ACTUALIDADPAMPLONA / SANTIAGOProducción de la AGAOLOABLE DIGNIDADTeatro Gayarre, 20-XI-2008. Bellini, I puritani. Shalva Mukeria, María José Moreno, Dimitri Ivashchenko, MarcinBronilowski. Coro de la AGAO. Orquesta de la Academia del Liceo de Barcelona. Director musical: Miquel Ortega.Director de escena: Massimo Gasparon.En la actualidad es muydifícil encontrar voces conla tesitura y el estiloromántico adecuados y latécnica que exigen loscantabili bellinianos. Poreso hay que saludar consimpatía la iniciativa de laAGAO (Asociación Gayarrede Amigos de la Ópera), queha logrado una cierta dignidadmusical; con los dinerosque se supone manejan institucionesprivadas de estecariz. Moreno causó grataimpresión, superados antiguosdesfallecimientos, por lafrescura y plenitud del timbre,lírico más que ligero, porla intencionalidad de la dicción,por la entrega y el respetoa una tradición. Hizo frasesmuy bellas, aunque flaqueóen los espinosos pasajessobreagudos, en los que nopudo templar el sonido. SuArturo, el muy ligero Mukeria,es tenor de graves y cen-PAMPLONADimitri Ivashchenko y María José Moreno en I puritani de Bellini en el Teatro Gayarre de Pamplonatro descoloridos, canta conrelativos gusto y abandono,pero coloca casi siempre bienlos temibles sobreagudos.Bronikowski, barítono líricode bello centro, dijo conpropiedad, pero cantó aquejadopor un catarro. Buenacalidad la franja inferior delbajo Ivashchenko, pero latesitura de Giorgio le quedamuy alta. Los demás cumplieron,con alguna que otra desafinación;el coro se bandeó yla juvenil orquesta sonó aceptablementea las órdenes delsiempre seguro y concertadorOrtega, un tanto falto de elasticidaden la construcción delas cantilene. Poco buenoque decir de la escena, primariay pueblerina. Pero lo conseguidoen el aspecto musicales, teniendo cuenta las circunstancias,más que loable.Arturo ReverterJesús CasoCiclos de piano Ángel Brage y de la Real Filharmonía de GaliciaDOS NOTABLES PIANISTASSantiago de Compostela. Auditorio de Galicia. 5-XII-2008. Arcadi Volodos, piano. Obras de Scriabin, Ravel,Schumann y Liszt. 11-XII-2008. Jorge Federico Osorio, piano. Real Filharmonía de Galicia. Director: Antoni RosMarbà. Obras de Beethoven y Schubert.34Tras la presencia de OlliMustonen, el Ciclo de pianoÁngel Brage contópoco más de un mes despuéscon la del ruso ArcadiVolodos. No hacíamucho tiempo, del ordende cinco años, que amboshabían estado en Santiago,pero es cantidad suficientepara labrar huella de madurezen intérpretes jóvenes,particularmente en el caso delruso, muy dado en sus iniciosa deslumbrantes artificios pianísticos,produciendo esapeculiar sensación de tener alalcance todos los secretos delinstrumento sin esfuerzoalguno y, para colmo, no contandocon más magia que laSANTIAGOobtenida del sonido, pues supresencia carece del glamourque tanto aprecio tiene en unmundo dominado por la imagen.Un variado menú Scriabin,finalizado con la Sonatanº 7, produjo cierta sensaciónde alejada frialdad, prontosuperada por unos Valsesnobles et sentimentales en losque exprimió hasta la últimagota el refinamiento sonorode Ravel. Pasando en lasegunda parte a dos señerosejemplos del romanticismo,de las Waldszenen de Schumannextrajo Volodos todo elvariado carácter de sus diferentesnúmeros, culminandosu recital con Liszt en unaapabullante lectura de Aprèsune lecture de Dante, querecordó sus primeros tiemposy la búsqueda de aplausosgeneradores de propinas,como así ocurrió.Un tipo de pianista muydiferente, el mejicano JorgeFederico Osorio, pasó por elAuditorio de Galicia unasemana después. No era tampocola primera vez, ni será laúltima, pues Osorio es un asiduotanto de Santiago comode La Coruña y miembrocorrespondiente de la RealAcademia Gallega de BellasArtes. A su cargo estuvo laparte solista del Concierto nº4 de Beethoven, mientras laReal Filharmonía era dirigidapor su titular Ros Marbà, sinduda dos excelentes músicoscon sensibilidades aparentementeafines, pero que nolograron esta vez ofrecer unaversión acorde a lo esperable.Aunque no faltaron detallesde calidad, es posible quetambién faltaran más horas deensayo. Antes, se pudo escucharuna más que notableinterpretación de la oberturapara Egmont, en la que Rossupo sacar el aliento de libertadque impregna esta breve ycompacta obra maestra. Trasambas, se interpretó la tempranaSinfonía nº 2 de Schubert,pero mi forzada ausenciame impide dar una opinión.José Luis Fernández
