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Los siete saberes necesarios a la educación del futuro ... - Futuros

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tiempo antagónicos; <strong>la</strong> libertad tiende a destruir <strong>la</strong> igualdad; ésta, si esimpuesta, tiende a destruir <strong>la</strong> libertad; por último, <strong>la</strong> fraternidad no puede ser nidecretada ni impuesta sino incitada. Según <strong>la</strong>s condiciones históricas, unaestrategia deberá favorecer <strong>la</strong> libertad o <strong>la</strong> igualdad o <strong>la</strong> fraternidad sinoponerse nunca a los otros dos términos.De esta forma, <strong>la</strong> respuesta a <strong>la</strong>s incertidumbres de <strong>la</strong> acción estáconstituida por <strong>la</strong> buena elección de una decisión, por <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong>apuesta, <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración de una estrategia que tenga en cuenta <strong>la</strong>scomplejidades inherentes a sus propias finalidades, que en el transcurso de <strong>la</strong>acción pueda modificarse en función de los riesgos, informaciones, cambios decontexto y que pueda considerar un eventual torpedeo de <strong>la</strong> acción que hubiesetomado un curso nocivo. Por esto, se puede y se debe luchar contra <strong>la</strong>sincertidumbres de <strong>la</strong> acción; se puede incluso superar<strong>la</strong>s a corto o medianop<strong>la</strong>zo, pero nadie pretendería eliminar<strong>la</strong>s a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. La estrategia, como elconocimiento, sigue siendo <strong>la</strong> navegación en un océano de incertidumbres através de archipié<strong>la</strong>gos de certezas.El deseo de aniqui<strong>la</strong>r <strong>la</strong> Incertidumbre puede parecernos como <strong>la</strong>enfermedad misma de nuestras mentes y toda dirección hacia <strong>la</strong> gran Certeza nopodría ser más que un embarazo sicológico.El pensamiento, entonces, debe encaminarse y aguerrirse para afrontar <strong>la</strong>incertidumbre. Todo aquello que implica oportunidad implica riesgo y elpensamiento debe diferenciar <strong>la</strong>s oportunidades de los riesgos así como losriesgos de <strong>la</strong>s oportunidades.El abandono <strong>del</strong> progreso garantizado por <strong>la</strong>s «leyes de <strong>la</strong> Historia» no esel abandono <strong>del</strong> progreso sino el reconocimiento de su carácter incierto y frágil.La renuncia al mejor de los mundos no es de ninguna manera <strong>la</strong> renuncia a unmundo mejor.En <strong>la</strong> historia, hemos visto permanente y desafortunadamente que loposible se vuelve imposible y podemos presentir que <strong>la</strong>s más ricas posibilidadeshumanas siguen siendo imposibles de realizar. Pero también hemos visto que loinesperado llega a ser posible y se realiza; hemos visto a menudo que loimprobable se realiza más que lo probable; sepamos, entonces, confiar en loinesperado y trabajar para lo improbable.CAPÍTULO VIENSEÑAR LA COMPRENSIÓNLa situación sobre nuestra Tierra es paradójica. Las interdependencias sehan multiplicado. La conciencia de ser solidarios con su vida y con su muerteliga desde ahora a los humanos. La comunicación triunfa; el p<strong>la</strong>neta estáatravezado por redes, faxes, teléfonos celu<strong>la</strong>res, modems, Internet. Y sinembargo, <strong>la</strong> incomprensión sigue siendo general. Sin duda, hay grandes ymúltiples progresos de <strong>la</strong> comprensión, pero los progresos de <strong>la</strong> incomprensiónparecen aún más grande.El problema de <strong>la</strong> comprensión se ha vuelto crucial para los humanos. Y poresta razón debe ser una de <strong>la</strong> finalidades de <strong>la</strong> <strong>educación</strong> para el <strong>futuro</strong>.Recordemos que ninguna técnica de comunicación, <strong>del</strong> teléfono a Internet,aporta por sí misma <strong>la</strong> comprensión. La comprensión no puede digitarse. Educarpara comprender <strong>la</strong>s matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educarpara <strong>la</strong> comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente <strong>la</strong> misiónespiritual de <strong>la</strong> <strong>educación</strong> : enseñar <strong>la</strong> comprensión entre <strong>la</strong>s personas comocondición y garantía de <strong>la</strong> solidaridad intelectual y moral de <strong>la</strong> humanidad.43

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