tural que buscara los <strong>de</strong>más libros <strong>de</strong>l au -tor: Belleza roja (2005), Los niños <strong>de</strong> paja(2008), La octava p<strong>la</strong>ga (2011) y Demonia(2012).El conjunto <strong>de</strong> sus libros constituye unaobra coherente porque sus temas y obsesionesreaparecen bajo una luz distinta siem -pre: Eros y Tánatos, los sueños, <strong>la</strong> nota roja,los insectos, <strong>la</strong> pareja amorosa, los manicomios,el mal, <strong>la</strong> ficción científica, los re -cursos <strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to policial y <strong>de</strong> terror…Esquinca es un autor sumamente mo -<strong>de</strong>r no porque sus temas son <strong>la</strong>s cuestionesque preocupan a <strong>la</strong> gente joven <strong>de</strong> hoy. Noes que esté a <strong>la</strong> moda, sino que vive y conocelos intereses <strong>de</strong> los jóvenes. En Bellezaroja (Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica), su pri -mera nove<strong>la</strong>, narra lo que suce<strong>de</strong> en unaclínica localizada en una is<strong>la</strong>. Allí se hacenliposucciones, mamop<strong>la</strong>stias, lipoesculturas,injertos <strong>de</strong> cabello, mastopexias… Lanove<strong>la</strong> se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> con el contrapunto <strong>de</strong>dos historias: por un <strong>la</strong>do, <strong>la</strong> <strong>de</strong>l fotógrafo<strong>de</strong> nota roja <strong>de</strong> apellido Esquinca, quien ca -da que pue<strong>de</strong> llega a <strong>la</strong>s escenas criminales yacomoda los cuerpos para que los cadáverestengan connotaciones sexuales. La historiaparale<strong>la</strong> narra <strong>la</strong> vida en el hospital quelos nativos califican como mata<strong>de</strong>ro, co morastro para humanos por lo que allí se hacey por los <strong>de</strong>sechos que produce: ga sas, adiposida<strong>de</strong>s,retazos <strong>de</strong> piel, sangre, cos tras,vendajes. Mientras el fotógrafo expone <strong>la</strong><strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> <strong>la</strong> belleza, en el hospital <strong>la</strong> re -construyen y <strong>la</strong> crean porque, piensan, sólo<strong>la</strong> belleza salida <strong>de</strong>l bisturí es perfecta: “Labelleza natural es imperfecta. La belleza ver -da<strong>de</strong>ra es <strong>la</strong> que ha sido transformada. Por -que se nos ha dado a los hombres el po<strong>de</strong>r<strong>de</strong> crear<strong>la</strong>. Todos necesitamos aunque sea unpoco <strong>de</strong> ayuda, y mientras no consume mos<strong>la</strong> unión entre <strong>la</strong> carne y el bisturí nues troscuerpos están incompletos”. Y agregan: “Laherencia genética, una <strong>de</strong>safortunada im -posición que <strong>de</strong>berá ser transformada”.El fotógrafo reflexiona así sobre los cuer -pos <strong>de</strong>lgados que se han impuesto como ca -non a <strong>la</strong>s mujeres:Ver a todas esas chicas esqueléticas juntassólo me <strong>de</strong>primió. ¿A quién se le pudo ocu -rrir que <strong>la</strong>s costil<strong>la</strong>s y los omóp<strong>la</strong>tos a flor <strong>de</strong>piel son sensuales? Durante el evento pu<strong>de</strong>imaginar perfectamente a todas esas mujeresvomitando <strong>de</strong> asco frente a los espléndidosbufets <strong>de</strong> los hoteles en los que se venobligadas a vivir, y en cambio or<strong>de</strong>nando alcocinero que les confeccione una ensa<strong>la</strong>dacon pasto y flores <strong>de</strong> los jardines junto a <strong>la</strong>piscina. Sobre <strong>la</strong> pasare<strong>la</strong> están