CON NOMBRE PROPIOMúsica y espiritualidadSOFIA GUBAIDULINA8Fotos: Jaakko KilpiäinenLa cantata Jetzt immer Schnee (Enel presente, siempre la nieve)expresa fielmente los sentimientosque embargaban a SofiaGubaidulina en el momento de la composiciónen la Rusia de 1990. La nievea que hace referencia el título, símbolode pureza y elevación, se opone a lanoche oscura en la que se hundía elpaís: “Cae la noche inmensa y terriblesobre el mundo y debemos aceptarlo siel Señor así lo quiere, pero los asesinosestán repartidos por entre la oscuridadde la noche terrestre, estas noches delhorror banal, las terribles noches deMoscú…”. Unos amigos irán en buscade la compositora en 1991 con el propósitode que abandone Moscú definitivamente,a pesar de sus reticencias. Elestado en el que se encontraba enaquellos momentos Gubaidulina, consu trabajo paralizado por la inquietud yla angustia, acabaría por convencerla.Desde entonces, vive en una zona residencialcercana a Hamburgo.Cuando decide venir a Europa Occidental,Gubaidulina es ya un nombrehabitual en los programas de conciertosy las firmas discográficas. El estreno en1981 de Offertorium en Viena y los conciertosen el Festival Lockenhaus, promovidopor el principal valedor de lacompositora, el violinista Gidon Kremer,colocan a Gubaidulina en el primerplano de la actualidad. Cuenta enese momento 50 años y es cuando losmusicólogos empiezan a situar su estética:Gubaidulina pertenece a la generaciónde compositores ex soviéticos nacidosen la década de los años treintaque, sucesora de autores consolidadoscomo Prokofiev y Shostakovich, se sentiría,ya en los años sesenta, en la necesidadde asumir el mismo papel que eldesarrollado por la generación contemporáneade músicos polacos (Penderecki,Górecki): la revitalización y puesta aldía del lenguaje musical en su propiopaís. La tarea no va a ser fácil, pues, adiferencia de sus vecinos los polacos, lageneración de Gubaidulina (Denisov,Grabowski, Silvestrov, Schnittke) nogozará de la oportunidad del lanzamientointernacional ni a través deltrampolín que supusiera el Festival deVarsovia ni por medio de sus mismascomposiciones, todas de un caráctermenos arriesgado y de menos rasgosdistintivos que las producidas en lapatria de Lutoslawski. Denisov alcanzael refrendo a su música gracias a la presenciadel mismo autor en París, Schnitt-
CON NOMBRE PROPIOSOFIA GUBAIDULINAke debe parte de su triunfo internacionala la estrecha relación que mantienecon instrumentistas de prestigio, Silvestrov,por su parte, aguardará a que lasfirmas discográficas reparen en la extremasimplicidad de su lenguaje. Gubaidulinahabrá de esperar a que el eclecticismoestilístico de un Schnittke y larelajación de los lenguajes en Occidenteacaben por abrirle un hueco a su planteamiento,que pasa por un claro y netoformalismo heredado del discurso unidireccionalclásico, el gusto por las asociacionestímbricas insólitas (In Croce,para violonchelo y órgano; Lamento,para tuba y piano; Bacanal, para voz,cuatro saxofones, percusión y órgano) yun nada disimulado aliento espiritual, elque emana de su sincera fe cristiana (laspiezas In Croce, Las últimas siete palabrasde Cristo y Regocijáos son otras tantasmeditaciones sobre la figura de Cristosufriendo en la Cruz).Heredera también de la profundatradición rusa, en una compositoracomo Gubaidulina se percibe un fuertecelo por hacer partícipe al receptor detoda una serie de conflictos de ordenespiritual. El sonido en sus obras sehace crispado, doloroso, pues las notasparecen salir a la luz tras grandes luchasinternas. Es la suya una música que seconcibe como sustituta del diario íntimo,portavoz de las confesiones de laautora. La obra que ejemplifica mejor elestilo de Gubaidulina no es otra que laque le abriera las puertas a los