ENCUENTROSGIOVANNI ANTONINI136tenido a la música de Vivaldi. Algoextremo, con muchos contrastes. Enrealidad eso existía, pero tambiénintenté comprender cuál era el espíritude la música de Bach. Seguramentecontiene aspectos de la música italiana,sólo ya la forma es la del concertoitaliano, pero en un modo absolutamentepersonal. Cada concierto es unmundo en sí, y, a la vez, es esencialmentealemán. Así que nuestra aproximacióndebía ser diferente y creo quelos Brandemburgo que hicimos sondiferentes al Cimento dell’armonia ede l’invenzione que grabamos dosaños antes. Todo esto abunda en elhecho de intentar no tener siempre lamisma impostación para cualquier tipode música, de intentar buscar, deintentar comprender el espíritu decada compositor, sin perder un resultadooriginal, propio y reconocible.En cualquier caso, en los Conciertos deBrandemburgo o en las Suites para orquestade Bach, la influencia de la música italianay de la música francesa es evidente.¿Hasta qué punto una y otra se influyeronmutuamente? ¿Cuánto hay de la músicafrancesa en la italiana y viceversa?Esto resulta muy evidente, porejemplo, en la música alemana. Lamúsica alemana tenía dos grandesmodelos: de un lado, el italiano, delotro, el francés. De hecho en Alemaniahabía orquestas especializadas en lamúsica en estilo francés y otras en lade estilo italiano. Y la mezcla está claraen compositores como Bach o comoTelemann. Este último escribió, porejemplo, cerca de seiscientas ouverturesde influencia absolutamente francesa.Las Suites de Bach, las Inglesas olas Francesas, tienen también la mismaimpronta, la misma influencia aunquesean absolutamente bachianas. Sinduda, en esa época, la música francesay la italiana imperaban en toda Europa.Sin embargo, creo que la músicaitaliana acabó por triunfar, en el sentidode que llegó hasta a ponerse demoda en Francia y cambió en algo lamúsica francesa. Si tomamos, porejemplo, el estilo de las primeras suitesde autores de los primeros años delsiglo XVIII como Hotteterre o Couperiny las comparamos con música mástardía, de los años cuarenta o cincuenta,el aumento de la influencia de lamúsica italiana es evidente. Me gustaríaañadir que la música francesa enAlemania la encontramos de formamuy evidente en las suites de Bach ode Telemann, por citar dos de loscompositores alemanes más famosos.Sin embargo, a pesar de esta influencia,conservan siempre una esenciapersonal. Encuentro, sobre todo enTelemann, una impronta melancólicaque, aunque no tan fuerte, tambiénpuede hacerse extensible a Bach. Nosabría especificar exactamente porqué, pero siento en esta música unfuerte influjo del este de Europa. Engeneral, y en lo que respecta a lamúsica alemana, la influencia de estasdos corrientes fue clarísima. En segúnqué corte la influencia francesa eramayor, y en otras lo era la italiana. Yno sólo en la música, también en elmodo de vida. Los grandes compositorescomo Bach, Telemann o Haendel,supieron aprehender estos estilos yhacerlos suyos. En el caso de Telemann,creo que su música no ha sidovalorada como merece y, como ledecía, en sus suites al estilo francéshay siempre una melancolía que merecuerda más a los colores, los paisajes,el ambiente de la Alemania másoriental, de la Europa del este, y estoes algo que me fascina. Es un poco elmismo estilo que a veces encuentro enalgunas sinfonías de Haydn, en elperiodo de Esterháza, cuando trabajabaaislado en el castillo del príncipe,en Hungría. Si tomamos la Sinfonía delos Adioses, o la Trauer, por ejemplo,veo también esta melancolía que seguramenteestá ligada al tipo de vida, alpaisaje en el que, en este caso, Haydnvivía inmerso. Hay algo de biográficoen la música.Eso es inevitable. Incluso hoy día no podemosvivir aislados o componer fuera delmundo que nos rodea. La influencia detodo eso es innegable.Cierto. Si pensamos en los adagiosde Haydn, extremadamente largos,contemplativos, que, personalmente,me gustan mucho, y los comparamoscon los de las sinfonías escritas enLondres, más irónicas y espectaculares,la diferencia es evidente. Así que en lamúsica encontramos aspectos de lavida