D D I S I C S O C O S SDONIZETTI-HAENDELmejor de sí en su escena de lacárcel. Todos los comprimariosson de nivel y Rota maneja laorquesta y el coro (estupendo,por cierto), en una cuidada laborde concertación que incluye unbuen acompañamiento al solista yuna lectura nítida musicalmente ycon bastante contenido dramático.La edición se canta sin laobertura, teniendo en cuenta queésta fue un añadido del compositorpara el estreno parisino de1838.Fernando FragaDVORÁK:Cuartetos con piano opp. 23 y87. TÉTRA LYRE.EUFODA 1370 (Diverdi). 2007. 67’.DDD. N PNDe nuevo labelleza schubertianade lamúsica decámara conpiano deDvorák. Ahora,los dos Cuartetos con piano,uno de ellos atractivo y de excelentefactura; el otro, el Op. 87,una obra maestra. Lecturas sugerentes,coloristas, virtuosas, delCuarteto Tétra Lyre, compuesto almenos en este caso por cuatrobuenísimos músicos, Nana Kawamura,Tony Nys y Geert de Bièvreal trío de cuerda, con JanMichiels al piano. Momentos deanimación danzantes, desde luego;pero, sobre todo, la magia delLento del Op. 87, que no es sólolento, sino un episodio de grandesarrollo y ambición, una páginade total madurez entre lomejor de Dvorák. Leída conmaestría por este cuarteto emergente,que invoca en su nombreun raro pájaro, lo que acaso esuna declaración de principios. Demomento, estas versiones, y enespecial la del Cuarteto op. 87,son a nuestro juicio auténticasreferencias para el aficionado.Santiago Martín BermúdezZdenek ChalabalaDIABLURASDVORÁK: Katia y el diablo.LUZMILA KOMANCOVÁ (Katia),PREMYSL KOCÍ (El diablo Marbuel),LUBOMÍR HAVLÁK (Jirka), VERAKRILOVÁ (La madre de Katia),RUDOLF ASMUS (Lucifer). CORO YORQUESTA DEL TEATRO NACIONAL DEPRAGA. Director: ZDENEKCHALABALA.2 CD SUPRAPHON (Diverdi). 1955.107’. ADD. H PMYa lo ven ustedes, más demedio siglo tiene este registropionero de la ópera de DvorákKatia y el diablo. Cuánto tiempono llevaba oculta esta joyita,arrinconada por culpa de laversión eficiente y bella, perono tan genial, de Jirí Pinkas,también para Supraphon, posterioren casi dos décadas ymedia. Desde luego, el sonidoes precario, mientras que el dePinkas es muy bueno. Pero nosólo de alta fidelidad vive elmelómano, y para una óperacomo ésta, poco conocida(como de Dvorák), no vienemal poder echar mano de lalectura que le dedicó el grandísimodirector checo ZdenekChalabala en 1955, la mismabatuta que dejaría como legado,como testamento, grabacionesde los cuatro poemas sinfónicosde Dvorák basados enpoemas de Erben (1961), queSupraphon reeditó no hacemucho, con muy aceptablesonido. Chalabala fue tambiénautor de otro registro operísticode Dvorák, el de Rusalka, posteriory de mejor sonido, queSupraphon reeditó no hacedemasiado, también despuésde años de “reclusión”. Chalabalaera un gran smetaniano, yquedan varios registros suyosde óperas del fundador de laescuela nacional.Sabemos que a Dvorák laópera se le resistió bastante,pese a cultivar el género coninsistencia y mimar el medio.Katia y el diablo es tal vez sumejor ópera después de Rusalka,y acaso al mismo nivel queEl jacobino. Pertenece a uno delos géneros en los que más creyó,la comedia popular, ahoracon toques fantásticos (lo queno era inédito en el compositor,pero tampoco habitual).Una trama ingenua y humorísticaen la que desfilan coros delugareños, buenos aristócratasque se preocupan por su puebloy demonios que se las prometenmuy felices hundiendoen el infierno unas cuantasalmas de pobres mortales.Como protagonista tenemosuna voz de las de antes, la de lamezzo carnal y de encendidosesmaltes Ludmila Komancová,con unos graves diáfanos queno por ello resultan menososcuros; con poco más de 40años en esos momentos,Komancová estaba en elesplendor de su madurez vocal,y lo mismo era Kostelnicka yKabanicha que Carmen, Ulricao Suzuki. Lo