LIBRO SEGUNDO - Bicentenario

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-122— dencia, respecto de ]a candidaturs del Vice babia enmudecido por completo. fQui6n iba a ser el Vicepresidente? Habia, pues, que sondear el 4nimo del general Dfa y pars sorprender sus secretos designios t pero todo foe in(Itil. El Caudillo fue inabordable sobre este punto. Entonces bubo que recurrir a otros medios. jPreguntarle a Chausalitm? Tr qbajt) quim4rico. Chousalito escuch6 la pregunta, sonriendo; oy6 la s6plica sonriendo, y sin Conte-star nada, on ningdn sentido, continu6 sonriendo. Faltaban veinte dias a lo surno imm que se verificaran las Cleociones primarias, y.. .. !no se habia lRnzado nein In candidatura del Vicepresidente! Y para el ^Partido Nacional Porfiristaa, In cosm urgfa: su ^Convonci6n^ so verificaba inmediatamente y nadie sabfft a qu4 atenerse. 41ban a lanzar una candidalUra cualquiera, a ]a ventura? I Y si se equivocaban, lo cual era muy fal cil y al Caudillo le oafs mal la equivocaci6n? ;Qu6 perplejidad y qu6 angusti' as! Por fin se dice que el coronel Tovur tuvo conocimiento del candidato oficial la vispera o cl inismo din en que debla verificarse e'" famosa ConvenciOn3-. Los delegados se reunieron en In CAmara do Diputudos y nadie conocia In candidatura oficial. Los creyistasi., quo ya sabian que no podfan ni siquiera pronanciar el nombre do su fdolo, empezaron a trabaj%r abiertamente para procurarse un candidato liberal. Lo principal era quo no fuera electo tin cientifico. Y el infatigable Ileriberto Barr6n comenz6 su campaiia de propinganda, y pronu) reuni6 LID considerable nizincro de adeptos a Its enndi- datura del licenciado don Ignacio M it riscal. El triurifu do esta candidatum pareefa Rsegurado. Lleg6 el dia de ]a declaravi6n de randidaturns, y despue-s do uns ,cuni6n absoluta^ para designar lit del general Diaz para Prosidente, se inici6 la g"n dificultad. Barr6n luchabit incansable y todos parecian optar por In candidabura Mari.wal. Por fin, In preiidencia de esaConvenei6n anunciotime el doctor Gregorio Mendizabal iba a bacer Uso do ]a palabra e para proponer Is eandidatura (to Viceprcsidentt^. Todos comprendieron que it.quelln era In treandidatura oficiii.12. El doctor Mendizilbal abord6 la tribuna, y un silenciv de curiosidad ansiosa so hizo. Y Is verbosidad del doctor PstaI16 com(, Is trompeterfa de In marclia trinufal de -cAida^; y eso foe tin estallido do cohotes do )uz, una, serie de Jug-ares comunes inacabable: cEl vAndidato que habla que designar deberfa tener estos 3 , esos m6ritos, y osas y otras virtudes, tal 3 , cual antecedente y estas m lits energias y patriotismo, y etc., etc. ^Ese candidato deberfa flenar Ins aspiracio-
-128— nes nacionales-l-, etc., etc. Pero por fortuna pam el pais.. .. cezistia aquella presea!^ Sf que existia. Ese bombre extmordinario, ese hombre eminentisimo, ese homhre egregio, ese hombre curiosisimo... era.... era .... idon Ram6n Corral! Cuando el buen doctor soIt6 In soluci6n de Is c%aradfi. un lohl estruendoso so escuehO on el inmenso sal6n de Is Ciroars. Pero aquella exciamaci6n do sorpresm estaba snipirads de Is ma's francs hilaridad. iC6mol i.Aquello era sorio? ZEI doctor Alendiz6balestabicusujuicio? i Corral Vice presidente de Is Repd blica. y candidatooficial? !Qu6cwurroncia! Yyaniseescuch6eltinaldo aquel discurso. Todo.- rcian, se carcajeaban, I)Iatic&bRD Y baCian 108 mis curiosos comentarios y repetfan Ilenos de festivo asombro: Wonque Corral, ch?.... Qu4 gunsal Pero al Ilegar Is votaci6n Corral fue designado candidato del al lart1do Nacional Porfirista^ pars quo mupam In. Vice, p residencis de la Repiliblica, rechazandose )a candidaturn do don Ignacio Mariacal por unos votos nada m IS. lAquello era estupendo! El
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