del compositor.Y todo este estudio, esta necesidad deconocer, de leer tratados, de intentarrecuperar un espíritu, ¿cómo se combinacon un momento en el que la profundidady el conocimiento parecen tener poco quedecir? ¿No cree que a veces algunos colegasse conforman con hacer música queparece bonita pero que sólo es eso?Sí, estoy absolutamente de acuerdo.Encuentro un gran nivel técnico enlas orquestas, en los solistas, pero, yvolvemos al discurso inicial, hay pocosentido del riesgo, hay poca originalidad.Diría que hay poco mundo en loque se hace. Tantas veces escuchamosejecuciones bien hechas pero que nonos hablan, no nos hablan de humanidad…No hablan de nada. Y son ejecucionesmuy bien hechas, muy precisas,pero, insisto, no hay un mundodetrás de ellas. Evidentemente no pasacon todos los intérpretes. Hay gruposexcelentes y profundos en la actualidad,pero, vuelvo a lo mismo, falta unmundo detrás de las notas. Las notasson lo que son, son lo que parecen
ENCUENTROSGIOVANNI ANTONINIpero deben hablarnos de algo más.¿Y este mundo le falta también al público?¿Piensa que el público lo acepta todo?No. El público no es tan estúpido.Pienso que cuando se le presenta algonuevo e interesante lo capta. Es innegableque está sujeto a la fascinacióndel marketing, esto es evidente, yescucha lo que se le propone y sequiere divulgar, pero tiene la capacidadde discernir lo que considera interesante,lo que le conmueve. Esto sinduda.Son ustedes el primer grupo extranjeroresidente en un auditorio español. ¿Cómose ha creado este triángulo entre Decca, elAuditorio Miguel Delibes de Valladolid e IlGiardino Armonico?Para nosotros además de un granhonor es maravilloso tener la posibilidadde poder grabar en el Auditoriode Valladolid que tiene, además, unaacústica sobresaliente. Diría que, comparadocon otros auditorios de Europael nivel es extraordinario. Aquí hemosencontrado lo que jamás encontramosen Italia. Nos han acogido y han prestadoatención a nuestros proyectos. Yestamos hablando de un grupo que noestá empezando precisamente ahora,estamos hablando de un grupo quetiene ya una trayectoria a sus espaldas,de un grupo conocido y totalmenteindependiente, incluso desde el puntode vista económico. Vivimos esencialmentede nuestros conciertos y nadienos financia, lo que está muy bien ynos hace sentirnos muy orgullosos,pero a un mismo tiempo hace quenuestra actividad sea más complicada.En este caso, el recibimiento, la acogidaque Valladolid nos ha dispensadoha sido un factor muy importanteincluso si pensamos en la promocióncultural. Y el triángulo ha funcionadoporque los técnicos de Decca se quedarontambién, como nosotros, impresionadoscon la acústica de la sala ycon el nivel organizativo. El proyectoque tenemos de grabaciones con Deccaen Valladolid es un proyecto contítulos importantes. El primer disco esuna integral de los Concerti grossi deHaendel, por ejemplo y coincide conel año del aniversario de su muerte. ElOpus 6 puede compararse a los Conciertosde Brandemburgo o a L’estroarmonico de Vivaldi por su grandeza.No había, sin embargo, grabacionesrecientes y creo que ésta propone algonuevo, diferente con respecto a lasque ya existían. Y todo esto ha sidoposible gracias a la aportación deValladolid. Espero que éste sea el iniciode una colaboración y que tambiénnosotros podamos aportar alguna cosaa la ciudad. Para nosotros esto ha sidoy es algo muy importante. Además enun momento en que se habla tanto deEuropa hemos creado, como usted hadicho un triángulo entre Italia, Españae Inglaterra. Una fuerte improntamediterránea mezclada con una grantradición discográfica británica. Y conun compositor que representa dealgún modo eso que podríamos llamarglobalización: un alemán viajero, querecibió fuertes influencias de la músicafrancesa, de la música italiana y queacabó siendo inglés.Desde luego. En este caso concreto Corelliestá presente en sus Concerti grossi.Sí, absolutamente aunque cadaconcierto sea un mundo en sí mismo.Si tomamos, por ejemplo, el númeronueve, vemos que está en estilo francés.Luego hay otros que son por completohaendelianos, reconocibles