dicho, una de esasvoces de antaño que bajaban yno por eso dejaban de resonary de mostrar gran belleza tímbrica.Le responden a esta Katiaun tenor y un bajo. El tenor esel bueno, y un poco el factótumde la aldea y de la trama, elpastor Jirka, interpretado demanera excelente por LubomírHavlák, que fuera del repertoriocheco destacó en papelescomo los de Walter (Maestros),Tannhäuser, Don José o Hermann(La dama de picas). Peroel papel picante en oposiciónde Katia es el del diablo Marbuel,cantado por el bajoPremysl Kocí, voz grave, oscura,nombre legendario comoOnegin y como Boris, mas tambiéncomo Jago, Scarpia, DonGiovanni y Fígaro (Rossini). Sepueden destacar otras voces,como la de Karel Berman en eldiablo portero, y sobre todo lade Marie Steinerová en la Princesa,un papel para sopranocon poderoso centro, que Steinerová,entonces con apenas32 años, borda con prestacionestanto de color como dedescenso muy semejantes a losde una auténtica mezzo; unavoz muy adecuada para EmiliaMarty (El caso Makropulos),que cantó en aquellos tiempos,y para Aida, Tosca o Marina(Boris).Se trata de un registro posteriora una puesta en escena(no sabemos su autor) en elTeatro Nacional junto al Vltava.Chalabala, desde el fosoideal, dispone un tejido líricodramáticoque dinamiza y dasentido a esta fábula popular eingenua, nunca torpe, a menudomágica. Este título tienealgo de Freischütz, en la temáticay en las exposiciones deciertas células que se asocianal diablejo coprotagonista(bajos, contrafagot, todo eso).Ahí se encuentra Chalabala asus anchas, en ese poquito deambigüedad entre una sugerenciade lo siniestro y el francodespliegue de lo cómico. ElCoro y la Orquesta del TeatroNacional, pese a este sonidoingrato de 1955, suenan comolos grandes conjuntos queeran. En fin, una interesantísima“resurrección”.Santiago Martín Bermúdez80FALCONIERI:La suave melodia. MASSIMOLONARDI, archilaúd; MATTEO MELA,guitarra barroca; LORENZO MICHELI,tiorba.STRADIVARIUS STR 33781 (Diverdi).2007. 66’. DDD. N PNNo solamentede AndreaFalconieri,también deotros laudistas,tiorbistaso guitarristascomo Kapsberger, AlessandroPiccinini, Francesco Corbetta yGiulio Banfi hay obras recogidasen este delicioso disco. El contenidoqueda completado con másprecisión en su contraportadacon el título de Un viaje musicalpor la Italia del siglo XVII, aunquesea Falconieri el autor más abundantementerepresentado y acuya vida y obra están dedicadoslos comentarios de la carpetillaque lo acompaña. Como buenaparte de los virtuosos-compositoresde la época, que necesitabanganarse el pan yendo de corte encorte, a la par que adquiríanconocimientos sobre diferentesestilos, el napolitano Falconieripasó su vida por diferentes ciudadesitalianas, además de susestancias de varios años primeroen Austria y después en España,donde permaneció siete, sin dejarmuchas pistas conocidas de sularga estancia, salvo la dedicatoriade su Primo Libro di canzone,sinfonie, fantasie,…(1650) a DonJuan de Austria, el hijo bastardode Felipe IV, por entonces gobernadorde Sicilia y a quien asegurahaber dado las primeras leccionesde música durante su periploespañol. A Falconieri le gustabamoverse entre lo culto y lo popular,tal es el caso de La suavemelodía, la más difundida de susobras, tanto, que en los tiemposactuales ha dado título genéricoal menos a tres diferentes discos ynombre a un grupo instrumental.Fue poseedor de unas buenasdotes de fantasía, tanto musicalescomo parece que personales ytodo ello queda abundantementedemostrado en esta selección de
