La <strong>educación</strong> debe entonces dedicarse a <strong>la</strong> identificación de los orígenesde errores, de ilusiones y de cegueras.1.1 <strong>Los</strong> errores mentalesNingún dispositivo cerebral permite distinguir <strong>la</strong> alucinación de <strong>la</strong>percepción, el sueño de <strong>la</strong> vigilia, lo imaginario de lo real, lo subjetivo de loobjetivo.La importancia <strong>del</strong> fantasma y <strong>del</strong> imaginario en el ser humano esinimaginable ; dado que <strong>la</strong>s vías de entrada y de salida <strong>del</strong> sistema neurocerebralque conectan el organismo con el mundo exterior representan sólo el2% de todo el conjunto, mientras que el 98% implica al funcionamiento interior,se ha constituido en un mundo síquico re<strong>la</strong>tivamente independiente donde sefermentan necesidades, sueños, deseos, ideas, imágenes, fantasmas, y estemundo se infiltra en nuestra visión o concepción <strong>del</strong> mundo exterior.También existe en cada mente una posibilidad de mentira a sí mismo (selfdeception)que es fuente permanente de error y de ilusión. El egocentrismo, <strong>la</strong>necesidad de auto-justificación, <strong>la</strong> tendencia a proyectar sobre el otro <strong>la</strong> causa<strong>del</strong> mal hacen que cada uno se mienta a sí mismo sin detectar esa mentira de <strong>la</strong>cual, no obstante, es el autor.Nuestra memoria misma está sujeta a numerosas fuentes de error. Unamemoria no regenerada con <strong>la</strong> remembranza tiende a degradarse ; pero cadaremembranza <strong>la</strong> puede adornar o desfigurar. Nuestra mente, de manerainconsciente, tiende a seleccionar los recuerdos que nos convienen y arechazar, incluso a borrar, los desfavorables ; y cada uno puede allí adjudicarseun rol adu<strong>la</strong>dor. También tiende a deformar los recuerdos por proyecciones oconfusiones inconscientes. Existen, a veces, falsos recuerdos con <strong>la</strong> persuaciónde haberlos vivido y también recuerdos que rechazamos porque estamospersuadidos de no haberlos vivido jamás. Así, <strong>la</strong> memoria, fuente irremp<strong>la</strong>zablede verdad, puede estar sujeta a los errores y a <strong>la</strong>s ilusiones.1.2 <strong>Los</strong> errores intelectualesNuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas, ideologías) no sólo estánsujetos al error sino que también protegen los errores e ilusiones que estáninscritos en ellos. Forma parte de <strong>la</strong> lógica organizadora de cualquier sistemade ideas el hecho de resistir a <strong>la</strong> información que no conviene o que no sepuede integrar. Las teorías resisten a <strong>la</strong> agresión de <strong>la</strong>s teorías enemigas o <strong>del</strong>os argumentos adversos. Aunque <strong>la</strong>s teorías científicas sean <strong>la</strong>s únicas enaceptar <strong>la</strong> posibilidad de ser refutadas, tienden a manifestar esta resistencia.En cuanto a <strong>la</strong>s doctrinas, que son teorías encerradas en sí mismas yabsolutamente convencidas de su verdad, éstas son invulnerables a cualquiercrítica que denuncie sus errores.1.3 <strong>Los</strong> errores de <strong>la</strong> razónLo que permite <strong>la</strong> distinción entre vigilia y sueño, imaginario y real,subjetivo y objetivo, es <strong>la</strong> actividad racional de <strong>la</strong> mente que ape<strong>la</strong> al control <strong>del</strong>entorno (resistencia física <strong>del</strong> medio al deseo y al imaginario), al control de <strong>la</strong>práctica (actividad verificadora), al control de <strong>la</strong> cultura (referencia al sabercomún), al control <strong>del</strong> prójimo (¿es que usted ve lo mismo que yo?), al controlcerebral (memoria, operaciones lógicas). Dicho de otra manera, es <strong>la</strong>racionalidad <strong>la</strong> que corrige.5
