LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
LIBRO SEGUNDO - Bicentenario
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
_121—<br />
decir to que de dofia Ana de Pantoja. Limantour podria continuar<br />
siendo ministro de Hacienda el tiempo que el Caudillo quisiera; pero<br />
no podria ser, una hom siqaiem, el sucesor del general Diaz, ni presunto,<br />
ni efectivo.<br />
Y la Vicepresidencia surgi6 Ilena de esperanzas para el que fuem<br />
designado a ella. El Caudillo tenia ya 74 ^fios, estaba fatigado,<br />
casi sordo, d4bil do vista, empezaba R perder I& memoria y ya habfa<br />
tenido un fuerte ataque de cartritis^ quo puso en conmoci6n a todos.<br />
Ser el suplente de un septungenario electo jefe de Estado por seis<br />
afios, era tanto corno obterter esa jefatura en herencia "'nica y directa.<br />
La opini6n pul blica sefialaba dos presuntos candidatos: at general<br />
Reyes y a don IgnRcio Mariscal. El primero sostenido con un<br />
valor y una constancia merecedora do mejor suerte ?/ (le Oro camd;-<br />
11o, por el infatigable partido treyista^, on el cual so hablan fundido<br />
lostbarandistas* y todo el clemento liberal y jam)bino. Con el sefior<br />
Mariscal estaban los antigroos porfiristas, el olemento oaxaqueiio,<br />
tan grandey poderoso, y muchos diputados. Reyes, naturalmente,<br />
ni siquiern permiti6 questj nombre tigurara en las candidaturas, comenzando<br />
a burlarse de la suerte, que se complacia en brindarle el<br />
Poder; don Ignacio Nfariscal, sin aceptar su candidatura, guard6 una<br />
actitud expectante.<br />
Los embriones de partido independiente formados, y los cientificos<br />
perfectarnente or.vanizados, esperaban que cel Gran Elector^<br />
manifestara su voluntad. TA)s cientfflcos, a pesar de todo, aun tenian<br />
muchas esperfinzas de que don Jos6 Ives fuera designado porel Caudillo.<br />
El partido liberal estaba impaciente y ya comenzaban a buffir<br />
en su seno los nrimero- fermentos do indigmxei6n contra el general<br />
Diaz, quo mAs tarde deberfan estallar on una poderosa e irresistible<br />
revoltici6n. cYa quete tole mmos ^—decfa a f4noso el partido liberal,—<br />
q designa tu sucesor: escogre a un Fberal patriota y honrado y todos<br />
estaremos contigo-. El general Diaz Pfard6 la actitud de una esfin-<br />
je. El Virmino d3 la cleeci(')n so acercuba, los dias corrian y nadic<br />
sabla qui6n iba it ser el Vicepresidento de In Repulblica.<br />
Uno de los grupos quo ma's sufrian por estAx indecisi6n era el<br />
-Partido Nacional Porfirista^, enteramente anodino, que e--,tabfL regenteado<br />
por el coronet Antonio Tovar. Esta agrupaci6n se liabfa<br />
manifestado en todas ocasiones frtzncamenle ejmlieientijica, y todo podia<br />
esperarse do ella, menos quo on a1gun momento fuera a ponerse<br />
at servicio do sus enemigos. Y si bien el tat Partido, naturalmente,<br />
lanzaba la candidatum del Caudillo pam quo 6ste ocupara. In Presi-