los casos el enfrentamiento directo yactivo (la protesta ciudadana) o bien no es viable, o solo puede ser mantenidapor un corto plazo. La comuna de París solo duró algunas semanas.Teóricamente, De Certeau (1984) clarifica: «Una sociedad está compuestade ciertas prácticas dominantes, las que organizan instituciones normativas;y otras prácticas que se mantienen menores, siempre allí pero noorganizando discursos, preservando los comienzos o los remanentes dediferentes hipótesis (institucionales, científicas) para esa sociedad u otras»(p. 48).Las prácticas de resistencia no operan construyendo sistemas o estructurasalternativas de poder o ignorando las reglas sociales imperantes,sino a través de una apropiación crítica y selectiva de las prácticas disciplinarias,transformando su sentido original y alterando su carácter represivo(yendo al mall solo a vagabundear, sentándose en el suelo delmetro, etc.), o bien a través del abandono de los lugares en los que elcontrol social se hace más opresivo (abandono de los lugares públicosmás vigilados por grupos marginales).<strong>El</strong> argumento de De Certeau constata la existencia de prácticas alternativas,pero ciertamente les pone un límite, al igual que a la diversidadde usos que puede adoptar el espacio. La resistencia no está al nivel delas prácticas dominantes; aún más, ella está condicionada por estas. Lasdistintas apropiaciones del espacio no deben entenderse en términos deuna competencia entre dos proyectos alternativos, como una visióndogmáticamente marxista sugeriría, sino como el resultado deinteracciones sociales que ocurren en el espacio vivido y que pueden darlugar a diversos significados y propósitos.En sus cartas desde la prisión, Gramsci sostiene que los sectores dominantesejercerían una hegemonía social sobre la vida y acciones de laspersonas, la cual se traduce en un consentimiento espontáneo de las masashacia la dirección de la vida social impuesta por los sectores dominantes.Estas prácticas hegemónicas imponen ciertas regulaciones a la vidacotidiana de todos los miembros de la sociedad, mientras las prácticasdominadas o subalternas trabajan acomodándose, reemplazando significados,negociando y, en algunos casos, a través de una resistencia activa(a veces violenta) frente al orden espacial impuesto. La hegemonía entérminos espaciales significa, entonces, la naturalización de una dominaciónmaterial a través de la imposición de ciertas percepciones (espaciopercibido o imaginado) o representaciones de cómo el espacio debe serapropiado, usado y vivido.71
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