Aun no estoy muerto

acompañe en un vuelo de diez horas a Vancouver. Hoy ni se me pasaría por la
cabeza hacer lo mismo con Nicholas y Mathew: me subiría al avión con ellos.
No sé en qué estaría pensando. Pido disculpas a Jo y Simon aquí y ahora por
mi egoísmo. Ni se me ocurrió que estuviera siendo egoísta, lo prometo, sobre
todo porque estaba librando una batalla en otro frente.
Me he acostumbrado a negociar con Andy, a regatear cuándo me puedo
quedar con los niños. Los divorcios pueden ser crueles para los pequeños, que
se convierten en peones en un juego de adultos. Oyen un lado de cada
conversación, los gritos, el teléfono que se cuelga de golpe, y luego tienen que
escuchar los reproches que papá o mamá hacen al otro. Ya es bastante
desagradable que sus padres no vivan juntos como para tener que oírles
discutir ahora que están separados. Pero la sabiduría viene con los años y creo
que ya tengo un máster en divorcios y manejo de personas. Voy a llegar a
pensar que mi vida adulta han sido cuarenta años de negociación.
* * *
Acabadas las vacaciones de verano, estoy listo para volver al trabajo. No me
molesta en absoluto. A diferencia de mi padre, a quien frustraba el trabajo que
se veía obligado a hacer, y que en mi opinión le llegó a afectar a la salud, lo
que hago para ganarme la vida es lo que me mantiene vivo. Me encanta mi
trabajo.
Con los niños a buen recaudo en Canadá, Genesis se reúne en The Farm ese
octubre para empezar a trabajar en el álbum que se va a titular Invisible Touch.
Ahora que me he instalado en Lakers Lodge, Mike, Tony y yo vivimos muy
cerca unos de otros y todos tardamos en llegar al estudio diez minutos en
coche.
Si alguna vez iba a dejar Genesis para dedicarme a mi carrera en solitario,
en teoría este sería el momento, con el éxito de No Jacket Required aún fresco.
Pero he echado de menos a los chicos. Tony y Mike se han vuelto más
encantadores con el paso del tiempo, que es lo contrario de lo que suele
suceder en los grupos de rock. Tony, que antes era más bien reservado y poco
conversador, se ha convertido en un gran amigo, divertido e ingenioso. Es una
persona diferente, sobre todo tras tomar una copa de vino. Mike también se ha
relajado.
Así que los he echado de menos y he echado de menos esa forma mágica
que tenemos de funcionar en el estudio. No tenemos nada planeado, por lo que