e-Book PDF - Universidad de La Punta (ULP)

centes al fin, manifiestan que les gusta ir hasta estecentro a estudiar porque, además de ser menos horas,“enseñan por partes, de a una sola materia, y enseñanmejor”. “Como en el colegio al que íbamos éramos muchos,no nos prestaban atención”, explica Camila.A diferencia de las charlas que mantuvimos con chicosque van a otros CID, estas chicas pertenecen a familiasde clase media, cuyos padres tienen trabajosdiversos y, por sobre todas las cosas, no dependen deningún plan social del Estado. Ninguna de las tres trabajani tiene necesidad de hacerlo. Las tres manejanla computadora sin ningún inconveniente porque oya tenían una máquina en su casa o aprendieron enun ‘ciber’. La usan para estudiar pero al mismo tiempopasan una buena cantidad de tiempo en redes socialescomo Facebook o utilizan el correo electrónico.“Estamos convencidas de terminar porque, si no,no nos sirve para nada venir acá”, coinciden las tres.Cuando se les pregunta si tienen una idea de continuarestudiando o tener alguna profesión, Camilalarga, sin filtros: “A mí me gustaría ser policía”. Larespuesta sorprende, y nos deja con la boca abiertacuando Brenda y Leonela piensan lo mismo. Adolescentesy con la misma opinión es igual a pertenenciaa un grupo, pensamos. Pero no deja de llamar laatención que una chica, “una señorita”, como diríannuestros padres, imagine en su futuro el uniforme dela policía.El TrapicheCayó el sol. Y llegamos a El Trapiche, otro lugar turísticoreconocido de San Luis. Claro que, por la época yla hora, no parece que fuera un lugar con demasiadomovimiento, excepto cuando se advierten sobre laruta decenas de negocios de artículos regionales, decomidas típicas, de venta de propuestas turísticas. Elgrueso de los comercios está cerrado. Pero por pocotiempo. El próximo fin de semana es largo por el feriadodel 25 de mayo y El Trapiche volverá a ser epicentrodel movimiento turístico que venga desdela misma ciudad de San Luis y desde las provinciasvecinas.El CID de El Trapiche es un espacio grande, cómodo,iluminado, bien calefaccionado. Pese a la cantidad| 63together. They agree in most of the questions we ask and they laughall the time. Teenagers at last, they confess they like going to classes atthe Center because they have less class hours and “they teach in parts,of a single subject, and teach better”. “As we were a lot of students atschool, they didn’t pay attention to us”, Camila explains.Unlike other kids who we interviewed in other Center, these girls belongto middle class families, whose parents have different jobs, andabove all they are not beneficiaries of any social plan. None of thethree girls work or has the need to work. All of them use the computerwith no problem because they have a computer at home or theylearnt how to use at a cyber café. They use computers to study butthey also spent a lot of time on social networks like Facebook or theyuse their e-mails.“We are convinced that we have to finish, because otherwise cominghere would be useless”, they agree. When asked about any ideas forthe future, for continuing studying, Camila firmly claims: “I’d like to becomea police woman”. We are surprised at the answer and we cannotbelieve our ears when both Brenda and Leonela claim to have thesame wish. Teenagers with the same opinions, equals group membership,we think. But it is still astonishing that a girl, “a little miss” asour parents would say, imagines a future wearing a police uniform.El TrapicheThe sun has already set. We arrive to El Trapiche, another well knowntourist spot. Given the time and season, it does not seem a place withmuch activity, except when we spot tens of shops selling regional goods,typical meals and tourist proposals. Most of the shops are closedbut not for long; the following weekend will be a long weekend becauseof the 25th of May the anniversary of the May Revolution andEl Trapiche will become the center of the tourist activity for peoplecoming from San Luis and from nearby provinces.The Center at El Trapiche is very roomy, comfortable, well lit and hea-