08.06.2017 Views

Aun no estoy muerto

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ambos tocamos bien y la combinación es potente y blusera.<br />

A su debido tiempo añadimos un bajo, un amigo de un amigo que se llama<br />

Anthony Holmes. Pero pronto queda claro que, aunque tiene un bajo, en<br />

realidad <strong>no</strong> sabe tocarlo. Eso <strong>no</strong> disuade a Anthony. Se dedica a tocar muy<br />

bajito, así que es difícil <strong>no</strong>tar si toca bien o <strong>no</strong>. Como nuestras actuaciones se<br />

limitan al cuarto principal de mis padres, <strong>no</strong> es gran problema, como tampoco<br />

lo es que <strong>no</strong> tengamos <strong>no</strong>mbre. No tardamos en aprender<strong>no</strong>s casi todos los<br />

temas de Fresh Cream. También <strong>no</strong>s ponemos con John Mayall y una<br />

impresionante colección de viejas melodías del blues. Si <strong>no</strong> llegamos a ser un<br />

supergrupo, somos por lo me<strong>no</strong>s un trío marchoso.<br />

Dicho eso, Lonnie Donegan piensa que somos basura. El rey del skiffle[1] es<br />

la primera estrella pop a la que co<strong>no</strong>zco cuando viene a nuestra casa un<br />

domingo por la tarde a visitar a mi hermana Carole. Carole ahora es<br />

patinadora sobre hielo profesional y se han co<strong>no</strong>cido en alguna parte. Creo<br />

que están saliendo, o al me<strong>no</strong>s eso le gustaría a él. Escucha u<strong>no</strong> de nuestros<br />

ensayos, sentado en un sillón, sin quitarse un abrigo de piel<br />

extraordinariamente largo. Parece fuera de lugar aquí, en las afueras, al igual<br />

que su abrigo. Pero cuando eres el rey del skiffle supongo que haces lo que<br />

quieres y te vistes como te da la gana.<br />

Donegan procede a destrozar<strong>no</strong>s. Su crítica de Anthony es especialmente<br />

feroz. Pregunta a nuestro desvalido bajista: «¿Tampoco sabes cantar?». Esto <strong>no</strong><br />

es que dé mucha confianza a Anthony, pero confirma lo que Ronnie y yo ya<br />

sabíamos: a Anthony le gusta la idea de estar en un grupo y poco más.<br />

A continuación, Donegan menciona que tal vez tenga que buscar un batería<br />

y, por un instante, veo cómo se abre ante mí un futuro deslumbrante, ayudando<br />

a prolongar una revolución musical que, a decir verdad, ya ha sobrepasado la<br />

fecha de skifflicidad. Por desgracia, me temo que Donegan <strong>no</strong> tiene ninguna<br />

intención de contratar al herma<strong>no</strong> quinceañero de Carole Collins, aunque solo<br />

sea porque soy demasiado joven para el ajetreo de su frenético horario de<br />

conciertos. Sin embargo, piensa que soy lo suficientemente bue<strong>no</strong> como para<br />

preguntar por ahí si algún grupo estaría interesado en contratarme. Pero, a<br />

pesar de su entusiasmo, todo queda en nada.<br />

Poco tiempo después Anthony abandona el bajo para siempre, pero Ronnie<br />

y yo persistimos, sin desanimar<strong>no</strong>s. Nuestra relación, de mejores amigos hasta<br />

la muerte, es tan sincera que llega a ser combustible. No somos aje<strong>no</strong>s a<br />

broncas horrorosas, por lo general después de haber tomado una o dos<br />

cervezas. A finales de los sesenta Ronnie va a tener un diente me<strong>no</strong>s, cortesía

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!