ACTUALIDADSEVILLAWernicke propone su Giulio CesareCÉSAR EN SU CIUDADTeatro de la Maestranza. 26-XI-2008. Haendel, Giulio Cesare in Egitto. Lawrence Zazzo, Elena de la Merced, PauBordas, Marina Rodríguez Cusí, Lola Casariego, David Hansen, José Julian Frontán, David Sagastume. OrquestaBarroca de Sevilla. Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de La Maestranza. Director musical: AndreasSpering. Director de escena: Herbert Wernicke.Guillermo MendoEscena de Giulio Cesare in Egitto de Haendel en el Teatro de la MaestranzaSi como reza una lápidade mármol en una céntricaplaza de Sevilla, “JulioCésar me cercó de murosy torres altos”, ya erahora de que el héroe subieseal escenario de su mejor teatro.Y lo ha hecho espectacularmente,aunque no al gustode todos. La reposición porparte de Bjorn Jensen de lapuesta en escena del malogradoWernicke, responsabletambién de la escenografía yel vestuario, ha sido unanueva apuesta que lanza aeste teatro hacia otras perspectivas.Evidentemente noresulta fácil enfrentarse a ungénero como el de la óperaseria italiana con su esplendory sus limitaciones, y lalectura que hoy puedehacerse de aquellos argumentospseudohistóricos ydramas pasionales ha de sermuy distinta de la que hicie-SEVILLAron los espectadores decomienzos del XVIII que,dicho sea de paso, no sepasaban las cuatro horas dela representación sentadosen una silla y callados, segúnnos cuenta Alejo Carpentieren su Concierto barroco. Deahí, desde la distancia de lossiglos, la recurrencia a la ironía,al humor, pero tambiéna la reflexión para recrear elespectáculo. Wernicke, conla complicidad del maestroHofstetter, hizo su propiaversión de este Giulio Cesarecortando algunos trozos yañadiendo fragmentos deotras óperas haendelianascomo Rinaldo, Orlando yTolomeo. Algunos le han criticadoestas libertades y éllas justificaba argumentandoque esa era la práctica habitualen las representacionesbarrocas. No creo que elpurismo sea el mejor modode echar a andar una maquinariacon el lastre de unlibreto como el de Nicola F.Haym, tópico y obsoleto,aunque con una músicaexcepcional. Y Wernickeoptó por la renovación y laoriginalidad. Creó una escenografíasugerente: la granplataforma negra de la piedraRosetta y un espejocomo techo, cuyos reflejos ycontornos, gracias a unaluminotecnia muy variada enintensidades y cromatismo,conseguían una plasticidadimpresionante. Pocos elementosen el escenario: unbarco que entra y sale, unatienda de campaña que sepone y se quita, un trono, unlaberinto, un carro de combate,siluetas de soldados,los protagonistas y antagonistasque se mueven consoltura, y el cocodrilo, elgigantesco y casi omnipresentecocodrilo con su peculiarsimbolismo, magníficamenterepresentado por elbailarín Héctor Manzanares.Una puesta en escena inteligente,novedosa y atractiva,que se ha visto enriquecidapor un buen elenco devoces, en especial la muycálida y brillante de Elena dela Merced y la del contratenorLawrence Dazzo, y poruna Orquesta Barroca enplenitud de gracia bajo labatuta de Andreas Spering. Sila lectura de Wernicke puederesultarles a algunos discutible,la versión musical hacontado con el reconocimientounánime. Un significativoéxito para esta orquestaque se consolida como unconjunto de excepción. Bienvenido,pues, el retorno deCésar a su ciudad: Sevilla.Jacobo Cortines35