LIBRO SEGUNDO - Bicentenario

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rales3,, c elero, terratenientes y encomenderos ,, 4 bantlueros judlos,
especulaclores, grandes industriales y concesionarios^, ^zonas militares^,
etc., ett--.
Este libro, como lo dije on sus primeras lineas, no estA escrito
Para halagar a los verdugos, sino Pam fortalecer a las victimus, con
el fin do vigrorizar nuestras resoluciones de quo ya no debernos tolemr
la tirania de nadie, en ningun instante, ni por ningtin motivo.
Pam los (jue echan do merios los oprobios del pasado; Para los clue
suspiran poraquellas 4.poms de avilantez y servidumbre: Para los
que s6lo quieren ver do la dictadura los millones atesoraclos, la Paz
mecaDica y tantos oropeles de quo nos envanceimos , ]as lincas clue
vienen en seguida van a ser unadura revelacio'n. Aquellit-spodredumbres
se cubrfan siempre con formulismos y condescondencias criminales,
a guisa de mamparas y biombos, que todos sablamos muy bien
quo eran en extremo fnIgiles. Es necesario levantAir HqUellOS SUntuosos
tapices blasonados^ aquellos cortinajes de brocatel y felpa quo
ocultaban las cloacas, haciendo obra de sanearniento Para que scan
extirpados de una vez aquellos antros de corrupci6n. Las ptistulas
deben abrirse y cauterizarse, si se quiere dar vida y salud a] enfermo.
El bisturf es cruel, pc^ro sano.
El gran c6mplice de ladictadura porfiriana en toda ocasi6n;
e6mplice gustoso, consciente, fervoroso, anhelaute de hiteerse U'til,
implidico siempre y con Cinismo horripilitnte, fue la instituci6n politico-social
que esL4 hecha Para salvar a LIM naci6n, Para darle vida
independiente y sana, Para defenderla do todas las tiranias, Para
enaltecerla, Para asegurarle gitruntfits y libertades, Para srjr la expresi6n
de Jos Rnbelos y de )a voluntad nacional: el Conglwo dela
U71 idn..
Los Congresos todos do la dictadu ra porfiriana, a exccl)ci6n del
primero, que f ue f ru to de las elecciones do 1877, todos, todos sin otra
excepci6n, fueron los serviles auxiliares del tirano; sin tasa on sus
complicidades, ni vacilaciones en sus actos, ni retardo en stj acci6n;
dando siempre mAS do lo quo so les pedia; armstrai nclose y humillAndose
ante el amo, sin clignidad ni decoro, y entonando en Wda, ocasi6n
y con cualquier pretextA) un coro de vergonzantes lisonjas, indecorosas
y bajas, cantado con entusiasmos desenfrenados, que en
m6s do una ocasi6n sonrojaron al mismo dictador.
Esos fueron los Congresos porfirianos.