D D I S I C S O C O S SDONIZETTI-HAENDELsus obras, de las que puede darsecomo ejemplo la singular Riñen ypelean entre Berzebillo con Satanasilloy Caruf y Pantul.La mayoría de las incluidasen el disco están interpretadasconjuntamente por MassimoLonardi (archilaúd), Matteo Mela(guitarra barroca de cinco cuerdas)y Lorenzo Micheli (tiorba oguitarra barroca) aunque algunasde ellas lo están con un solo instrumento,bien el archilaúd o laguitarra barroca. Como resultado,el viaje musical resulta sumamenteplacentero.José Luis FernándezFAURÉ:Nocturnos. CHARLES OWEN, piano.AVIE 2133 (Gaudisc). 2008. 80’. DDD.N PNEn este CD,el pianistaCharlesOwen interpretatodo elciclo de NocturnosdeFauré de una forma exquisita yelegante. Sobre todo porque esesmerado con el sonido y cuidadosocon el pedal y las armonías,y tiene en cuenta que los tempidejen caminar a la música naturalmente.De una manera reposada,el artista va alumbrando cadapieza y las desenvuelve dándolesvida interior. Gracias a que sucultivo de la paleta sonora esfrancamente depurado, consiguediferentes gradaciones en los planossonoros; además nos hacellegar con toda clase de sutilezasla enorme variedad de registrosque encierran estas joyas pianísticasde Fauré. Si bien su aporte nopuede decirse que sea significativo(quizás le falta algo más deatrevimiento en su fraseo), sí quees de justicia decir que su versiónes personal y propia. De sus Nocturnosemana poesía y sensibilidad,su trato con ellos depara aloyente ternura y lirismo. Su gradode inspiración va directamenterelacionado con el colorido y lafantasía que impone en ellos.Owen entiende perfectamente laevolución del compositor a travésde los trece Nocturnos, y avanzacon él, hasta alcanzar el impresionismoque le caracteriza, ofreciendorefinamiento y delicadeza.En fin, unas versiones a tener encuenta, aunque no despierten ennosotros sensaciones tan buenascomo las que recientemente despertóÉmile Naoumoff (Saphir1077), quien sin duda firmabaunas versiones más luminosas yfructíferas.Emili BlascoGILSE:Sinfonías nºs 1 y 2. SINFÓNICA DEHOLANDA. Director: DAVID PORCELIJN.CPO 777 349-2 (Diverdi). 2007. 67’.DDD. N PNUn maestroolvidado, conuna biografíaque tienetodo aquellonecesariopara cimentarun buen guión cinematográfico,empezando por las dificultadespara desarrollar su carrera comocompositor y director de orquesta,y luego por su admirableoposición a la Alemania nazi,que invadió su Holanda natal yasesinó a sus dos hijos, sin queél mismo, enfermo de cáncer,llegara a ver su derrota. Murióantes y tuvo que ser enterradocon nombre falso… Así fue lavida de Jan van Gilse (1881-1944), el protagonista de estedisco de CPO, el sello que, deforma increíble, sigue sacandoautores desconocidos de su chistera.En este caso, la cosa promete,aunque pesa el hallarseante dos obras de aprendizaje.La Sinfonía nº 1 fue escrita en1901 en Colonia, donde Van Gilseestudiaba, y es una páginavitalista, pero bastante anónimaen lo que a estilo se refiere, deudoracomo es de toda la tradiciónromántica del género. Unsalto cualitativo se aprecia en laSinfonía nº 2, y eso que sólo esun año posterior. Van Gilse estudiabaentonces en Berlín conEngelbert Humperdinck y elresultado fue una obra más libreen lo que a la construcción serefiere, con un aliento en el quese percibe la impresión causadapor el descubrimiento de Mahler.La expresión acoge unmayor número de registros, delhumor al drama; la instrumentación,con pinceladas straussianas,es más osada, y el tono máspersonal, lo que despierta elinterés por conocer más cosasde este maestro. La versión deDavid Porcelijn es atenta y profesional,totalmente al serviciode una música que, sin sermagistral, mantiene viva la escuchay la curiosidad. ¿Habrá nuevasentregas? Esperemos que sí.Juan Carlos MorenoGILSON:La captive. Andante y scherzopara violonchelo y orquesta. LaMer. TIMORA ROSLER, violonchelo.CORO Y ORQUESTADELARADIOFLAMENCA. Director: MARTYNBRABBINS.ETCETERA KTC 4017 (Diverdi). 