los mismospálidos fantasmas que pueb<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s fan tasías<strong>de</strong> millones <strong>de</strong> hombres, como si <strong>la</strong> <strong>de</strong>snutri -ción se hubiera convertido en el más po<strong>de</strong>ro -so <strong>de</strong> los afrodisiacos. ¿Dón<strong>de</strong> quedaron <strong>la</strong>scurvas, <strong>la</strong>s mujeres frondosas, saludables?Las dos historias se juntan cuando al fo -tógrafo Esquinca le proponen que retrate<strong>de</strong>snuda a una ex mo<strong>de</strong>lo que carece <strong>de</strong> unapierna y que se encuentra en el rastro. A<strong>de</strong>más,buscan que retrate a <strong>la</strong>s mujeres queconvalecen como momias a <strong>la</strong> sombra <strong>de</strong><strong>la</strong>s palmeras.Debido a que Bernardo Esquinca ma -neja escenas y enigmas típicos <strong>de</strong> los re<strong>la</strong>tospoliciales, es difícil no comparar sus nove<strong>la</strong>sy cuentos con <strong>la</strong>s narcohistorias que ca -recen <strong>de</strong> valor literario porque suelen re cu -rrir al tremendismo, terreno en el que sonsuperadas por <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nas rojas <strong>de</strong> los diarios,a que tan afecto es el autor. La diferencia<strong>la</strong> hace el lenguaje artístico, que narraasí el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong>spedazado:“aquellos trozos <strong>de</strong> cuerpo esparcidospor <strong>la</strong> calle, como migajas para unpájaro carnívoro”.En Los niños <strong>de</strong> paja (Almadía), su primerlibro <strong>de</strong> cuentos, aparecen los insectos,los entomólogos, los <strong>de</strong>mentes, los hospitalespsiquiátricos y <strong>la</strong> narración terroríficaque tan importantes habrán <strong>de</strong> ser en susdos libros más recientes: los cuentos <strong>de</strong> De -monia (Almadía) y La octava p<strong>la</strong>ga, (Edicio -nes B), su nove<strong>la</strong> más amplia y compleja.Significativamente, aunque en los cuentoshal<strong>la</strong>mos los elementos característicos <strong>de</strong>luniverso literario <strong>de</strong> Esquinca, su apuestapor los finales epifánicos los ponen en <strong>de</strong>sventajacon <strong>la</strong>s nove<strong>la</strong>s que, aun siendo puraproteína, sin adiposida<strong>de</strong>s discursivas, respirancon más libertad y muestran sus ga<strong>la</strong>sformales. Me parece que dos <strong>de</strong> sus re<strong>la</strong>tosmás extensos están listos para llevarse al ci -ne: “Los niños <strong>de</strong> paja” y “Demonia”.Si bien sus dos primeras nove<strong>la</strong>s son be -l<strong>la</strong>s e interesantes, La octava p<strong>la</strong>ga, <strong>la</strong> másreciente, <strong>la</strong> más vasta, parece sublimar loselementos <strong>de</strong> su mundo.Al principio encontramos fragmentos<strong>de</strong>l diario <strong>de</strong> un entomólogo y <strong>de</strong> noticias<strong>de</strong> p<strong>la</strong>na roja, que en apariencia carecen <strong>de</strong>importancia para <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> pero, cuandoconozcamos el caso <strong>de</strong> <strong>la</strong> asesina <strong>de</strong> los mo -teles, y a Casaso<strong>la</strong> y Verduzco, periodistas<strong>de</strong> nota roja, se llenarán <strong>de</strong> sentido. Elloshacen <strong>la</strong> valoración <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> periodismo.Recuerdan que Sabato apreciaba <strong>la</strong>spáginas policiacas porque le parecían <strong>la</strong> ex -presión más contun<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad. Lanota