auditorios,Offertorium, un concierto para violíny orquesta en el que el rigor formal ylas exigencias técnicas están íntimamenteligadas a una expresión afectiva yespiritual de gran calado. En la obra, sereflejan tanto las bondades del planteamientoestilístico de Gubaidulina (suinnata capacidad para disposicionestímbricas subyugantes) como tambiénalgo que se ha hecho demasiado ostensibleen obras posteriores, en su afánpor extremar la expresividad y la sensación,en muchos casos, de recogimiento,como son la reiteración temática olos fáciles golpes de efecto instrumentales.Al “ofrecer en sacrificio” el temaCarta Blanca a Sofia Gubaidulina.Madrid. Auditorio Nacional. 9, 10,11-I-2009. Orquesta Nacional deEspaña. Mikhail Agrest. NathalieStutzmann, mezzo; Sharon Bezaly,flauta. Obras de Beethoven yGubaidulina. 14,15-I-2009. CuartetoSigma Project. Celli Monighetti.Basilea Guitarren Ensemble. Obrasde Gubaidulina. 18-I-2009. ONE.Director: Reinbert de Leeuw. Anne-Sophie Mutter, violín. Obras deGubaidulina.central de Offertorium, tomado de laOfrenda musical de Bach (toda estaobra, todo este concierto para violín, noes sino una suerte de ceremonia ritualen la que el solista, efectivamente, seconvierte en la ofrenda del sacrificio),Gubaidulina muestra el fondo de supretensión artística: concebir, ante todo,una música del alma. La hora del alma,precisamente, es el título de una de susprimeras piezas importantes, muy pococonocida fuera del ámbito ruso. En elestreno de esta obra, pensada para unaorquesta sinfónica, rodeada de seis osiete grupos de percusión, y que concluyecon el sonido de la cítara, sobre lacual una voz de soprano desgrana versosde Tsvetaeva, intervino el percusionistaMark Pekarski, que se haría prontocélebre por su gran colección de instrumentosde percusión, en buena parteenriquecida en los años setenta graciasa las donaciones que le hiciera LuigiNono tras el estrecho contacto que tuvoel autor de Intolleranza, en una visita aMoscú, con algunos de los músicos másemergentes del panorama ruso delmomento. Como reconocimiento por ladonación, ocho compositores rusos,entre los cuales se hallaba la propiaGubaidulina, escribieron una obra conjuntatitulada Regalo-sorpresa para elseñor Luigi. La pieza de Gubaidulina esmuy particular, pues está hecha desusurros obtenidos al frotar dos instrumentosprimitivos de madera procedentesde la colección Astreia. Esta músicaal límite del silencio es muy representativade la complicidad que se establecieraentre la compositora y Luigi Nono.Incluso tras la muerte del italiano,Gubaidulina llegó a colaborar conGidon Kremer en la interpretación ygrabación de la pieza La lontananzanostalgica utopica futura. En unasdeclaraciones hechas al musicólogoEnzo Restagno en 1987, Nono recordabacon nostalgia aquellos días en lacapital rusa y el conocimiento, en particular,que tuvo de Sofia Gubaidulina(“una compositora de gran talento, deuna tenacidad y fuerza espiritual muytípica de los rusos”) y de Mark Pekarski,el moscovita de unos treinta años, “quehacía cosas extraordinarias con los instrumentosde percusión, que manejabacon una técnica inaudita”.Francisco RamosDISCOGRAFÍA SELECCIONADAOffertorium. Hommage à T. S. Eliot.GIDON KREMER, VIOLÍN. SINFÓNICA DEBOSTON. Director: CHARLES DUTOIT.Deutsche Grammophon 427 336-2.Jetzt immer Schnee. Perception.STELLA KLEINDIENST, soprano. CORO DECÁMARA DE HOLANDA. SCHOENBERG ENSEMBLE.Director: REINBERT DE LEEUW. Philips 442 531-2.Sieben Worte. In Croce. JULIUS BERGER,violonchelo. KAMMERORCHESTER DIAGONAL.Wergo 6263-2.Cuartetos de cuerda nºs 1-3. Trío decuerdas. CUARTETO DANÉS. CPO 9990642.Am Rande des Abgrunds. Deprofundis. Quaternion. In Croce.JULIUS BERGER, NIKOLAS EPPINGGER,violonchelos; STEFAN HUSSONG, acordeón;SOFIA GUBALIDULINA, AQUAPHON.Wergo 6684-2.9