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237 - Scherzo

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NEGRO MARFILALREDEDOR DEL OTROSONGS OF ANOTHER.PRIMAVERA ENSALÓNICA. Cantostradicionales de losBalcanes. SAVINAYANNATOU, voz.CONJUNTO INSTRUMENTAL.ECM 2057 (Nuevos Medios).2007. 52’. DDD. N PNTHE DOOR. Obrasde Mathias Eick.MATHIAS EICK, trompeta,vibráfono; JON BASLKE,piano; AUDUN ERLIEN,guitarra; AUDUN KLEIVE,percusión.ECM 2059 (Nuevos Medios).2007. 49’. DDD. N PN… más allá, del otro lado de los montes, cuando se acaba lallanuray el río lleva a los muelles, y al mar…Menahem Maruani. El barrio de las grandes dunas.Cómo vivir con la memoria de la sangre vertida, del exilio,de los seres humanos sacrificados a no se sabe qué odio,qué religión, qué intereses…?Crecí —nací— y viví durante muchos años en un puerto y desdemuy en un puerto y durante esos muchos años, de noche,tumbado en la terraza, escuchaba el viento que traía el ruido delas olas sobre el arrecife y el olor del fuego apagado… las cenizaslevantadas por el paso del viento me embriagaban como elhumo de los sueños… la cabeza apoyada sobre una piedra, losojos bien abiertos en la penumbra, soñaba con las nubes que seamontonaban, deseando la llegada de la lluvia… abajo, estabael río, y en sus orillas, gentes desconocidas esperaban indefinidamentelos barcos que les llevarían hacia países que no existen…gentes aparcadas en reservas y luego dispersadas porpueblos y gentes que tienen miedo de las palabras sin fronterasy de los hombres que las conservan o transmiten… gentes desconocidasde Armenia, de Pirin Macedonia, de Kazajstan, deGrecia, de Albania, de las tierras donde se habla yiddish, de Italiay dicen addio amore cuando zarpa el barco de Savina Yannatou,zarpa de Salónica, Salonico dice ella, el puerto de tantaspartidas y las lenguas mezcladas son como el sonido del maramarillo contra la costa negra donde rompe la línea de los arrecifes,es un dolor, o el recuerdo de un sueño, que me hacebien, que me duele, addio amore, sareri, za lioubih, omar hashemleyakov…… hace poco, acaso el año pasado o hace cien años, estaban enla playa, miraban como se deslizaban las nubes o los sueños,pensaban que nada podía separarlos de sus familias, de su ciudades,de sus amores, de sus lagos de bruma, de sus horizontesde tierra, hierba, líquenes, piedras, dunas de espuma o de arena—ondulaciones de osamentas, de pieles—[ … diez años, veinte años, ¿cuántos años? la memoria sedeshace en fibras… todo se ha vuelto silencioso… pero, en susmentes, el rumor de la vida continuaba su susurro, su caricia…hoy, el tiempo parece suave, el viento de la tempestad hacedido el sitio a los alisios, hoy la voz de Savina Yannatou hablade un tiempo pasado o pluscuampresente o imperfectocompuesto o antefuturo, pues pasando el tiempo escuchandoesas músicas, algo en el tiempo no cesa de pasar y hoy en la islamás crepuscular que todas las islas, y que las guerras, dondevivo, dormito o sesteo, noto contra mí su cadera redonda, elmovimiento de sus pechos cuando respira…… hoy, ando sobre la arena, a la búsqueda de mis trazas, entrelas algas que esconden el camino siguiendo la orilla brillantebajo una luna que dibuja sombras de una nitidez olvidada…hoy no existe ya nada sensato, nada soñado, nada sino elmovimiento del mar que roe y golpea la isla, el lento vaivén delflujo y reflujo, el sabor de la sal en nuestras bocas, en nuestrasgargantas… ]… ese mar de nadie hasta la otra orilla…Gina Rosmerholm, Il Porto Mareburgo… llueve sobre Oslo como llovía sobre el Brest de Barbara, unseptiembre húmedo, acaso cálido todavía, una atmósfera pesada,lanosa, acompaña el diálogo obsesivo, o repetitivo de estaobra escrita en ese Oslo que se parece al Puerto Mareburgo deGina Rosmerholm… las rejas de los cines se cierran, la lluviacae sobre las ventanas de todas las habitaciones del Hotel Central.Algunos fanales amarillos indican los dancings y los barestodavía abiertos… El sonido melancólico de la trompeta chetbakerianade Mathias Eick, la introducción soñadora del piano deJon Baslke, los acordes gettato, glissando o pizzicato de las guitarras,de la percusión, definen la languidez algo decadente deesta música, la diluyen en el anochecer monótono sobre la ciudadlenta. Es el reino del gris, de los grises, gris sobre gris hastael negro; frases crepusculares, piano negro como la noche,trompeta de sombra, labios negros y pechos oscuros. Y el ritmode la guitarra, del bajo eléctrico, del Fender y de la percusióncomo una lluvia [… y las hojas en la noche moviéndose en laextremidad de sus ramas, perdiendo sus gotas, recibiendo lasgotas de otras hojas y transmitiéndolas a otras en una cascadade roció o de espuma…] una lluvia muy dulce ahora, cada vezmás dulce que se va, gotas de lluvia en la noche mugiente orugiente o lágrimas de sangre, sombra más negra y vieja que lanoche… se calma la borrasca, menos lluvia, y las nubes se separande la luna, la acarician todavía.Pierre Élie Mamou103

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