LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
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Asi Ileg6 el atio de 1908, en el cual tuvo verificativo ]a famosa<br />
conferencia Creelman, que fue tan trascendental para los asuntos de<br />
m6xico.<br />
La secretaria de Justicia, que en una 6poca tuvo bajo su dependencia<br />
In<br />
I<br />
instrucei6n publica, fue a cargo del sefior don Joaquin<br />
Bax3nda desde el affo de 1883 al de 1901, en que este eminente ciudadano<br />
fue separado del Gabinete por las intrigas limantourianas.<br />
Barands tuvo que luchar siempre con la falta de dinero; primero,<br />
porque no lo bubo y Dublin era muy parco en repartirlo, y luego,<br />
porque Limantour di(') dinero a todos, menos it lit secretaria que estab&<br />
a Cargo del seffor Baranda.<br />
El seflor Baranda form6 jueces y magistrados. de su protccci6n,<br />
smistad y designaci6n, su rgieron personalidades como Rafael Rebo-<br />
Ilar, Jos6 R. Aspe, JosA Pe6n del Valle, Alberto Gonzilez Le6n,<br />
Demetric; Sodi, Jos^ Saavedra, Ahnuell%larrft Aguirre, Arturo Mo-<br />
reno y Contreras, Renato Hernandez y I lernandez, Aurelio D. Canale,<br />
Antonio Ramos PedruezR, Alonso Rodriguez Miram6n, Jesds<br />
Ledesma, 'Mariano Flores del Villar, Enrique Sort de Sanz, Adolfo<br />
Fenochio, Gonzalo Fspinosa, Adalbertx) A. Fsteva, Adolfo Dublin,<br />
Carlus A. Govanues, Aurelio 'Maldonado, Rafael Dorantes, Enrique<br />
Pi6a y Aguayo, etc., etc., y tantos mis que se ban distinguido lionrosa<br />
y notublemente Como jueces en6rgicos y entendidus, como rec-<br />
Ws magistrados. como oradores forenses y parlainentarios, y Como<br />
letrados seriosy recomendables. Pu4dese decir que cunnto abogado<br />
distingnido existe, Ileva el sello de lit amistad del serior Baranda.<br />
Naturalmenve. que no existi(') indeperidencia en ]a judicattim: era<br />
imposible (lite eso fuera. con tin r4ginien dictatorial extremado. Pero<br />
0; sefior Buranda jituiiis di(') consignas it nadie; jauids se, ruezcl6 en<br />
m6rcantilismos abyccws, ni intervino .en el despacho de los jueces;<br />
civ i lo-s, ni en las q lta^ decisiones (IC lit Corte. El mal existia como<br />
UDS dolencia general.<br />
En Instrucei6ii PlIblica no pudo hacer lo que, hubiera deseado,<br />
eu una (1 1wcu en que zio se querfa gastar dinero en ]its depend-^ncius<br />
baraod:.;Ws. Sin embargo, deben seitalarse los grandes lineamien-<br />
WS d(3 la obra que teDdia a ht unidad y federal i zaci6r. de lit instrucci6n<br />
pri muiria en todo ^l pba-. Los Congrews jjedig6gri -ws :iue inici6<br />
Y reur)^-Ik al sefior Dart.rda, f;-eron de gmn 6xito y trascendencia; In<br />
Oroac : 6n y dc It, enst-imn.at norwalists, itJoiias v res-