roja se parece a <strong>la</strong> literaria porque hayque inventar, poner imaginación y narrar.En los anuncios <strong>de</strong> ocasión, incluidos los<strong>de</strong> sexoservicio, los amarres y los oficios <strong>de</strong>los curan<strong>de</strong>ros, se observa <strong>la</strong> expresión hu -mana sin hipocresía.Verduzco piensa, cuando entra a una li -brería y mira <strong>la</strong>s mesas <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s, quese trata <strong>de</strong> modas o libros por encargo. Creefervientemente que <strong>la</strong> nota roja es mejor,más auténtica y vívida. Y, para terminarpron to, él tiene más lectores <strong>de</strong> sus reportajesmorbosos que los escritores <strong>de</strong> libros.La nota roja acaba por trazar vasos comunicantescon el erotismo en el texto <strong>de</strong> Es -quinca cuando Verduzco es sacrificado por<strong>la</strong> asesina <strong>de</strong> los moteles, que lo ata a <strong>la</strong> ca -ma y lo asesina <strong>de</strong>l mismo modo en que elpe riodista había reporteado varias veces.Después aparece El Griego, un fotógra -fo <strong>de</strong> nota roja, ya jubi<strong>la</strong>do, que dice unaverdad sobre los asesinos, sacada <strong>de</strong> <strong>la</strong>s p<strong>la</strong> -nas rojas <strong>de</strong> los periódicos y no <strong>de</strong> los li -bros: “La gran mayoría <strong>de</strong> los crímenes quecubrí no fueron realizados por asesinos fríosy meticulosos. Se trataba <strong>de</strong> personas co mu -nes y corrientes, que cedieron a un arrebato<strong>de</strong> furia, provocado por celos, frustracióno <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> venganza. Cualquiera pue<strong>de</strong>convertirse en asesino”. Coinci<strong>de</strong> con una<strong>de</strong>finición que dio un prestigiado escritorsudamericano <strong>de</strong> cuyo nombre sí quieroacor darme pero no puedo (quizá sea LeopoldoLugones): “un asesino es un hombrecomún y corriente que estaba pasando porun mal momento”.El Griego es un personaje que estuvoenamorado <strong>de</strong> una interna <strong>de</strong> un hospitalpsiquiátrico y el re<strong>la</strong>to <strong>de</strong> su vida marchacomo un contrapunto <strong>de</strong>l re<strong>la</strong>to que haceCasaso<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pesquisas sobre <strong>la</strong> asesina<strong>de</strong> los moteles. Este personaje está inspiradoen Enrique Metini<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>stacado fotó-94 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO
grafo <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XX; es una es -pecie <strong>de</strong> homenaje que Esquinca, como J.M. Servín (D.F. confi<strong>de</strong>ncial. Crónicas <strong>de</strong><strong>de</strong>lincuentes, vagos y <strong>de</strong>más gente sin futuro.Almadía, 2012) rin<strong>de</strong>n a este fotorreportero,testigo privilegiado <strong>de</strong> su tiempo. Elmismo J. M. Servín, en el libro mencionado,comparte <strong>la</strong> inclinación <strong>de</strong> Esquincapor el periodismo criminal: “pese a su es -trecha re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> anomia social, <strong>la</strong> no -ta roja es menospreciada como objeto <strong>de</strong> es -tudio. Sus páginas culposas resaltan el ros trotemible, <strong>la</strong> mueca sardónica y pen<strong>de</strong>nciera,el lenguaje agresivo, el azoro inagotabley <strong>la</strong> vitalidad exacerbada. Como página <strong>de</strong>sociales <strong>de</strong>l infierno, celebra <strong>la</strong> subversión<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, encubierta