LIBRO SEGUNDO - Bicentenario

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- 96 — Jos cusles bubo muchos quo merecen complets exculpaci6n y cnya actitud digna, levantada y siempre honorable, los hace merecedores do toda considemei6n social. 8f, lo repito, todos JOS que formaron parte do aquellos Congre- SOS lo de-earon y solicitaron del Caudillo, y s6lo a 61 debieron 4sus nornbramientos^. Pero muchos, rauchisimos obraron asi por adhe. si6n sincera y lea] a] general Diaz y considerando que sus actividades, en un remoto nada lejano, podrian ser ul tiles a ]a Patria. Ade. m6s, pam oponerse con todas sus energiAs y valor civil al encumbramiento del odioso partido cientifico. La verdad es que hubo una 6poca cuya dtiraci6n fuede muchos affos, en Is cual de un imbik) al otro de la Rel)u'b)ica se gritaba con tod(-) entusiasmo: c iViva el general Diaz> La popularidad del viejo le6n era horida, cierta y sincem. So administraci6n teula muchisimos puntos vulnerables; sus procedimientos gtibernativos levantaban protestas y descontento; pero todo se olvidaba al fin al palparse, a] sentirse los beneficios del prodigioso progreso material del pais. 8f: c habfa mucho podrido en Dinamarca^; pero habia por entonces to- davT& mucho que era sano. La tiranfa del Caudillo causaba n6useas y calosfrl()s; pero todo anholo de violentar su calda se detenla ante estas consideraciones:- 4Fs tan wiejo^. cl'ronto tiene que morim Algo existfa, no obstanto esas trunsacciones, que preocupaba fuertemente la opiT)i6n pUblica: tel acercamiento de Jos cientificos a] Poder y la creciente influencia quo iban tomando en cl Animo del Presidente los clementA)s reaccionarios, cada dia mAs ricos y audaces^. Pero el general Diaz segum presentAndosecomo el liberal irredento do los tiempos de la Reforma, y sus protestas de continuar siendo el firme sostenedor de la O)nstituci6n de b7 y de las Leyes de Reforma aplacaban esas ansiedades. Cuando el general Reyes ingres6 al Ministerio porfiriano, todos vimos on 61 al segruro sucesor del Caudillo. 4Por fin—dijose entrando en calma el Partido Liberal—el problema esU resuelto. La reac- ci6n quedara' desbecha cuando Reyes sea Presidente. Sepamos esperam Desgraciadamente acontpcieron variRs cosas: que Reyes def raud6 IRS esperanzas que en 61 se hablan puesto, vque So hizo cicntffico^por algdn tiempo; que se inostr6 imposib)e e impolftico; que jamAs supo estar a la altura de IRS eircunstancias; que vaci16 y flaquc6 en los instantes criticos on quo de 41 se esperaba gran resoluci6n Y fucr-za do ai nimo y que, por tUtitno, )a rcacci& triunfam por com-
-97— pleto al encumbrarse definitivamente los limantourianos y cormlistas. Si hubo tant4)s entusiasmos por el general Diaz de 1885 a 1901, ;porqu6esdeextranarsequemuchosliayanqueridoingrmrala Cdmara de Diputados pars. hacer allf obra sana, honrada, patri6tics, liberal y progresista? Si claramente se vefa que el Caudillo esutba pr6ximo a desaparecer, 4por qu(t es de sorprenderse (in(-. muchos entusiastas por el bien pliblico hayan querido ingresar a esn. Camara, para oponer sus energins honradasy fruneas, coiara Ins miras avicsas y Is politics. reaccionaria de Ins cientificos? Crcycron que el Caudillo podria evolucionar si ellos se acereaban a 61 y lo steonsejaban, y estAo fue su Unico error. Pero on error no es un delito. Y ademfis, iqui6n sabe.... ! lQui4n sabe si el Caudillo hubiera liecho tomar otro derrotero a su piditicasi, en vez de tener a sn lado Ins consejeros que tuvo, hubieran podido Ilegar a sus intimidades tantos y tantos que son dignos de eoDsideraci6n y respeto.. ..1 Pero el acercarniento al Caudillo ent imposible, pues como ya In hemos dicho,
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