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Aun no estoy muerto

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suposiciones atados a los tobillos y colgados del cuello. Tiene familias<br />

divididas y parejas amargadas e hijos distantes. No me cae bien ese tipo. No<br />

quiero ser ese tipo. Ya <strong>estoy</strong> harto de mí.<br />

¿Quieres que vuelva a salir de gira, ser una vez más una estrella del poprock?<br />

Lo siento, <strong>no</strong> puedo. Por prescripción médica.<br />

¿He perdido el oído? Me he encontrado a mí mismo. O lo que quedaba de<br />

mí mismo.<br />

Reco<strong>no</strong>zco que ya tengo un buen plan alternativo. El mismo día del estre<strong>no</strong><br />

de Tarzán, en junio de 1999, Tom Schumacher me pidió que me sumase al<br />

proyecto de la próxima película de Disney. En Herma<strong>no</strong> oso (una historia<br />

sobre nativos america<strong>no</strong>s, la antigua armonía entre el hombre y la naturaleza,<br />

espíritus animales y, sí, osos) tengo que componer las canciones y, lo que<br />

resulta aún más interesante, parte de la banda so<strong>no</strong>ra instrumental. Todo un<br />

desafío que me moría de ganas de probar. Compensaba con creces la otra<br />

sugerencia creativa de Disney: que tal vez yo <strong>no</strong> iba a cantar estas canciones en<br />

la película.<br />

Hacer Herma<strong>no</strong> oso es otro proceso creativo interminable, como cabría<br />

esperar de una historia que, en su versión inicial, tenía un trasfondo de El rey<br />

Lear.<br />

Antes que nada, el equipo musical de Disney insiste en que me haga con un<br />

ordenador. Anteriormente yo trabajaba con cinta. En Tarzán, cada vez que<br />

realizaban cambios en la película, las canciones se veían afectadas, lo que<br />

significaba que yo debía volver a grabarlo todo de nuevo. Era agotador, pero<br />

<strong>no</strong> co<strong>no</strong>cía otro método. Con el ordenador se puede mover el tempo y la<br />

música tanto como se quiera.<br />

Me someto a un curso de una semana con Chuck Choi, u<strong>no</strong> de los cerebritos<br />

de Mark Mancina. Tomo un montón de apuntes y al principio resulta<br />

abrumador. Pero pronto me convierto en un aficionado a la informática. Me<br />

creo mis propias maneras de trabajar en un estudio; además, <strong>estoy</strong> al lado de<br />

tipos que viven este mundo. Mark es un vetera<strong>no</strong> compositor de música<br />

instrumental, joven y entusiasta, y, por si fuera poco, es fan de Genesis. Nos<br />

caemos bien, <strong>no</strong>s repartimos las entradas musicales que hay que hacer y este<br />

compositor de bandas so<strong>no</strong>ras de Disney medio sordo se pone a trabajar con<br />

entusiasmo.<br />

Imagina ahora una de esas viejas películas en blanco y negro en la que<br />

vuelan las páginas del calendario, una tras otra, un mes tras otro. Un montón<br />

de videoconferencias con los directores y los equipos de guionistas y

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