Espacios públicos y construcción social: Aproximaciones conceptuales36administración de los <strong>espacios</strong> públicos en manos privadas. En el sentidoliberal, el espacio público es un instrumento, tal vez indispensable, parael fortalecimiento de la capacidad de acción individual, antes que pararealizar una acción común. <strong>El</strong> capital social ligado al espacio público urbanose incrementaría por su contribución a que los individuos actúenvinculados con los demás, pero en beneficio de cada uno de los agentes.De esta manera, en una concepción liberal, la formación de «capital social»es solo un fruto secundario de la existencia de <strong>espacios</strong> públicos,pues lo fundamental para el liberalismo es que dichos <strong>espacios</strong>, y las prácticasde socialización que allí se den, fortalezcan la capacidad de los individuospara realizar, junto con los demás, una decisión individual. Parael liberalismo, la existencia de un espacio público, en caso de que no seaindispensable para el desarrollo de la libertad individual, podría inclusoser perjudicial, pues competiría con otros <strong>espacios</strong> privados. En términosgenerales, liberalismo y neoliberalismo (Mill, Popper, Hayek) desconfíande las creaciones colectivas cuando no tienen por finalidad la promociónde intereses individuales y evitan la creación de <strong>espacios</strong> autónomos respectodel individuo y de sus intereses. <strong>El</strong> espacio público liberal, por tanto,no puede ni debe ser autónomo, sino que debe subordinarse a labúsqueda del interés privado y debe estar controlado por la ley. Desde elpunto de vista liberal, sería inconcebible desarrollar un «interés público»del espacio público, pues lo público solo tiene interés en la medida en quefavorece el desarrollo individual.<strong>El</strong> capital social y el espacio públicoYa se entienda el espacio público como entidad autónoma o como dependientede intereses privados, conviene tener en cuenta que en las ciudadesy países rara vez se encuentra un ejemplo que corresponda entotalidad a los modelos aquí planteados. La utilidad de un modelo escomprender, clasificar y trabajar con él, pero sería erróneo pretender queexiste, pues si existiera sería un ejemplo y no, justamente, un modelo. Porello, para el análisis de casos conviene tener en cuenta la posibilidad deque ambos modelos aquí planteados se mezclen, mezcla que puede darlugar a situaciones complejas y ricas en posibilidades.Para ambos tipos de espacio se aplica, además, lo sostenido por FernandoCarrión, 10 en el sentido de que puede ser de cuatro tipos: simbólico,es decir, de representación y pertenencia; simbiótico, si contribuye a lavida en común, como pueden ser las vías de comunicación, plazas, etc.;de intercambio y comercio; y, por último, de civismo o ciudadanía, conceptoen el que la noción de territorio tiene un sentido parcialmente metafórico.En efecto, como hemos visto, la deliberación cívica es pública, enel sentido de que en principio nadie puede ser privado de participar en10Taller de debate «Espacio público y construcción de capital social», realizado en SUR,Santiago, 2 de septiembre de 2003.
H. Neira: La naturaleza del espacio públicoella y no debe estar intervenida, ya sea por la publicidad, ya sea por elespionaje o la amenaza contra tal o cual opinión. <strong>El</strong>lo se consigue en unespacio físico, también público, base de un espacio público comunicacional.Incluso los <strong>espacios</strong> virtuales de carácter informático, que pueden contribuira la formación de capital social, requieren un soporte físico. De hecho,quienes sienten que tales o cuales temas no pueden ser tratados enuna determinada nación, a veces emigran en búsqueda del espacio físicomás allá de las fronteras, desde donde sí puedan debatir con libertad.Este nuevo espacio puede ser real (libertad de reunión de las personaspara discutir tal o cual tema) o virtual. En este último caso, la discusiónvirtual requiere, también, un soporte geográfico, por pequeño que sea, yla protección pública del espacio virtual de comunicación. Por ello, laexistencia de <strong>espacios</strong> virtuales informáticos no significa que algunas delas exigencias y características del vínculo entre <strong>espacios</strong> públicos y capitalsocial se modifiquen de forma sustancial. <strong>El</strong> espacio virtual informáticono anula nada de lo que hemos planteado antes sobre el espacio público.Conviene tener presente que la noción de espacio público —como se dijoinicialmente— abarca un ámbito que va desde lo físico a lo moral, sin quese pueda establecer prioridad entre uno y otro y dándose ambos mezcladosen la mayoría de los casos.<strong>El</strong> capital social puede representar un doble papel en los <strong>espacios</strong> públicos.En primer lugar, lo puede desempeñar desde el punto de vista desu origen. <strong>El</strong> capital social de quienes toman la decisión de atribuirle elcarácter público a un espacio influye en el contenido del uso que se le vaa dar (recreacional, deportivo, comunicacional, etc.). Cuanto mayor seael capital social de los individuos que pertenecen a un grupo urbano, másprobabilidades hay de que quienes plantean exigencias de espacio puedanhacerlo enunciando con claridad sus expectativas. Asimismo, el capitalsocial de quienes toman las decisiones influye favorablemente en lacomprensión de las expectativas y en la calidad con que se responde.En la situación ideal de conjunción entre demandas claramenteexplicitadas y respuestas públicas bien tomadas, se llega a una dinámicaurbana en la que se combina, en distintas proporciones, factores culturalesy factores técnicos. Los primeros tienen relación con los valores existentesen una sociedad. Los segundos, en cambio, tienen que ver con laeficacia de los aspectos sistémicos de la ciudad y del espacio, 11 es decir,con la capacidad que tiene una ciudad de controlar el espacio y el entorno,de forma que una inestabilidad en ellos no ponga en peligro la personalidado los valores que se quiere realizar en dicho territorio. Un espacio3711En el ya mencionado <strong>libro</strong> Problemas de legitimación en el capitalismo tardío, Habermasdefine el aspecto sistémico como distinto del mundo de la vida (estructuras normativas,valores e instituciones), es decir, lo sistémico es, «en una sociedad, los mecanismos delautogobierno y la ampliación del campo de contingencia». En otras palabras, lo sistémicotiene que ver con la capacidad de control del entorno necesario para la vida y deautocontrol individual y social (p. 20). Para un análisis más detallado de la relación entrefunciones sistémicas y valores culturales en la ciudad, véase Hernán Neira, La ciudad y laspalabras, cap. 9, «Dinámica de la ciudad» (Santiago: Editorial Universitaria, 2004).
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