Aun no estoy muerto

llegamos e improvisamos. Tocamos. No es como si John trae una canción y
Paul trae otra. No conozco ningún otro grupo que funcione como nosotros:
nos sentamos e improvisamos juntos, hasta que algo adquiere forma. Los otros
grupos parecen ser más organizados..., más aburridos.
Pienso: «Esto es algo que no puedo hacer en ningún otro lugar».
Compartimos algo especial.
Genesis es también un refugio. Estoy de vuelta en el grupo, rodeado de
amigos (es el mismo equipo técnico que me acompaña en mis giras en
solitario). Trabajamos juntos, nos relajamos juntos, comemos juntos.
Entramos en el estudio por la mañana y los técnicos ya han preparado el
desayuno. Cuando estás haciendo un álbum, hay un montón de tiempo sin nada
que hacer, sobre todo cuando se comienza a grabar, así que un par de horas
más tarde te das un paseo a ver si han sobrado judías y salchichas. Por la noche
hay curry. Hacer un álbum engorda. Curvas de la felicidad aparte, el único
problema es tener que parar cada día.
Empezamos con una hoja de papel en blanco y la estupenda sala de control
que hemos construido en The Farm tras la última vez que grabamos aquí.
También tenemos una sala de grabación en vivo para mi batería, pero
comenzamos a recurrir a las cajas de ritmos más que en los álbumes
anteriores. Esto me libera, tanto a la hora de componer como de cantar.
La canción Invisible Touch sirve de ejemplo. Mike tiene un insistente riff de
guitarra, yo empiezo a cantar y al instante se me ocurre esta frase: «Ella parece
tener un toque invisible…». Este toque «toma el control y poco a poco te
destruye…». Es alguien peligroso y desestabilizador. Es Andy, y es Lavinia.
Alguien que va a venir y te va a joder la vida, tío, que es lo que acabaré
cantando sobre el escenario, para deleite del público, que me ovaciona, y para
bochorno de mis hijos.
Pero Invisible Touch no es una canción ni amarga ni cabreada: es una
aceptación. A veces, cuando Simon tiene una relación que no acaba bien, le
digo: «Parece que tiene un toque invisible...» y él se ríe. Me da la impresión de
que tiene relaciones similares a las mías. Incluso en el caso de mi hijo Nic y
las chicas que conoce en el colegio, le digo que hay ciertas personas con las
que no se debe salir. Pero te sientes atraído por ellas.
Si bien la letra posee una naturaleza obsesiva, febril, propia de un sueño,
Invisible Touch tiene mucha energía. Su sonido recibe la influencia de The
Glamorous Life, gran éxito de baile en Estados Unidos en 1984 de Sheila E,
quien en ocasiones actúa como percusionista y cantante para Prince. Es una de