La racionalidad es el mejor pretil contra el error y <strong>la</strong> ilusión. Por una parte,está <strong>la</strong> racionalidad constructiva que e<strong>la</strong>bora teorías coherentes verificando elcarácter lógico de <strong>la</strong> organización teórica, <strong>la</strong> compatibilidad entre <strong>la</strong>s ideas quecomponen <strong>la</strong> teoría, el acuerdo entre sus afirmaciones y los elementosempíricos a los cuales se dedica : esta racionalidad debe permanecer abierta a<strong>la</strong> discusión para evitar que se vuelva a encerrar en una doctrina y se conviertaen racionalización ; por otra parte, está <strong>la</strong> racionalidad crítica que se ejerceparticu<strong>la</strong>rmente sobre los errores e ilusiones de <strong>la</strong>s creencias, doctrinas yteorías. Pero <strong>la</strong> racionalidad también lleva en su seno una posibilidad de error yde ilusión cuando se pervierte en racionalización como se acaba de indicar. Laracionalización se cree racional porque constituye un sistema lógico perfectobasado en <strong>la</strong> deducción o <strong>la</strong> inducción ; pero el<strong>la</strong> se funda sobre basesmuti<strong>la</strong>das o falsas y se niega a <strong>la</strong> discusión de argumentos y a <strong>la</strong> verificaciónempírica. La racionalización es cerrada, <strong>la</strong> racionalidad es abierta. Laracionalización toma <strong>la</strong>s mismas fuentes de <strong>la</strong> racionalidad, pero constituye unade <strong>la</strong>s fuentes de errores y de ilusiones más poderosa. De esta manera, unadoctrina que obedece a un mo<strong>del</strong>o mecanicista y determinista para considerar elmundo no es racional sino racionalizadora.La verdadera racionalidad, abierta por naturaleza, dialoga con una realidad quese le resiste. El<strong>la</strong> opera un ir y venir incesante entre <strong>la</strong> instancia lógica y <strong>la</strong>instancia empírica ; es el fruto <strong>del</strong> debate argumentado de <strong>la</strong>s ideas y no <strong>la</strong>propiedad de un sistema de ideas. Un racionalismo que ignora los seres, <strong>la</strong>subjetividad, <strong>la</strong> afectividad, <strong>la</strong> vida es irracional. La racionalidad debe reconocerel <strong>la</strong>do <strong>del</strong> afecto, <strong>del</strong> amor, <strong>del</strong> arrepentimiento. La verdadera racionalidadconoce los límites de <strong>la</strong> lógica, <strong>del</strong> determinismo, <strong>del</strong> mecanismo; sabe que <strong>la</strong>mente humana no podría ser omnisciente, que <strong>la</strong> realidad comporta misterio;el<strong>la</strong> negocia con lo irracionalizado, lo oscuro, lo irracionalizable; no sólo escrítica sino autocrítica. Se reconoce <strong>la</strong> verdadera racionalidad por <strong>la</strong> capacidadde reconocer sus insuficiencias.La racionalidad no es una cualidad con <strong>la</strong> que están dotadas <strong>la</strong>s mentes <strong>del</strong>os científicos y técnicos y de <strong>la</strong> cual están desprovistos los demás. <strong>Los</strong> sabiosatomistas, racionales en su área de competencia y bajo <strong>la</strong> coacción <strong>del</strong><strong>la</strong>boratorio, pueden ser completamente irracionales en política o en su vidaprivada.Así mismo, <strong>la</strong> racionalidad no es una cualidad de <strong>la</strong> cual dispondría enmonopolio <strong>la</strong> civilización occidental. Durante mucho tiempo, el Occidenteeuropeo se creyó dueño de <strong>la</strong> racionalidad, sólo veía errores, ilusiones yretrazos en <strong>la</strong>s otras culturas y juzgaba cualquier cultura en <strong>la</strong> medida de susresultados tecnológicos. Ahora bien, debemos saber que en toda sociedad,comprendida <strong>la</strong> arcaica, hay racionalidad tanto en <strong>la</strong> confección deherramientas, estrategia para <strong>la</strong> caza, conocimiento de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas, de losanimales, <strong>del</strong> terreno como <strong>la</strong> hay en el mito, <strong>la</strong> magia, <strong>la</strong> religión. En nuestrassociedades occidentales también hay presencia de mitos, de magia, de religión,incluyendo el mito de una razón providencial e incluyendo también una religión<strong>del</strong> progreso. Comenzamos a ser verdaderamente racionales cuandoreconocemos <strong>la</strong> racionalización incluida en nuestra racionalidad y cuandoreconocemos nuestros propios mitos entre los cuales el mito de nuestra razóntodopoderosa y el <strong>del</strong> progreso garantizado.Es necesario entonces, reconocer en <strong>la</strong> <strong>educación</strong> para el <strong>futuro</strong> unprincipio de incertidumbre racional : si no mantiene su vigi<strong>la</strong>nte autocrítica, <strong>la</strong>racionalidad arriesga permanentemente a caer en <strong>la</strong> ilusión racionalizadora; esdecir que <strong>la</strong> verdadera racionalidad no es so<strong>la</strong>mente teórica ni crítica sinotambién autocrítica.1.4 Las cegueras paradigmáticas6