LIBRO SEGUNDO - Bicentenario

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-128— bre^ y Is transformaci6n complets, y absoluta. de Is legislaci6n mundial, de Is forma, politics, de las naciones y de ]as sociedades. De esta revoluci6n surgir g un cM6xico nuevo;^, un Mkico netamente nacional, qu ' ebrai ndose para siempre los viejos moldes virreinales que nos ban maniatado, aplastando el caciquismo regional, manumitiendo a JOS hombres del campo y de las f9bricas, acabando con todos los encomenderos y todos los inicuos explotadores del trabajo, difundiendo ]a pequefia propiedad, revisando los titulos do dominio, impidiendo Is servidumbre do Is globs, libertando conciencias y voluntades y fundando los seguros cimientos sobre los cuales ban de descansar nuestras futtimsdemocraciss. Estamos on un solemne y terrible momento hist6rico, y como en 1859 ensefiamos a ]a Am6rica espafiola c6mo so bace Is reforms po- Iftica religiosa, abora le mostraremos c6mo so destru.ycn Jos vetustos edificios del pasado y so sanes, un pals profundamente infectado por las podredumbres de una dictadura de treinta afios. A ]a separaci6n del seffor don Joaquin Baranda, burlando ]as esperanzas de ]a v pandilln^ que crefa heredar el Ministerio, fue nombrado secretario de Justicia don Justino F^.rn gndez, tio de Carmelita^ y subsecreturio don Eduardo Novon. Aquell& secretarfa fue ob- jeto de un gran affin do reformas y remociones, debidas a] caricter inquicto y doininador de Novoa. Parecia que aquel sefior entraba. en pais conquistado; todos los quo tenian unafiliaci6n c barandista^ fueron separados o postergados, y comenzaron a entrar en los puestos publicos los recomendados y protegidos del cientijfieismo. Y Is cosa continu6 con ]a legislaci6n. Se reform6 ] & Ley del Notariado, imponiendo toda clase de dificultades y taxativas a los notarios. los cuales se vieron privados de sus protocolos y despojados do sus notarfas. M6,s a^n: s6lo obtuvieron notarfas los amigos del nuevo y reformists subsecretario, quien era amigo fDtimo do ffiigo Noriega. Despu4s de ]a Ley del Notariado vino ]a de Organizaci6n de Tribunales, cambiando Is competencia y jurisdicci6n de todos ellos, creandose m&s oficinas y mejorAndose los sueldos do los empleados. Limantour comenzaba a proteger a Is. secretaria de Justicia. Entre ]as reformas do Is Iey de Organizaci6n deTribunales, se sefia16 muy principalmente ]a referento al cjuicio de responsabilidad de los funcionarios judiciales^, que se convirti6 en una arms Segura, puesta on manos del Ministerio para dominar por completo a jueces y ma-
—M. __ gistrados quo estaban acostumbrados a no recibir consianas, pues jamAs las di6 don Joaquin Baranda. En lo sucesivo los funcionarios del orden judicial tenian que ser cempleados adivios e iywvndiew. nalmii,, pues las consignas tenfan quo cumplirse pronto y efieazmente. El servilismo Ileg6, y los empleadas honombilisimos de. I& 4poca barandista fueron removidos do sus empleos; don Justino FernAndez dej6 liacera N6voa, a pesar do que muchos do sus adictos--como Clausel y Victor Manuel Castillo, abogados distinguidos, jefe do la secci6n deJustivia el primeroy secretario particular del ministro el se.fftindo--procuraron oponerse a esa, dominacift ton absoluta. Pero Novon triunf6y fuc el verdadero ministro; el general Diaz lo sostuvo con toda energia, aun en ]it 4poea on quo don Justino Fernindez. no querfs ya tenerlo it su lado y Podia so inmediata separaci6n. Novoa pretendis ser el heredero de don Justino, y 4ste, si bien al principio de su estancia en el Ministerio y por muchos aflos mbs' le habla tenido gran predilecei6n, cuando so percat6 do sus ambiciones le tom6 una nbsoluta tiversi6n y le quit,6 toda clase do facultndes, sonvirti6ndose de improviso, del omnipotente subsecretario que antes era, dispensador do favores y repartidor do empleos, en el primer escribiente del Ministerio. Pero ya era tarde, y adem&% don Justino estaba ya muy enfermo y cansado; Ileg6 a tanto, que cuando autorizaba. los OfiCiOS, firMLba: -Totoapa- v , que era. el nombre de su ha- cienda. 'Qu6 podia espemrse de una secretaria que habia Ilegado a tal cdebacle?^ Succdi6 lo quo tenfix que suceder: que aquello caminam &I abismo; que Itubiera jueces concusionarios, conocidos de tados, quo bicieron ripida forturia al convertir so tribunal on un bazar; quo tres o custro picarw dominartin en lo% juzgados y que en la, Corte Suprema de Justicia pasaran cosas, increibles. Dori Justino Ferniiindez no sabia nada de esto, y cuando. por vasualidad, se informaba de algo, estallaba on tremendas iras. que no remediaban prActicamente nada, pues Jos corruptores confinuaban en sus puestos y a6l se le olvidaba el suceso, o confundia a un juez con otro. El pobre sefior estAiba completamente achocbo^. I-at ovini6n Pu'bhCR estaba indignada contra tal estado de cosas, y sunque of Caudillo tenia conocimiento de todo y se pedia prontA) remedio Pam moralizar hL administracio'n de justicia, ui se preocup6 de hacerlo, pi intertO tal cosa. Wara quP.. .. Aquella administra- 66ti de justicia corrompida y servil secundaba admirablemente sit
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