2006.67’. DDD. N PNLas notasintroductoriasa este espléndidodiscodicen quePaul Gilsonnació en Bruselasen 1865… Pero hay queleerlo como mínimo un par deveces para creerlo, pues nadahay en su música que delate esanacionalidad. Más bien, el escuchantefirmaría que se encuentraante un émulo de Rimski-Korsakov,tales son la fantasía de supaleta orquestal y su inequívocoperfume oriental. Sobre todo enel ballet La captive (1902), delque podemos escuchar aquí unasuite del acto primero preparadapor Frits Celis, cuya músicaexpresa toda la devoción posiblepor el autor de Scheherazade,a quien Gilson llegó a conocerpersonalmente.Pero esa colorida sensibilidadpara el timbre no se agotaahí, sino que está también presenteen La Mer (1892), una partituraque se avanza en el tiempoa la homónima de Debussy yque no es menos fascinante.Wagner es el nombre que inmediatamenteviene a la mente a lahora de escucharla, pero esigual, es sólo una referencia. Elresto es pasión, una imaginacióndesbordante, pletórica, virtuosística,en las antípodas de la austeridadde un César Franck,posiblemente el prototipo decompositor belga… Con obrasasí, Gilson se revela como unextraordinario pintor orquestal.El Andante y scherzo para violoncheloy orquesta (1906) esmás clásico, aunque tambiéntocado por una innegable gracia.Por todo ello, sólo cabehacerse una pregunta: ¿dóndeestaba Gilson hasta ahora? Antetanta recuperación baldía, unaante la que es lícito entusiasmarse.Como también ante la interpretaciónde Martyn Brabbins,hedonismo orquestal de la primeraa la última nota, servidopor una toma sonora de lujo.Juan Carlos MorenoGODOWSKI:Trascripciones de Strauss. MARC-ANDRÉ HAMELIN, piano.HYPERION (Harmonia Mundi) 67626.2007. 69’. DDD. N PNNuevo discodel pianistaMarc-AndréHamelin, aquien pareceque las dificultadesfísicasno le arredran. De formavocacional, y cual si fuera ElGuerrero del antifaz, Hamelinno cede y continua ofreciendorarezas como si nada: esta vez letoca el turno a la música deGodowski (1870-1938) quienarregló diferentes Valses y Metamorfosissinfónicas de JohannStrauss II (1825-1899) en unastrascripciones sinfónico-acrobáticaspara piano, donde claro estáque la melodía tiene su papelpredominante, pero donde comparteprotagonismo con un virtuosismoque en todo caso buscala extroversión y el lucimientodel intérprete-equilibrista. AHamelin esto le va, y conviertelo que podría se un mero ejercicioen música comestible paralos oídos más delicados. El estilode las obras claro está que no esmuy variable, pero el mérito delpianista precisamente radica enlo dicho. Godowski a modo deparáfrasis mezcla en las obrasdistintas partituras de Strauss,consiguiendo collages elaboradosa través del contrapunto ylos diferentes recursos estilísticosque le eran más próximos. Loque es evidente es que las trascripcionesestán perfectamentepensadas para el piano, y deesto se beneficia el intérprete.Hamelin, que se divierte bailandoa ritmo de vals y emulando ala orquesta straussiana con unsonido potente y cálido, ofrececon gran seriedad lo que podríaconsiderarse como menor, peroque en sus manos adquiere perspectiva.Su solidez y robustezsonoras al teclado resultan evidentes,así como los múltiplescontrastes que el músico aplica,como cuida que las melodíastengan su preeminencia sobrelos aparatosos acompañamientosque dispuso Godowski. Susmanos exhiben pulcritud y destrezacon una música que arrasacualquier sinónimo de introversión,y que se personaliza comola extroversión y el desenfado enpersonas. Interesante.Emili BlascoHAENDEL:Aminta e Fillide HWV 83. Clori,mia bella Clori HWV 92. MARIAGRAZIA SCHIAVO Y NÚRIA RIAL,sopranos. LA RISONANZA. Director:FABIO BONIZZONI.GLOSSA GCD 921524 (Diverdi). 2007.67’. DDD. N PNEl cuartovolumen delas cantatasitalianas deHaendel traedos piezasbastante pocograbadas, aunque existe de lasdos un encantador registro en81