bajo una lección mo -ral. Explora lo impre<strong>de</strong>cible, singu<strong>la</strong>r, <strong>de</strong>spreciabley grotesco…”.Pasada <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> La octava p<strong>la</strong>ga, sur -ge el entomólogo Taboada, quien se hal<strong>la</strong>recluido en un hospital psiquiátrico y ayu -da a Casaso<strong>la</strong> y a El Griego a <strong>de</strong>ve<strong>la</strong>r el mis -terio <strong>de</strong> <strong>la</strong> asesina. E<strong>la</strong>bora una teoría quehab<strong>la</strong> <strong>de</strong> cómo los insectos se han mimetizadocon los seres humanos para <strong>de</strong>struirlos:el entomólogo recluido en el psiquiátricose come los libros como <strong>la</strong>s polil<strong>la</strong>s;Olga, <strong>la</strong> ex mujer <strong>de</strong> Casaso<strong>la</strong>, es una especie<strong>de</strong> autista que sólo atien<strong>de</strong> a <strong>la</strong> luz <strong>de</strong> losfocos; <strong>la</strong> asesina <strong>de</strong> los moteles, en suma, esuna mantis religiosa que asesina a los ma chos<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l apareamiento. Si con si<strong>de</strong> ra mosque <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunicación en -tre insectos y seres humanos, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cirque Bernardo Esquinca continúa un p<strong>la</strong>nteamientoque realizó Rafael Bernal en 1946con una nove<strong>la</strong> muy poco conocida: Su nom -bre era muerte, que transcurre en <strong>la</strong> selva chia -paneca. Y ya que estoy ubicando a BernardoEsquinca en <strong>la</strong> tradición literaria mexicana,es justo mencionar el libro <strong>de</strong> cuentos Mantisreligiosa (1996), en don<strong>de</strong> Mauricio Mo -lina sacó el entomólogo que lleva <strong>de</strong>ntro.A lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> La octava p<strong>la</strong>ga, BernardoEsquinca <strong>de</strong>sliza algunas líneas sobre elporqué <strong>de</strong> sus obsesiones: “La única función<strong>de</strong> los sueños, dice, es recordarnos queel mundo real es igualmente incomprensible”.Las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hoy son “psiquiátricosgigantescos don<strong>de</strong> vivimos <strong>la</strong> ilusión<strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad y <strong>la</strong> cordura”.En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> sus tramas, Esquincase da tiempo para reflexionar sobre <strong>la</strong> condiciónhumana. Un ejemplo: “P<strong>la</strong>ticandocon amigos que también se habían separado,<strong>de</strong>scubrió lo común que era que, tras<strong>la</strong> ruptura, <strong>la</strong>s ex parejas se siguieran acostando.Tras <strong>la</strong> disolución <strong>de</strong> los vínculos sen -timentales, se buscaba un último <strong>la</strong>zo en elcuerpo. Así como existían los ritos <strong>de</strong> iniciación,pensó Casaso<strong>la</strong>, también estabanlos <strong>de</strong> c<strong>la</strong>udicación. Y el sexo en <strong>la</strong>s ex parejas—con toda su potencia <strong>de</strong> renovado pe -ro momentáneo <strong>de</strong>seo— marcaba <strong>la</strong> muer -te <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción”.En Demonia, su libro <strong>de</strong> cuentos másreciente, continúa el interés por los insectoso, mejor, asistimos a una pon<strong>de</strong>ración<strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s, siempre en re<strong>la</strong>ción conlos seres humanos. Las moscas “Son seressuperiores capaces <strong>de</strong> fornicar mientras vue -<strong>la</strong>n, y con <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> ojos que nos vigi<strong>la</strong>n<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier ángulo […] Las moscas hanmatado más seres humanos que todos losconflictos bélicos juntos […] Belcebú enhebreo significa dios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s moscas”. Continúatambién con los p<strong>la</strong>nteamientos so -bre sus recursos y obsesiones: “Creo que elmiedo es un estado alterado que el cerebrollega a necesitar, como una droga. Por esolos escritores <strong>de</strong> terror que tanto admirosiem pre tienen lectores”.Con tres nove<strong>la</strong>s y dos libros <strong>de</strong> cuentos,Bernardo Esquinca es un escritor invisibleque se hace notar con sus breves li -bros, proteicos e imaginativos.RESEÑAS Y NOTAS | 95
- Page 1 and 2:
I S S N : 0 1 8 5-1 3 3 0001119 770
- Page 3:
EDITORIALIMAGO DE LA IMAGINACIÓNGo
- Page 7 and 8:
Imago de laimaginaciónGonzalo Roja
- Page 9 and 10:
sus publicaciones posteriores. Hay
- Page 11 and 12:
gos”. 7 Sim plifico mucho la visi
- Page 13 and 14:
…no repeticiónpor la repetición
- Page 15 and 16:
en su origen etimológico, la palab
- Page 17 and 18:
faguara en forma independiente, con
- Page 19 and 20:
torio para que la hechicera logre r
- Page 21 and 22:
DráculaLa inmortalidaddel mitoIgna
- Page 23 and 24:
sol y eran presa de los cuervos. Na
- Page 25 and 26:
ese proyecto hoy? Quería que lo en
- Page 27 and 28:
ancestros y yo, ese tiempo que me t
- Page 29 and 30:
Dos cosmosbarrocosVerónica VolkowE
- Page 31 and 32:
que los dos ambiciosa y afanosament
- Page 33 and 34:
19 Verónica Volkow, “Presentaci
- Page 35 and 36:
sutil y poderosa trabazón del univ
- Page 37 and 38:
muy inventiva y creativa— la trad
- Page 39 and 40:
El faro deRubjerg KnudeAdolfo Echev
- Page 41 and 42:
ciertamente se disimula una de las
- Page 43 and 44:
Roberto Matta
- Page 45 and 46: Untitled, crayón y lápiz sobre pa
- Page 47 and 48: Foeu, óleo sobre tela, 21 7/8 x 29
- Page 49 and 50: Woman Playing with a Ball in Front
- Page 51 and 52: La feria y Pueblo en viloLa experie
- Page 53 and 54: yarlo, por todo lo que tienen de fo
- Page 55 and 56: La feria es, con mucho, una microhi
- Page 57 and 58: San José de Gracia, Michoacáncubr
- Page 59 and 60: Enrique FlorescanoEl pasado yano es
- Page 61 and 62: metodología de la corriente de pen
- Page 63 and 64: que era memoria del poder hasta que
- Page 65 and 66: tras no se acercaran nobles por all
- Page 67 and 68: desgarró la manga y quiso abofetea
- Page 69 and 70: prestada y no he dejado de soñar,
- Page 71 and 72: parte de su tiempo está de gira en
- Page 73 and 74: te un ejercicio de conversación co
- Page 75 and 76: naje conoce a una adolescente y dic
- Page 77 and 78: tos a quince mil kilómetros de dis
- Page 79 and 80: imaginaba el amor clandestino entre
- Page 81 and 82: —¿Y quién es él que es como el
- Page 83 and 84: gatos con la arena, porque no eran
- Page 85 and 86: LA HERENCIA SORDA (SÓRDIDA) DEL SO
- Page 87 and 88: Reseñasy notasBernardo Esquinca In
- Page 89 and 90: tral. Alrededor de este libro puede
- Page 91 and 92: pués de las apariciones volcánica
- Page 93 and 94: gra como un flujo continuo de poema
- Page 95: Bernardo EsquincaEl escritor invisi
- Page 99 and 100: o empeño y sólo su inmensa pasió
- Page 101 and 102: A través del espejoEl asno salvaje
- Page 103 and 104: La epopeya de la clausuraUn vidente
- Page 105 and 106: La página vivaLa señal de una fug
- Page 107 and 108: Volfi unió entonces sus dedos pulg
- Page 109 and 110: ¿Zorra o erizo?Edgar EsquivelTertu
- Page 111 and 112: Adicción al olvidoLeda RendónVoy
- Page 113: Einstein y Tagore: Un encuentro leg