nadamás oír dos notas. Cada uno de ellostiene su propia impronta poética,como si cada uno de ellos siguiera unaidea musical relativa a un cierto estilo.Por ejemplo, el concierto númeroocho es una cita constante de piezasvocales de Haendel, en otro se citanpartes de un concierto para órgano.Por lo tanto, cada concierto es único ylos doce componen una suerte deenciclopedia del Concerto grosso. Sonla apoteosis de la forma.El sonido es también muy diferente de loque se había hecho hasta ahora, si lo comparamosespecialmente con las versionesinglesas. Es más diáfano, más fresco, másitaliano, más mediterráneo por definirlode alguna manera. Influye probablementetambién la elección de los instrumentos,creo. ¿Por qué combinar el arpa con el clavey con el laúd?Los solistas, concertino, violonchelo,etc., están casi siempre acompañadospor el laúd y el arpa, mientras quelos claves acompañan al tutti, suenancon el concerto grosso. He intentadomarcar mucho este contraste entre lossolistas y el tutti, porque creo que estáes la esencia de esta música. He buscadosubrayar ese contraste dramáticoentre los dos grupos. Mientras que, aveces, en las versiones inglesas, bonitastambién, se ha buscado más la eleganciaque esta parte dramática deldiscurso que, por otro lado, comodecía usted, es un aspecto esencialmentemediterráneo, italiano.Llama también la atención el uso que hahecho de los oboes. Digamos que en lasgrabaciones inglesas estaban más presentes,doblaban prácticamente a los violines,mientras que usted los usa en momentospuntuales y marca de un modo especial supresencia.Hay cinco conciertos en los queHaendel indicaba el uso del oboe,pero ad libitum. Puede que lo que yohaya hecho sea hacerlos más evidentes,sí. Es diferente, por ejemplo, de lasgrabaciones de Pinnock o de Harnoncourt,por ejemplo.El proyecto entre ustedes, Decca y elAuditorio Miguel Delibes comprende tresgrabaciones. Esta de Haendel es la primera.¿Y luego?El segundo es una producción quehemos hecho con Bernarda Fink y quese llama El lamento de la Virgen. No esun monográfico; en este caso hemosintentado acercarnos a la Pasión deJesucristo vista a través de los ojos desu madre. Para ello hemos elegido elLamento della Madonna de Monteverdi,que digamos es un travestismoespiritual, si se puede llamar así, delLamento de Ariadna. Y junto a estaobra terriblemente dramática, hemosgrabado un Lamento de María deFerrandini. Creo que de esta obra existeya una grabación de Goebel, dehace ya algunos años, pero en esaépoca estaba atribuida a Haendel. Enrealidad pertenece a este compositor,Ferrandini, nacido en Venecia y emigrado,muy joven, a Múnich; un compositorque tiene muy poco de Haendel,por otro lado. Siempre me llamóla atención en esta grabación de Goebelcon Von Otter, bellísima, por cierto,el que en las notas se leyera que laobra era indudablemente de Haendelpor su belleza y su gran profundidadporque un compositor italiano de laépoca no habría podido escribir unaobra tan profunda desde el punto devista retórico. Y esto siempre me sorprendióporque no es cierto.Además de estas dos obras vocales,hay en la grabación otras instrumentalesinspiradas siempre en la Pasión,como las Sinfonías al Santo Sepulcrode Vivaldi, que nos dan también unaidea diferente de su música; son obrasmás meditativas. Creo que este disco esmuy interesante porque me ha obligadoa hacer investigación, a unir músicasque cronológicamente están alejadas(entre Monteverdi y Ferrandini haycasi cien años) pero que en conjuntofuncionan como un recorrido, como unviaje a través de los ojos de María, através de la Pasión.Bien, esta es la segunda grabaciónen la que Valladolid está implicada.Después habrá una tercera centrada,probablemente, en algunas sinfoníasde Haydn.Una última pregunta. ¿Sigue tocando laflauta?Sí. Lo intento porque para mí esmuy importante. La verdad es que megustaría incluir la flauta en algún proyectopróximo para poder tocar más.Para mí la flauta de pico será siempreel medio por el que llegué a la músicay no me siento bien si pasa un periodode tiempo en el que no puedo tocar.Ana Mateo137